El embajador de Estados Unidos Michael Fitzpatrick en entrevistas ha revelado la preocupación de su Gobierno por la penetración del narcotráfico en Ecuador.
Mejorar los controles internos de la Policía y las Fuerzas Armadas, actualizar los niveles de supervisión periódica, trabajar más en contrainteligencia y sistemas de controles cruzados de información, aparecen para expertos en seguridad como las formas de evitar la existencia de lo que se califica como “narcogenerales” en la fuerza pública, militares de la Fuerza Naval a los que supuestamente Estados Unidos les retiró las visas o uniformados que fueron detenidos por ser parte del negocio del narcotráfico.
A mediados de esta semana volvió a la palestra pública el retiro de visas estadounidenses a oficiales de cuerpos de seguridad del Estado. Esta vez fue el turno de la Fuerza Naval, en donde supuestamente a 18 de sus miembros se les retiró el documento para ingresar a territorio de Estados Unidos.
El jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, el general Nelson Proaño, aseguró que la institución no ha recibido oficialmente información de las personas a quienes se les habría revocado ese documento. Aclaró que el conocimiento que tenían es por medios de comunicación que hablaban del retiro de visas a 18 miembros de las Fuerzas Armadas, en mayoría de la Fuerza Naval.
El oficial aseguró que respetan la decisión soberana de otorgar o retirar visas que tienen los estados, pero al mismo tiempo ratificó que existe el compromiso de llevar adelante “procesos disciplinarios para esclarecer acciones u omisiones contrarios a la norma en la que se hallen inmiscuidos miembros activos de las Fuerzas Armadas”.
Recordó Proaño el caso ocurrido el 14 de agosto pasado en el que inteligencia naval descubrió cuatro kilos de droga en la lancha guardacostas Isla Darwin, en Galápagos. Actualmente la causa está en etapa de instrucción fiscal y están siendo investigados por el delito de tráfico ilícito de sustancias sujetas a fiscalización ocho miembros de la Armada.
Para el general de las Fuerzas Armadas (sp), Wagner Bravo, este tipo de situaciones, aunque no deberían ser comunes, terminan existiendo, porque los grandes cárteles de la droga y el crimen organizado tienen un poder para ir enraizándose en un país y normalmente a quien tiene que contaminar es al personal de las fuerzas del orden, al sistema judicial, al político,y a todo el que pueda permitirles este negocio ilícito.
Bravo piensa que estos ilícitos que podrían tener participación de agentes del orden se deben a que el país está débil y fue desinstitucionalizado en todos los ámbitos. “Suelo decir que las Fuerzas Armadas fueron las que más resistieron a lo que hizo el socialismo del Siglo XXI. Ya el presidente (Lenín) Moreno decía que existió una permisividad para que el narcotráfico venga al país y no se han tomado las acciones para impedirlo en los últimos 30 años”.
Desde las perspectiva de Bravo, las instituciones deben estar abiertas al cambio, para así irse modernizando y actualizando a la par que lo hacen las organizaciones criminales y su actitud de cooptar todas las instancias del Estado. Por ejemplo, el general en sp pide que la Asamblea Nacional trate una Ley de Disciplina que está en ese organismo desde hace más de tres años y que podría ayudar en el trabajo de control.