Ecuador ha experimentado 10 elecciones presidenciales, un número superior al que corresponde por la alteración en el calendario electoral debido a crisis políticas y destituciones de presidentes. La Constitución ecuatoriana establece que los mandatos presidenciales deben durar cuatro años, pero diversos factores, como la «muerte cruzada», han adelantado las elecciones y cambiado la normalidad política.
Este domingo 9 de febrero, los ecuatorianos votan nuevamente en unos comicios presidenciales que corresponden al calendario electoral regular, después de varios eventos que alteraron el cronograma habitual. En 2021, el presidente Guillermo Lasso fue elegido, pero debido a una crisis política y a la figura de la «muerte cruzada», el mandato fue interrumpido antes de finalizar, convocando a elecciones anticipadas en 2023, donde Daniel Noboa asumió el poder para concluir el periodo de Lasso.
Este domingo, los ciudadanos elegirán al presidente y vicepresidente de la República, además de asambleístas nacionales, provinciales y parlamentarios andinos. Los nuevos mandatarios deberán completar sus funciones hasta 2029, aunque la figura de la «muerte cruzada» podría modificar nuevamente la duración de los periodos presidenciales y legislativos.
A lo largo de las últimas tres décadas, Ecuador ha vivido distintas crisis que han alterado el calendario electoral, como en 1997, cuando Abdalá Bucaram fue destituido por «incapacidad mental para gobernar», lo que derivó en nuevas elecciones para el 2000. Otros casos similares fueron la caída de Jamil Mahuad en 2000 tras la crisis financiera, y la destitución de Lucio Gutiérrez en 2005 tras protestas populares.
A pesar de estos sucesos, las elecciones de este 9 de febrero de 2025 marcan el retorno al ciclo electoral regular, tras una serie de alteraciones por sucesos políticos y constitucionales.
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