Como parte de la lucha que llevan adelante los gobiernos para dar batalla a la pandemia de COVID-19, que ya ocasionó 160 millones de contagios en todo el mundo y se cobró la vida de más de 3,3 millones de personas, de acuerdo a datos del Johns Hopkins University & Medicine Resource Center, y ante la falta, aún, de disponibilidad de vacunas en muchos países, en el último tiempo en el campo científico se comenzó a analizar la posibilidad de combinar diferentes fármacos, ante la eventual escasez de la segunda dosis de determinada formulación. Pero, ¿es seguro?
Todas las vacunas contra el nuevo coronavirus ampliamente disponibles, con la excepción de la de Johnson & Johnson de una sola inyección, requieren dos dosis. La primera prepara el sistema inmunológico y la segunda (generalmente, administrada unas semanas después) lo refuerza. La perspectiva de combinar dosis de vacunas ofrece la oportunidad de reforzar los lanzamientos de inoculantes y, potencialmente, aumentar la inmunidad proporcionada.
Algunos expertos se preguntan si la flexibilidad para permitir la vacunación de dosis mixtas podría ayudar a las personas a vacunarse por completo más rápido. Otros sostienen que mezclar dos vacunas diferentes podría hacer un mejor trabajo de protección contra el COVID-19. Muchos, en tanto, se mantienen escépticos. Sin embargo, el tema está en análisis.
Según los hallazgos preliminares de un estudio difundido esta semana en la revista especializada The Lancet, alternar dosis de diferentes vacunas contra el coronavirus provoca reacciones leves y moderadas más frecuentes que si se siguen los calendarios estándares de vacunación, con dos inyecciones del mismo preparado.
Un equipo liderado por especialistas de la Universidad Oxford, en Inglaterra, inició una investigación a principio de año con el objetivo de indagar sobre los efectos de la combinación de dos dosis de preparados fabricados por distintas farmacéuticas y encontró que aumentaba los efectos secundarios comunes esperables de una vacuna, como escalofríos, fiebre, dolor muscular en el lugar de la aplicación y fatiga.
Los expertos hallaron que cuando se dejaba entre las dosis un intervalo de cuatro semanas, aplicar combinaciones (Pfizer-BionNTech, seguido de Oxford-AstraZeneca y Oxford-AstraZeneca, seguido de Pfizer-BioNTech) generaba más reacciones leves o moderadas tras la segunda dosis que si se atendía al procedimiento estándar de no combinar diferentes inoculantes.
Asimismo, los especialistas también informaron de los efectos adversos derivados del hecho de combinar dos fármacos de distintos fabricantes duró poco tiempo y aclararon que no se detectaron otras preocupaciones relacionadas con la seguridad.
“Aunque se trata de una parte secundaria de lo que estamos intentado explorar mediante estos estudios, es importante que informemos a la gente acerca de estos datos, especialmente porque varios países están planteándose emplear estos calendarios de dosis mixtas”, sostuvo Matthew Snape, profesor asociado de Pediatría y Vacunas en la Universidad de Oxford, e investigador Jefe del estudio.
“Los perfiles hematológicos y bioquímicos fueron similares entre los programas de vacunación heteróloga y homóloga, con todos los eventos adversos de laboratorio de gravedad de grado 2 o menos en el programa de vacunación heteróloga y sin trombocitopenia en ningún grupo el día siete después de la dosis de refuerzo”, detalla el estudio publicado en The Lancet.
Los expertos también observan que los datos recabados de sus pruebas fueron extraídos de participantes mayores de 50 años, por lo que sostienen que existe la posibilidad de que estas reacciones puedan resultar más prevalentes en grupos etarios más jóvenes.
Los hallazgos del estudio sugieren que “los calendarios de dosis mixtas podrían resultar en un incremento en las ausencias laborales el día después de la inmunización, y es importante considerarlo a la hora de planear la inmunización de los empleados del cuidado sanitario”, agregó Snape.
Sin embargo estas conclusiones son parciales. Las conclusiones finales del trabajo sobre la eficacia o seguridad estarán listas después de junio. El motivo es que, de los 830 voluntarios reclutados, a casi la mitad les administrarán la segunda dosis a los 84 días de la primera. Los datos publicados The Lancet se basan en los resultados preliminares que provocan las vacunas entre la otra mitad, la que recibió las dos dosis en un lapso de 28 días.
El concepto de combinar las vacunas —a veces llamado estímulo primario heterólogo— no es algo nuevo. Durante décadas, los científicos han investigado esta estrategia con la esperanza de hallar combinaciones eficaces contra toda una serie de virus como el de la influenza, el VIH y el del ébola.
“La intercambiabilidad entre las vacunas es y ha sido a lo largo del tiempo un área de interés en la vacunología porque facilita mucho desde lo operativo; beneficia el cumplimiento de los programas de vacunación y evita oportunidades perdidas. Sin embargo, una característica de estas vacunas es que, por ahora, se aconseja no intercambiarlas. Por eso, si bien se trata de una iniciativa más que interesante, sería importante constatar que puedan ser intercambiables. Desde lo hipotético parece plausible”, había explicado recientemente consultado por este medio Francisco Nacinovich, jefe de Infectología del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires y miembro de la comisión de vacunas de la Sociedad Argentina de Infectología.