Cientos de internos de la Cárcel de Guayaquil fueron reubicados, para reducir el riesgo de incidentes y enfrentamientos.
La operación estuvo a cargo de las Fuerzas Armadas, que movilizaron un fuerte contingente para garantizar la seguridad, en coordinación con la Policía Nacional.
El primer paso fue tomar el control de la Penitenciaría, mediante la presencia de elementos en todos los pabellones.
Posteriormente, los presos recibieron la disposición de limpiar todo el lugar. El trabajo consistió en barrer y trapear, tanto celdas como pasillos y demás espacios.
Una vez concluido el aseo, los militares realizaron una requisa minuciosa en las pertenencias de los presos, incluyendo colchones y ropa, que fueron registrados.
Finalmente, y de acuerdo a su nivel de peligrosidad, o de afinidad entre bandas criminales, cientos de reclusos fueron reubicados e instalados en otros pabellones, a fin de evitar que tengan contacto con sus compinches.
La operación fue controlada en todo momento, con lo cual se evitaron incidentes o revueltas.
Protesta de familiares
Fuera de la Penitenciaría, familiares de los presos realizaron una protesta, pues señalan que los horarios de visitas han sido restringidos.
Además, anota que ahora los controles son estrictos, y no les permiten entregarles ciertos artículos a los detenidos.
Según sus denuncias, no reciben información sobre sus parientes. En vista de los niveles de violencia, temen por su seguridad.
