Destrozado por la desintegración de su grupo Ekhymosis y temeroso de no tener un futuro en la música, Juanes vendió sus pocas posesiones en Medellín y decidió irse a probar suerte en Estados Unidos. Eran finales de los 90 cuando tomó un vuelo con destino a Miami en el que, casualmente, viajaban los Aterciopelados, que iban como nominados a los premios Grammy.
«Dios mío, ¿qué estoy haciendo? Dame fuerzas para seguir adelante», pensó entonces el rockero colombiano sin imaginarse que apenas tres años después, y tras pasar también duras épocas en Nueva York y Los Angeles, conseguiría él mismo el primero de 19 Latin Grammy y dos Grammy y llevaría sus canciones a lugares remotos que ni siquiera soñó algún día visitar.
Esta es una de las anécdotas que Juanes relata con gran candidez en «Persiguiendo el sol», un libro autobiográfico que sale a la venta el martes en español e inglés («Chasing the Sun») bajo el sello Celebra del grupo Penguin, y que dice él mismo escribió sin la ayuda de un «ghostwriter».
«Nunca pensé que iba a escribir», confesó el cantautor de éxitos como «A Dios le pido» y «La camisa negra» en una entrevista reciente con The Associated Press. Y dijo que en total tardó unos seis meses entre la recolección de fotografías —que abundan_, la escritura y la revisión del texto. «Iba con mi computadora a todos lados, iba agregando cosas a medida que iba refrescando la memoria. Un lugar me iba conectando con el otro».
En «Persiguiendo el sol» Juanes aborda momentos en su vida conocidos por todos y otros no tan conocidos —como cuando estando de gira en Ginebra vio por la ventana de su hotel lo que cree fueron ovnis o cómo pasó años construyéndose él mismo una motocicleta que luego se convirtió en su modo de transporte — , ahondando en los sentimientos que atravesaba en cada uno de esos momentos y relatando con gran honestidad cómo llegar a la cima le fue pasando factura a su vida familiar y espiritual.
Habla de una época de fracasos en la que sintió que pisó fondo, cuando el agotamiento de años viviendo prácticamente de gira drenó su energía y su creatividad y requirió un descanso que llevó a la ruptura con su mánager de años, Fernán Martínez, recuperando el control de su tiempo y el tiempo con su familia.
«La verdad me siento muy agradecido hoy con Dios, con la vida, con la música», dijo a la AP. «Han pasado muchas cosas, la mayoría que ni en el sueño más grande y más ambicioso pude haber tenido. Es como una historia mágica que se ha hecho realidad y lo quería compartir con los fans por esa misma razón. Sin ese camino recorrido no podría estar aquí».