Cada 12 de agosto, el mundo celebra el Día Internacional del Disco de Vinilo, conocido como ‘Vinyl Record Day’. Esta festividad rinde homenaje a un formato histórico que revolucionó la manera de escuchar música.
A decir de Antena 3, la celebración nació en California en 2002, con el objetivo de conmemorar la invención del fonógrafo por Thomas Alva Edison.
Thomas Edison transformó la energía acústica en mecánica, al lograr que los sonidos se registraran en cilindros recubiertos de cera. Estos cilindros, al entrar en contacto con una aguja lectora conectada a un amplificador, reproducían los sonidos grabados. Este invento marcó el nacimiento del fonógrafo en la década de 1870.
En 2002, varios coleccionistas decidieron rescatar sus viejos discos de vinilo para compartir la música y revivir la magia del formato. Así nació el Día Internacional del Disco de Vinilo, una fecha que celebra la rica historia del sonido grabado y su impacto en la cultura musical.
Historia de los discos de vinilo
La industria musical cambió para siempre en 1887 cuando Emil Berliner, un inventor norteamericano, creó el gramófono y los discos de pizarra. Según National Geographic, este invento fue el antecesor directo del formato de discos de vinilo que conocemos.
El gramófono de Berliner representó una evolución significativa respecto al fonógrafo, inventado por Thomas Edison en 1877. Mientras que el fonógrafo de Edison permitió grabar y reproducir sonidos por primera vez mediante un amplificador, el gramófono introdujo discos planos y más ligeros que podían fabricarse en masa a partir de una plantilla. Sin embargo, estos discos de pizarra eran frágiles y su vida útil era limitada.
El verdadero avance llegó a finales de los años 20 con la introducción del vinilo en la fabricación de discos. Este material permitió crear reproducciones de larga duración, lo que significó una nueva era en la industria musical. Además, la motorización del gramófono impulsó la aparición de los primeros tocadiscos automáticos, esto facilitó el acceso a la música para un público más amplio.
Este invento de Berliner no solo cambió la manera en que se escuchaba música, sino que también sentó las bases para el desarrollo de la tecnología de reproducción musical que mantenemos hasta hoy en día.