El nuevo presidente de la Argentina, Javier Milei, anunció sus primeras medidas económicas, y hay enorme expectativa por las reacciones que generen en la población.
Consultado por “Punto de Orden”, el destacado analista argentino, Gabriel Gasave, explicó que hay que desmenuzar esas medidas. Por ejemplo, la reducción de ministerios (de 18 a 8) podría considerarse más bien simbólica. Sí, representará un ahorro a nivel burocrático, pero ante el país se muestra como el primer paso hacia un nivel de eficiencia.
Más aún, dijo, porque el mandatario anunció la eliminación de los empleados públicos contratados en el último año. Es decir, quienes fueron “premiados” por el anterior gobierno, y que no significan un aporte laboral de importancia.
La medida más importante, explicó Gasave, es la reducción de los subsidios implantados por el peronismo en servicios básicos, como transporte, agua, gas, etc. Estos subsidios eran como una “olla de presión”, que ponía en riesgo la economía argentina.
El analista reconoció que esta decisión puede causarle problemas sociales a Milei, incluso con manifestaciones en las calles, pero afirmó que era necesaria para “sincerar” el manejo fiscal, y sobre todo aliviar la presión del Estado.
A su criterio, Argentina vivió unos años de ficción, creados por el peronismo, y era necesario ponerles fin.
Dolarización debe ser el destino
Para Gasave, todas las acciones que tome el nuevo gobierno deben apuntar a un solo destino: la dolarización del país. Ese debe ser el legado que deje a las siguientes generaciones.
Actualmente, debido a la incertidumbre, la cotización del dólar varía con fuerza de un día a otro, lo cual afecta los ingresos de los ciudadanos. Solo con salarios dolarizados, acotó, empezará a existir tranquilidad y confianza en el mercado.
El experto reconoció que, como paso previo, Milei debe aplicar una serie de medidas muy necesarias, como licuar pasivos antiguos, sanear las finanzas, reducir gastos y, sobre todo, sincerar costos de los servicios públicos, algo que ya comenzó a hacer.
La soberanía de un país, anotó el analista, no consiste en “tener papelitos de colores, con símbolos patrios impresos”. La verdadera soberanía es gozar de estabilidad económica.
Finalmente, opinó que el gobierno de Alberto Fernández y Cristina de Kirchner, fue el peor desde el retorno a la democracia, que cumplió precisamente 40 años.
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