La Izquierda Democrática acepta la “muerte cruzada”, decretada por el presidente Guillermo Lasso.
Para Dalton Bacigalupo, quien era legislador por esa tienda política, explicó que, a falta de una reunión formal de los directivos, particularmente considera que Lasso apeló a una facultad que le otorga la Constitución.
El ex asambleísta dijo que le tomó por sorpresa la medida, pero la calificó de acertada. Y tanto es así, que la sociedad civil la respalda mayoritariamente.
A su criterio, el país reclama una restauración política, y con ese antecedente, las elecciones son la mejor salida.
Para Bacigalupo, es posible que Lasso decretara la “muerte cruzada” al conocer la futura composición de las comisiones legislativas, que al ser presididas por miembros de la oposición, seguramente auguraban extrema conflictividad con el Ejecutivo, escándalos y llamamientos irresponsables a desestabilizar el poder. En resumen, un escenario en el cual sería muy difícil gobernar.
De ahí que el mandatario tomará la decisión más adecuada, que le garantizará, al menos durante unos meses, manejar el país sin la negatividad de una Asamblea en contra.
