Los últimos meses del año generan un espectáculo muy especial en Guayaquil.
Sus calles, avenidas y parques se pintan de amarillo, producto del florecimiento de los guayacanes.
El fenómeno dura pocos días, y se produce por segunda vez en el año entre los meses de noviembre y diciembre.
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Guayaquil, donde abunda esta especie nativa de la costa ecuatoriana, adquiere un color amarillo intenso, ya que las flores abundan.
Los guayacanes poseen una copa ancha que permite dar sombra, alcanza los doce metros de altura, y florecen 2 veces al año.
Entre los sectores en que se pueden apreciar estos árboles, tenemos las avenidas de las Américas, Víctor Emilio Estrada, Kennedy, Barcelona, Abdón Calderón y Luis Cordero Crespo, así como en el centro de la urbe.
La especie mantienen su proceso de florecimiento gracias a un mantenimiento agronómico semanal, a cargo de la fundación Siglo XXI, según dio a conocer el gerente de la Empresa Pública de Parques EP, Adrián Zambrano.