El empresario guayaquileño Roberto Cortés Ripalda se declaró culpable del delito de conspiración para cometer fraude electrónico. El proceso dado ante una Corte de Nueva York, Estados Unidos, es parte del caso Biscayne Capital, en el que se lo investigaba, junto con otras dos personas, de una supuesta millonaria piramidación y de lavado de activos.
Según documentos judiciales, en 2005, Cortés Ripalda, de 56 años, de Key Biscayne, fundó la empresa de servicios financieros Biscayne Capital. Aproximadamente entre 2013 y 2018, Cortés y otros habrían orquestado un plan para defraudar a los clientes de Biscayne Capital a través de una serie de mentiras sobre cómo la empresa usaría los fondos de los clientes.
Por ejemplo, Cortés y sus cómplices habrían dicho a sus clientes que sus inversiones financiarían el desarrollo de proyectos inmobiliarios, cuando en realidad, los implicados utilizaron el dinero para pagar a otros clientes de Biscayne Capital, cubrir gastos de Biscayne Capital y pagar ellos mismos millones de dólares. Las autoridades estadounidenses sostienen que Cortés y sus cómplices también invirtieron el dinero de los clientes sin su conocimiento y luego intentaron cubrir sus huellas proporcionando a los inversores estados de cuenta fraudulentos.
El empresario guayaquileño fue presentado ante las autoridades de justicia estadounidenses en marzo de 2022 y un año antes fue detenido en España. Salió libre bajo fianza, fijada en medio millón de dólares, y se le retiraron sus pasaportes.
Cortés Ripalda es procesado, junto con el ecuatoriano Ernesto Weisson Pazmiño y el uruguayo Fernando Haberer Bergson, por un supuesto perjuicio de $ 155 millones a los clientes que invirtieron en el fondo. Los fiscales estadounidenses consideran que el periodo de la estafa se dio entre agosto de 2013 y abril de 2018.
Además, por Biscayne Capital y sus empresas relacionadas, como Madison Asset LLC y Sentinel Mandate & Escrow Ltd., pasaron dineros de sobornos de Petroecuador, Seguros Sucre S. A. y la constructora Odebrecht.