Hace 450 años empezó a funcionar el primer hospital de Guayaquil, se llamaba Real y se situó en la cima del cerro del Carmen. Por los incendios acaecidos en la urbe en 1896, el edificio se quemó, pero volvió a ser levantado al pie del río Guayas, donde también fue destruido por otro incendio. En 1918 se lo construyó de cemento, en las faldas del mismo cerro. Veinticinco años más tarde recibió el nombre de Luis Vernaza, en honor a la labor de ese directivo.
Hoy este centro, que cada año atiende a cerca de 600 mil pacientes, se proyecta a reestructurar y modernizar todos sus servicios con estándares internacionales.
El proceso empezó hace siete años, con la remodelación de algunas áreas, el ordenamiento médico, la construcción del primer centro de imágenes de la ciudad y tiene previsto concluir en los próximos quince años. Así lo detalla José Francisco Cesa, subdirector técnico del centro, al cual llegan de distintas localidades del país.
En cuatro años ya se verán los primeros resultados. Las áreas de emergencia, hospitalización, entre otras, se intervendrán para dar un servicio igualitario a todos los pacientes.
“Esa es nuestra razón de ser, todo lo que recibimos lo reinvertimos para dar un mejor servicio a nuestros pacientes”, sostiene Cesa, mientras muestra orgulloso algunas áreas nuevas o mejoradas del hospital, como la Clínica del Día, los quirófanos equipados con tecnología de punta y la Unidad de Cuidados Intensivos.
Con 828 camas y 26 especialidades, el hospital atendió a 591.517 pacientes en consulta externa, emergencia y hospitalización el año pasado. En lo que va del 2014, entre enero y octubre, se ha atendido a 492.252 personas, lo que da un promedio de 1.600 al día.
Otro de los proyectos del hospital y de la Junta de Beneficencia, que regenta el centro, es la expansión de los servicios con la construcción de una torre de consultorios en el terreno donde actualmente funciona Plaza Vernaza, diagonal al hospital. También se construirán edificios dedicados a algunas especialidades para formar un complejo hospitalario, dice Cesa.
“Es una transformación total que ha vivido el hospital, que además de las mejoras físicas, se priorizan los protocolos, las normas internacionales en la gestión e integración de los servicios médicos y se ha incentivado la preparación del médico”, sostiene Jorge Hurel, subdirector técnico, quien tiene una década en el centro.
Una de las áreas de este centro que también se repotenciará es la unidad de trasplante, la cual ha realizado 204 procedimientos en cinco años: 122 de córnea, 71 renales y 11 hepáticos. Estos últimos se hacen desde el año pasado.
El laboratorio molecular es uno de los departamentos nuevos del hospital que actualmente está en desarrollo. Cesa aspira a que se convierta a futuro en un punto de referencia para el estudio de exámenes de compatibilidad para los procedimientos de trasplantes.
Estos cambios también son reconocidos por los pacientes y sus familiares. Por ejemplo, Teresa Faz, familiar de una paciente que está hace un mes en cuidados intensivos.
En octubre, la revista internacional AméricaEconomía ubicó a este hospital en el puesto 29, entre 42, en el ranking de los mejores hospitales de América Latina 2014.