Daniel Salcedo, con cinco procesos y tres sentencias, ha ido allanando el camino para librarse de causas y salir de cárcel

Desde el 2015, el nombre de Daniel Salcedo Bonilla estuvo envuelto en polémica. Ese año se hizo pública su relación como contratista estatal cuando trascendió que su empresa HDC Producciones había firmado un contrato con la Gobernación del Guayas para charlas realizadas por Raúl Di Blasio.

Para ese convenio, la Gobernación había dispuesto a la Unidad de Compras Públicas que curse una invitación para que esa empresa participe en ese proceso. Para ese entonces, HDC Producciones, gerenciada por Salcedo, era una joven empresa que pocos conocían en el medio y con poco trajín en el manejo de artistas internacionales.

A Salcedo lo conocían en la zona de la Alborada como hijo de un pastor de una iglesia de la zona y líder de una banda musical que tocaba en conciertos a nivel de congregaciones. Había hecho intentos por internacionalizar sus producciones asistiendo a eventos en Miami.

A la firma de Salcedo se le adjudicó el contrato de $ 1,79 millones y tras conocerse el convenio, la Contraloría del Estado intervino. En el 2017, pese a observaciones, la misma Contraloría contrató servicios de comunicaciones con esa empresa. Durante el juicio político al excontralor Pablo Celi saltó este contrato.

En ese momento, Darwin Moreno, funcionario de la coordinación administrativa de la Contraloría y hermano del exmandatario Lenín Moreno, dijo que la contratación de esos servicios no constaba dentro del plan anual de contrataciones y que se desconocía que la firma de Salcedo tenía una glosa desde el 2016.

De los nexos de Salcedo con contratos públicos se volvió a conocer en plena pandemia, cuando salió a la luz una trama de corrupción en los hospitales.

Fue detenido en junio de 2020, luego que la avioneta en la que había salido del país tuvo un accidente en la fronteriza ciudad peruana de Tumbes. Su hermano Noé Salcedo fue detenido en El Oro cuando intentaba cruzar la frontera con $ 47.000 para supuestamente ayudar a su hermano.

Por toda esa cadena de sucesos, la justicia ecuatoriana abrió procesos contra Salcedo por peculado, fraude procesal, delincuencia organizada, lavado de activos e ingreso de artículos prohibidos a la cárcel.

Desde su detención, Salcedo ha transitado entre la cárcel de Cotopaxi y la cárcel 4 de Quito, donde su estadía no ha estado exenta de polémica por grabar un video que se hizo viral cantando descamisado La bomba junto con otros reos, mostrando una bebida que promocionaba el fallecido presentador Efraín Ruales.

Este lunes, el exvicepresidente Jorge Glas y Daniel Salcedo obtuvieron un habeas corpus del juez de Portoviejo Banny Molina, quien estableció que se vulneraron los derechos de salud e integridad física de ambos.

La defensa de Salcedo ha activado varios habeas corpus a lo largo de los procesos que ha enfrentado.

El presidente Guillermo Lasso reaccionó ante esa decisión al indicar que interpondrán los recursos legales. “Y no tomarán ninguna decisión de excarcelación de ciudadano alguno que atente contra el ordenamiento jurídico y contribuya a la anarquía judicial a la que intentan llevarnos algunos jueces”, agregó.

Salcedo ya tiene una sentencia de trece años de prisión como autor directo del delito de peculado en el proceso de adjudicación de fundas para cadáveres con sobreprecio en el hospital del IESS Ceibos. Para el 5 de septiembre está prevista una audiencia de apelación por esta causa interpuesta por Salcedo y otros. Además, tiene una condena de tres años de prisión por el caso de ingreso de objetos a la cárcel, que se inició cuando se viralizó el video.

Dentro de la causa de fraude procesal, donde se adujo que los detenidos habrían inducido al engaño a las autoridades al intentar fugar a Perú, Salcedo obtuvo una sentencia de cuatro años de prisión, que en este 2022 una sala penal decidió reducirla a pena cumplida. Por esa sentencia ya tiene una boleta de excarcelación.