La jueza de Pichincha Soledad Manosalvas, el 20 de junio último, negó el ‘habeas corpus’ presentado por Nicole Malavé a favor del exvicepresidente Jorge Glas.
Para la defensa del exvicepresidente Jorge Glas se ha vulnerado el derecho a la salud e integridad de su cliente debido a que no se han brindado servicios de calidad y en el momento oportuno ante las “polipatologías” que mantiene; mientras que para las instancias estatales no se ha violentado derecho alguno, pues han entregado las facilidades para que Glas sea atendido y reciba la ayuda médica necesaria en el momento oportuno.
Estas dos tesis fueron las fundamentadas y contrapuestas, la mañana de este miércoles, ante los jueces de la Corte Provincial de Justicia de Pichincha, Eduardo Andrade (ponente), Guadalupe Narváez y Santiago Galarza, durante la audiencia de apelación a la negativa de primera instancia de una jueza de Pichincha al habeas corpus solicitado por la correísta Nicole Malavé a favor de Glas.
Alfonso Zambrano Pasquel asistió como abogado de Jorge Glas y Édison Loaiza, abogado del exvicepresidente en los casos penales, se presentó como defensa de Malavé. En la audiencia también participaron abogados en representación del Servicio de Atención a Personas Privadas de la Libertad (SNAI), de la Cárcel 4, del Centro de Privación de la Libertad (CPL) de Cotopaxi y como terceros coadyuvantes estuvieron los abogados del Ministerio de Salud (MSP) y de la Procuraduría General del Estado.
Zambrano aseguró que la pretensión en este caso es que se entreguen medidas cautelares sustitutivas a la privación de la libertad para que el ingeniero de profesión continúe cumpliendo lo que le queda de condena, mas no que se lo deje en libertad o se le levanten las penas definidas.
El pedido se daba ante el deterioro de la salud del hombre fuerte del correísmo de los sectores estratégicos y la supuesta imposibilidad que ha demostrado el área de salud del Sistema de Rehabilitación Social para atenderlo médicamente. Este argumento ha sido usado en al menos tres habeas corpus presentados por defensores de Glas, los cuales ya han tenido una resolución.
Zambrano señaló que Glas en este momento vive un “secuestro institucional y político”, debido a que el SNAI no cumple una orden inmediata de libertad dispuesta desde Manabí en otro habeas corpus y porque el presidente Guillermo Lasso “dio la disposición de que no se cumpla la orden de libertad inmediata”.
Según el abogado, una vez que no se ha dado paso al pedido de unificación de penas que ellos plantean y Glas cumplió, el 14 de diciembre de 2020, el 40 % de la pena más alta impuesta contra él: los ocho años en la causa por el delito de cohecho pasivo agravado, en el caso Sobornos, el exvicepresidente llevaría más de 20 meses detenido, debiendo habérsele otorgado el beneficio de la prelibertad.
Jorge Glas también mantiene otra sentencia en firme por asociación ilícita, en el caso Odebrecht, en la que recibió una pena de seis años y otro fallo de primera instancia, en fase de apelación, por peculado en el denominado caso Singue, en el que fue sentenciado a ocho años de cárcel
La jueza Soledad Manosalvas, el 20 de junio último, negó el habeas corpus presentado por Malavé a favor de Glas. Ella dio la razón a las entidades del Estado que aseguraron en audiencia que no ha existido ninguna violación de derechos y que se le ha garantizado al privado de libertad la atención médica que requiere, según su cuadro clínico.
Manosalvas consideró que no existe una detención ilegal o arbitraria. Además aclaró que, según la prueba aportada, Glas contaría con un baño privado y mantiene una seguridad que está en manos de un grupo especial las 24 horas del día, los siete días de la semana. Resaltó que se ha demostrado que existe una atención médica para el condenado.
“El habeas corpus es procedente para corregir situaciones relacionadas al derecho a la salud de la persona privada de la libertad. El efecto que persigue el habeas corpus no es la libertad de una persona, sino corregir actos en contra del derecho a la integridad con las personas privadas de la libertad o falta del acceso a los servicios de salud”, agregó Manosalvas.
El presidente de la Sala de Apelación permitió que Glas intervenga en la audiencia. El condenado por delitos de corrupción se conectó a la dirigencia usando la vía telemática desde la Cárcel 4 en la que se encuentra desde el 21 de mayo pasado. El exvicepresidente con la voz afectada por una faringitis y usando un cuello ortopédico inició su exposición indicando que es un “preso político” y pidiendo disculpas al Tribunal por haberse desconectado sin permiso alguno de la anterior audiencia.