Una amplia zona de España sufre los estragos de la llamada “DANA” (Depresión Aislada en Niveles Altos), una borrasca que este año deja efectos devastadores.
La ciudad de Valencia, la tercera más poblada del país, después de Madrid y Barcelona, es la más afectada por el temporal, pero también sus alrededores sufren.
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Las autoridades calculan más de 72 personas fallecidas, producto de una lluvia de más de 24 horas de duración, y que vino acompañada de una intensa ola de frío. Asimismo, hay enormes pérdidas por la destrucción de viviendas y vehículos.
Habría más víctimas
La situación es tan crítica, que el Ministerio de Defensa ha ofrecido morgues portátiles ante el temor de que, una vez se empiece a retirar el barro que anega muchas poblaciones valencianas, se encuentren más cadáveres y se eleve la cifra de fallecidos.
Decenas de personas han pasado la noche en Valencia, en lo alto de camiones o vehículos, subidos a los techos de tiendas o gasolineras, o atrapados en carreteras atascadas.
Las lluvias han provocado apagones que afectan a 155.000 personas, cortes de carreteras en varias provincias del este y sureste, además de que el servicio ferroviario de alta velocidad entre Madrid y la Comunidad Valenciana, y el corredor mediterráneo hacia Barcelona permanece suspendido.
En toda Valencia existe el nivel rojo de alerta, ante el riesgo meteorológico extremo, con fenómenos no habituales de intensidad excepcional.
Los expertos esperan que las lluvias intensas vayan remitiendo con el pasar de las horas.
