Ad image

Depeche Mode une el cielo y el infierno en su nuevo disco.

Victor Gonzalez
3 Min. de Lectura

vye01bb110313-photo03_456_336Techno de raíz berlinesa y sugerente soul se dan cita en el próximo e inminente disco de estudio de Depeche Mode, Delta Machine, un trabajo denso que recupera el tono místico en sus letras y también en un sonido que parece debatirse entre la luz, la salvación, el caos y la penitencia.

Martin Gore, Dave Gahan y Andrew Fletcher repiten en este la colaboración de Anton Corbijn en la parte gráfica, Flood en el proceso de mezclas y de Ben Hillier en la producción, responsable de los previos Sounds Of The Universe (2009) y Playing The Angel (2005).

No faltan sus sintetizadores y reproducen la forma de trabajo que les ha asegurado en los últimos años su independencia creativa, sufragando ellos mismos toda la producción del que será su decimotercer disco de estudio, aunque esta vez les acompañe en el lanzamiento el sello discográfico Columbia Records en lugar de EMI.

Trece son los temas que recoge la edición estándar de este trabajo que saldrá a la calle el próximo 26 de marzo, tras el lanzamiento previo del single Heaven, un corte de synth-pop mucho más reposado y desnudo que el grueso del conjunto.

Basta escuchar el primer corte y el último para hacerse una idea más cierta de las coordenadas en torno a las que se mueve Delta Machine.

Welcome To My World, el oportuno nombre del tema inaugural de la producción discográfica, arranca con una contundente secuencia rítmica y una poderosa línea grave, a las que pronto se suma la voz cadenciosa de Gahan, antes de sorprender a mitad de recorrido con una progresión hacia cotas más luminosas y ricas.

En las antípodas se sitúa la composición Goodbye, que sirve de cierre al álbum y que se mueve en un estilo más cercano al blues, aunque sin dejar de evolucionar hacia la épica, con un coro propio del Día del Juicio Final.

El barniz místico y la lucha entre el bien y el mal se repiten en canciones como Secret To The End, con una base como de órgano de iglesia, o Ángel, cuyo espiritual título contrasta con una sucia e industrial producción en la que camiones parecen a punto de colisionar con el oyente.

Share this Article
Seguir:
Director Digital de Radio Centro 101.3 FM