La Policía de España desmanteló una red de explotación sexual, que operaba en varias ciudades de ese país.
El operativo dejó como resultado la detención de 9 personas, incluyendo 6 ecuatorianos, y el rescate de 10 víctimas, entre ellas 3 mujeres ecuatorianas.
La acción fue posible gracias a la estrecha colaboración con la Policía de Ecuador.
De acuerdo a las investigaciones, mujeres de varias nacionalidades eran atraídas a España con promesas de mejores días, pero al llegar eran encerradas y obligadas a prostituirse.
La banda retenía la documentación de sus víctimas, y concertaban encuentros sexuales por valores que fluctuaban entre 20 y 40 euros. Las rehenes que se negaban eran maltratadas.
La Policía española dio con la pista, y con la ayuda ecuatoriana desplegó un equipo, que realizó 6 allanamientos en Valencia y 2 en Murcia.
En poder de los detenidos había dinero, teléfonos móviles y los documentos de las mujeres.