El Ejecutivo convoca a una reunión extraordinaria para sopesar operaciones contra la guerrilla
El Ejército de Liberación Nacional (ELN), la última guerrilla activa en Colombia, ha desmentido al presidente, Gustavo Petro, que el 31 de diciembre aseguró que los rebeldes harían parte de los cinco grupos armados con los que había acordado un cese al fuego bilateral. “La delegación de diálogos del ELN no ha discutido con el Gobierno de Gustavo Petro ninguna propuesta de cese el fuego bilateral, por lo tanto aún no existe ningún acuerdo en esa materia”, señaló el grupo subversivo en un comunicado conocido este martes. El mandatario ha convocado esta misma mañana a una reunión extraordinaria con el alto comisionado para la Paz y los ministros del Interior y de Defensa para evaluar y tomar acciones, entre las que se contempla derogar el decreto y retomar acciones militares contra esa guerrilla, según conoció EL PAÍS.
El jefe de la delegación del Gobierno en los diálogos con el ELN, Otty Patiño, había guardado silencio tras el anuncio de Petro. Este martes, después de que la guerrilla desmintió al Gobierno, publicó un comunicado en el que reconoció que el cese el fuego bilateral es una “intención”, que se espera discutir en la próxima ronda de negociaciones. “Esta propuesta de cese al fuego es un primer paso para un nuevo entendimiento y un nuevo futuro”, aseguró.
El ELN había declarado previamente una tregua navideña, que expiró el 2 de enero. Petro, en su anuncio del sábado, aseguró que las treguas bilaterales se extenderían por seis meses, prorrogables según las negociaciones con cada uno de los grupos armados. Cada una tiene su propio decreto. Pero la guerrilla ha dicho que solo cumplirá lo que se discuta y acuerde en la mesa de diálogos que ya está en marcha con el Gobierno, que cumplió su primera ronda de conversaciones en Caracas. “En el pasado ciclo de diálogos realizado en Venezuela que culminó el 12 de diciembre pasado solo se acordó lo que se anunció referido a la institucionalización de la mesa y se inició a realizar ajustes a la agenda que fueron llevados a consultas, tanto al presidente como al comando central”, afirman los rebeldes en el comunicado de esta semana.
La guerrilla ha anunciado que solo cuando se cumpla la segunda ronda, que empezará este mes en México en una fecha por definir, estarán dispuestos a discutir la propuesta de cese el fuego. “Entendemos el decreto del Gobierno como una propuesta para ser examinada en el siguiente ciclo”, concluye el grupo guerrillero.
Desde el inicio de los diálogos con el ELN persiste la duda de si algunos frentes de la guerrilla que operan con un grado importante de independencia acatarán las decisiones que tome la cúpula negociadora. La justicia colombiana ha detectado en el interior del ELN seis grupos de combatientes dedicados al narcotráfico y la minería ilegal que no suelen cumplir los altos al fuego y no tienen interés en un proceso de negociación y un desarme.
En el mapa nacional de riesgos por la presencia del ELN en Colombia que presentó la Defensoría del Pueblo a finales del año pasado, la última guerrilla activa en el país “tiene presencia, hace tránsito o intermitencia” en 22 de los 32 departamentos, principalmente en Norte de Santander –donde se encuentra la región del Catatumbo, fronterizo con Venezuela–, Chocó, Arauca, Antioquia, Valle del Cauca, Cauca y Nariño. En Arauca mantiene una guerra con las disidencias de las extintas FARC que se apartaron del proceso de paz –que en más de una ocasión se ha desbordado a Venezuela– y en el Chocó con el Clan del Golfo.
Al filo del Año Nuevo, Petro anunció en su cuenta de Twitter un acuerdo para el cese al fuego bilateral por seis meses con cinco grupos armados. Además del ELN, se refirió a la segunda Marquetalia y el Estado Mayor Central, las dos principales disidencias de las FARC; al Clan del Golfo, también conocido como Autodefensas Gaitanistas de Colombia; y a las Autodefensas de la Sierra Nevada. “Habrá un mecanismo de verificación nacional e internacional”, aseguró el mandatario.
Hasta ahora, solo se ha instalado una mesa formal de negociaciones con el ELN, que retoma el proceso que se inició con Juan Manuel Santos (2010-2018) y se suspendió con Iván Duque (2018-2022). Sin llegar a concretar el esperado alto al fuego bilateral, las delegaciones cerraron el primer ciclo el 12 de diciembre en el hotel Humbolt de Caracas con el anuncio de un acuerdo parcial sobre “acciones y dinámicas humanitarias” en dos regiones puntuales a partir de enero de 2023: el Bajo Calima, en el departamento del Valle del Cauca, y el Medio San Juan, en el Chocó, ambas sobre el corredor del Pacífico, en el occidente del país. También reconocieron la grave situación que se vive en las cárceles y acordaron la “atención de emergencia humanitaria a un grupo de presos políticos” de la guerrilla.
El ELN ha declarado en varias ocasiones treguas unilaterales como la de fin de año, entre otras en mayo para las elecciones presidenciales, pero solo en una ocasión ha llegado a acuerdos bilaterales. El proceso que comenzó al final del Gobierno de Santos acordó en su momento un cese al fuego “bilateral, temporal y nacional” que duró 101 días. Ese acuerdo parcial, alcanzado en septiembre de 2017, fue el primer documento jamás firmado por el ELN con el Estado en más de medio siglo de conflicto armado, a pesar de que se ha sentado a negociar con casi todos los gobiernos desde los años 80. “Ese cese bilateral de fuegos coincidió con la visita del Papa Francisco a Colombia y se cumplió bien, de lado y lado, como lo certificó las Naciones Unidas, que eran los veedores”, dijo a EL PAÍS Juan Camilo Restrepo, quien fue en ese entonces el jefe negociador del Gobierno de Santos.
Las disidencias de las FARC aceptan la tregua anunciada por el Gobierno
La Segunda Marquetalia y el Estado Mayor Central, ambas disidencias de las FARC, han respaldado el anuncio de Gustavo Petro y han asegurado, a través de un comunicado, que aceptan la tregua. “La llegada al cese bilateral del fuego es el resultado, principalmente, del llamado de las comunidades y organizaciones sociales víctimas de las causas estructurales del conflicto social y armado y sus consecuencias; de la voluntad del Gobierno nacional, expresada en las acciones concretas de algunos de sus representantes para desescalar las confrontaciones”, indicaron las disidencias en un comunicado.
Los guerrilleros se comprometen a cumplir el cese, pero exigen que los otros grupos armados y sectores políticos asuman la “construcción de la paz” para impedir que “los sectores guerreristas se impongan y saboteen como lo intentaron hacer durante la manifestación del cese unilateral del fuego”. En el comunicado anuncian que han ordenado a todas las estructuras, frentes, columnas y compañías, cesar inmediatamente acciones hostiles contra la fuerza pública.
Fuente: El País