Tres que están en ejecución: Norte, mercado San Gregorio y Los Vergeles.
Sin embargo, esta amplia red de mercados municipales aún no es suficiente para cubrir la necesidad de la ciudad que año a año crece no solo geográficamente, también en su número de habitantes, quienes llegan de provincias y de otros países.
Gustavo Zúñiga, director de Aseo Cantonal, Mercados y Servicios Especiales, reconoció que la ciudad va creciendo y que las necesidades surgen entre los habitantes, por lo que en esta administración prevén dejar estos seis mercados, los cuales están enfocados en ser “mercados de barrio” que ayudarán al ordenamiento, dar trabajo formal y mejorar la atención para los compradores.
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De ese grupo ya hay tres que están en ejecución. Estos son el nuevo mercado Norte, ubicado en las calles Ximena y Piedrahíta, con avance del 40 %; el mercado San Gregorio, en el Guasmo sur, con avance del 8 %; y el mercado Los Vergeles que se colocó la primera piedra el pasado lunes 4 de julio.
Los otros tres son el mercado Guasmo Norte, que está en fase de contratación y los mercados para Puná y Chongón que están en estudios.
Indicó que en la próxima administración de la ciudad se necesitarían al menos 10 o 12 más a los que se dejará. “Hacen falta estos espacios en el norte de Guayaquil, en el noroeste, sectores que han crecido más en los últimos años. Todos los mercados empiezan con los comerciantes en la calle, así como aquí en Los Vergeles, seguimos con el reordenamiento de la ciudad”, comentó Zúñiga.
Y justamente ese orden y seguridad que brinda un mercado es lo que más de 80 comerciantes de Los Vergeles esperaron por años. Aracely Vélez, comerciante, recordó que fueron años de trámites en el Municipio para conseguir que se concrete la obra. “Nos ofrecieron este mercado en el 2012. Iniciamos con los trámites, hemos pasado muchas cosas y ahora estamos felices de ver que ya lo están construyendo”, dijo.
La líder comunitaria enfatizó que el trabajo en la calle es duro, a más de que están expuesto al peso de vehículos, a la delincuencia, también hay riesgos a nivel económico y es que sus productos se dañen debido al clima y exposición.
“Por ejemplo los mariscos, la carne, el queso, se maltrata en el ambiente. Yo me inicié como vendedora de marisco y era sacar en la mañana el producto y sino se vendía, era para comida de uno, lo hacíamos trueque con algún producto o lo terminábamos regalando porque se dañaba. Ahora con los frigoríficos será diferente, una mejor atención atención, productos frescos”, indicó.
La mujer comentó que son 80 comerciantes que se registran en los censos desde hace cuatro años, que ahora se han sumado más informales luego de la pandemia debido a que se han quedado sin empleo, problemas en la pandemia y buscan ganarse la vida.
“Ahora tenemos más de 90 comerciantes, algunos tienen meses. Los 80 sí son desde hace 16 años que creamos este mercado informal, otros ya tiene 10 años, 6 años, 4 años. Todos hemos visto el proceso, desde que se nos prometió, luego en el 2016 la expropiación”, comentó la mujer, quien llegó desde Santa Ana, Manabí, hace 23 años a la Perla del Pacífico.
“Yo ya soy guayaquileña de corazón, me alegro y también sufro por mi ciudad, porque aquí está mi esfuerzo, mi lucha, la de mis compañeros que sufrimos en las calles, con sol, lluvia y las veces que nos tocaba salir corriendo por los metropolitanos…”, mencionó la mujer.
Fuente: El Universo
