Amanda Villavicencio, hija del asesinado dirigente político, Fernando Villavicencio, restó toda veracidad a los supuestos chats telefónicos de su padre, difundidos por activistas del correísmo y por el comunicador Andersson Boscán.
Según Boscán y los correístas, el teléfono del malogrado excandidato presidencial está en sus manos, y gracias a ello obtuvieron información de los chats, que difundieron en redes sociales.
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Lo tiene el FBI
Por la misma vía, Amanda Villavicencio, en un video, recordó que el dispositivo fue entregado al FBI de Estados Unidos, organismo que se encargó del peritaje respectivo.
Por tanto, dijo que no había forma de que los activistas políticos, supuestamente, accedieran a la información que contenía.
Los archivos muestran supuestas interacciones entre Villavicencio y la fiscal general, Diana Salazar; el periodista Christian Zurita; y Carlos Pareja Cordero.
Para Amanda Villavicencio, lo que hace el correísmo es una afrenta a la dignidad de un hombre, que ya no puede defenderse.
Información es reservada
Además, en el supuesto que la información fuera cierta, estarían publicando información reservada de denuncias, y se violaría el secreto de correspondencia de su padre, y de las personas con las que se comunicaba, exponiendo así a sus fuentes.
Su pedido es que se sancione esta “acción infame”.
Por su parte, la Fiscalía aclaró que el teléfono, en efecto, está en manos del FBI, y que los aparentes chats difundidos por el correísmo son falsos.