El caso de Pamela Ati, la joven oficial del Ejército fallecida en extrañas circunstancias en la provincia de Orellana, dio un nuevo giro.
La fiscal de Quito, María Isabel Jiménez, emitió su dictamen, en el cual se abstuvo de acusar a los 6 oficiales, inicialmente implicados.
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Su pronunciamiento pasará a manos del fiscal provincial, que deberá ratificarlo o, más bien, pedir el enjuiciamiento de los posibles implicados, algo que deberá ser establecida por el juez respectivo.
De confirmar el fiscal provincial el dictamen de Jiménez, los militares quedarán fuera de toda culpa.
Muerte sería accidental
El caso de Ati desató gran controversia nacional.
La joven falleció el 29 de junio pasado, en el Fuerte Militar Napo. Su deceso ocurrió luego de asistir a una fiesta clandestina, en la cual todos los participantes consumieron abundante licor.
De acuerdo a los compañeros de Ati, luego de la celebración la llevaron a su cuarto, donde la dejaron descansar. Sin embargo, horas después la hallaron muerta.
Informes contradictorios
El primer examen forense estableció que la oficial fue golpeada, violada y asfixiada. Sin embargo, una segunda autopsia determinó que se deceso fue provocado por un edema pulmonar, propio de su condición etílica, y se descartaron los supuestos abusos.
Además, no hubo coincidencias de supuestos restos biológicos, con los perfiles de ADN tomados a los 6 militares, que tuvieron algún contacto con la malograda joven.