ABC .- Un estudio concluye que la edad biológica de humanos y ratones experimenta un rápido aumento en respuesta a diversas formas de estrés, que se revierte después de la recuperación.
La edad cronológica se refiere al tiempo que ha pasado desde nuestro nacimiento. Otra cosa es la edad biológica, que es la que mide cómo de envejecidas están nuestras células, tejidos, órganos y sistemas. Esta última, tanto en humanos como en ratones, experimenta un rápido aumento en respuesta a diversas formas de estrés, pero la buena noticia es que es reversible cuando nos recuperamos, según un estudio publicado en la revista ‘Cell Metabolism’. Estos cambios ocurren en períodos de tiempo relativamente cortos, de días o meses, de acuerdo con múltiples relojes de envejecimiento epigenéticos independientes.
«Este hallazgo de una edad fluida, fluctuante y maleable desafía la concepción tradicional de una trayectoria ascendente unidireccional de la edad biológica a lo largo del curso de la vida. Informes anteriores han insinuado la posibilidad de fluctuaciones a corto plazo en la edad biológica, pero la cuestión de si tales cambios son reversibles, hasta ahora, ha permanecido sin explorar», señala el coautor principal del estudio, James White, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke.
Se cree que la edad biológica de los organismos aumenta constantemente a lo largo del curso de la vida, pero ahora está claro que la edad biológica no está ligada de forma permanente a la edad cronológica. Los individuos pueden ser biológicamente mayores o menores de lo que pone en su carnet de identidad. Además, la creciente evidencia en modelos animales y humanos indica que la edad biológica puede verse influenciada por enfermedades, tratamientos farmacológicos, cambios en el estilo de vida y exposiciones ambientales, entre otros factores.
«A pesar del reconocimiento generalizado de que la edad biológica es al menos algo moldeable, se desconoce hasta qué punto sufre cambios reversibles a lo largo de la vida y los eventos que desencadenan dichos cambios», apunta el coautor principal del estudio Vadim Gladyshev, de la Facultad de Medicina de Harvard.
Los investigadores aprovecharon el poder de los relojes de metilación del ADN para medir los cambios en la edad biológica en humanos y ratones en respuesta a varios estímulos estresantes. En una serie de experimentos, el equipo unió quirúrgicamente pares de ratones que tenían 3 y 20 meses de edad en un procedimiento conocido como parabiosis heterocrónica (técnica que une las circulaciones sanguíneas de animales de diferentes edades).
Los resultados revelaron que la edad biológica puede aumentar durante períodos de tiempo relativamente cortos en respuesta al estrés, pero este aumento es transitorio y tiende a volver a la línea de base después de la recuperación del episodio estresante. La edad biológica de los ratones jóvenes aumentó por la parabiosis heterocrónica y se restauró después de separarlos quirúrgicamente de los ratones mayores.
«Un aumento en la edad biológica tras la exposición a sangre envejecida es congruente con informes previos de cambios perjudiciales relacionados con la edad en procedimientos de intercambio de sangre heterocrónicos», asegura el primer autor Jesse Poganik, del Brigham and Women’s Hospital, Harvard Medical School. «Sin embargo, la reversibilidad de tales cambios, como observamos, aún no se ha reportado. A partir de esta percepción inicial, planteamos la hipótesis de que otras situaciones naturales también podrían desencadenar cambios reversibles en la edad biológica».
Como se predijo, también ocurrieron cambios transitorios en la edad biológica durante cirugía mayor, embarazo y Covid-19 grave en humanos o ratones. Por ejemplo, los pacientes con un traumatismo experimentaron un fuerte y rápido aumento en la edad biológica tras una cirugía de emergencia. Sin embargo, este aumento se revirtió y la edad biológica se restableció a la línea base en los días posteriores a la operación. De manera similar, las mujeres embarazadas experimentaron una recuperación posparto de la edad biológica a diferentes velocidades y magnitudes, y un fármaco inmunosupresor llamado tocilizumab mejoró la recuperación de la edad biológica de las pacientes convalecientes de Covid-19.
«Los hallazgos implican que el estrés severo aumenta la mortalidad, al menos en parte, al aumentar la edad biológica. Esta hipótesis sugiere que la mortalidad puede disminuir al reducir la edad biológica y que la capacidad de recuperarse del estrés puede ser un determinante importante del envejecimiento exitoso y la longevidad. Finalmente, la edad biológica puede ser un parámetro útil para evaluar el estrés fisiológico y su alivio«, afirma Gladyshev.