El uso de la hidroxicloroquina fue muy recurrente durante la primera ola del COVID-19. Y un estudio revela sus letales efectos.
El medicamento se prescribió a varios pacientes hospitalizados con COVID, a pesar del bajo nivel de evidencia científica, por lo que pudo haber causado muertes prematuras en seis países.
En un estudio publicado por la revista “Biomedicine & Pharmacotherapy”, un equipo de investigadores franceses ha estimado la mortalidad prematura asociado a ese tratamiento en Bélgica, España, Francia, Italia, Turquía y Estados Unidos.
Según los autores de la investigación, durante la primera oleada de COVID, el tratamiento con hidroxicloroquina (HCQ) se utilizó “de forma no autorizada, a pesar de la ausencia de pruebas que documentaran sus beneficios clínicos”.
Los autores han basado sus estimaciones en los datos que disponen de los seis países mencionados, teniendo en cuenta el número de pacientes de COVID hospitalizados en la primera oleada, enfermos a los que se administró el tratamiento, y personas cuya muerte es atribuible al mismo, entre otros.
En Ecuador, el uso del fármaco fue entregado por la ex alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, pese a sus riesgos.
Solo en Guayaquil, un comité municipal formado en la pandemia entregó 6.000 dosis del fármaco en los hospitales públicos y clínicas privadas de la ciudad.