King Kong es una de las películas emblemáticas de la década de los 30, llena de acción y fantasía, en una época que Hollywood comenzaba a posicionarse como la meca del cine.
Fue el momento en que comenzó a distanciarse del cine europeo, quizá demasiado intelectualizado para una generación que estaba hastiada de la violencia y de la crisis económica y que veía en las películas un vehículo de escape. Y qué mejor que el cine de aventuras, del cual King Kong es su mejor expresión.
King Kong es una versión libre del mito de la Bella y la Bestia, y es uno de los personajes más interesantes de la historia del cine. Producida por los estudios RKO, estrenada el 7 de marzo de 1933, en las instalaciones del teatro Radio Music City Hall, fue dirigida por Meriam Cooper y Ernest Schoedsack.
Protagonizada por Fay Wray, que interpretaba a la actriz Ann Darrow, junto con Bruce Cabot y Robert Armstrong, narra la historia de un gigantesco gorila que vive en la isla Skrull (Calavera) como amo absoluto, en donde los aborígenes le llevan jóvenes como ofrendas, y termina siendo capturado y trasladado a la ciudad para ser exhibido como objeto de feria.
En el fondo, el gigantesco gorila solo quería seguir a su amada Ann. En la ciudad, luego de liberarse, toma a su amor imposible y se refugia en el Empire State, ofreciendo unas escenas de antología al enfrentarse a un enjambre de aviones.