El hombre, de 72 años y origen oriental, había huido tras atacar el sábado un local de Monterey Park, hogar de una de las mayores comunidades asiáticas del país, y causar 10 muertos y una decena de heridos
El hallazgo de un cuerpo sin vida en una furgoneta blanca a la que las pesquisas habían conducido a la policía ha puesto fin este domingo a una caza al hombre desatada casi 24 horas antes, cuando un individuo de rasgos asiáticos disparó indiscriminadamente contra el público de una discoteca de Monterey Park, en el arranque de las celebraciones del Año Nuevo chino. La policía localizó este domingo en Torrance, también en el condado de Los Ángeles, la furgoneta presuntamente utilizada por el sospechoso de perpetrar el tiroteo más grave en EE UU desde la matanza de Uvalde (Texas) la primavera pasada; un ataque que en la noche del sábado se cobró diez muertos y otros tantos heridos, uno de ellos en estado crítico.
Un nutrido despliegue policial rodeaba este domingo el vehículo en un aparcamiento distante sólo 40 minutos del lugar del tiroteo, el peor en la historia reciente del Estado. Tras varias horas de cerco, fuerzas especiales apoyadas por blindados intervinieron en torno a la una de la tarde y tras romper una ventanilla, hallaron un cuerpo desplomado sobre el volante. En la tercera comparecencia del día ante la prensa, la policía informó de que el sospechoso, identificado como Huu Can Tran, de 72 años, se suicidó tras ser detenido en un control de tráfico. Pruebas encontradas en el interior del vehículo vinculan a Tran con la matanza de Monterey Park.
La policía y el FBI no han logrado determinar aún la motivación del asaltante, un hombre entre 30 y 50 años “armado y muy peligroso” según el primer retrato robot proporcionado por el sheriff del condado, Robert Luna. Pero el tiroteo golpeó el corazón de la comunidad asiática de Monterey, una de las más nutridas del país. El suceso se produjo pasadas las 22.00 del sábado (las 7.00, hora española peninsular) en una discoteca situada en una zona donde horas antes miles de personas habían celebrado el inicio del Año Nuevo chino, el del Conejo. El sospechoso se dio entonces a la fuga.
El capitán Andrew Meyer, portavoz de la oficina del sheriff del condado de Los Ángeles, apuntó en la mañana de este domingo que es demasiado pronto para saber si el pistolero conocía a alguien en el local, que es también academia de baile y karaoke, y actuó por motivos personales, o si se trató de un crimen de odio. La zona alberga un gran número de negocios de la comunidad asiática, como locales de comida y comercios minoristas.
El dueño de un restaurante de la zona contó a Los Angeles Times que tres personas entraron corriendo a su establecimiento para refugiarse y le pidieron que cerrara la puerta con llave porque en la calle “había un hombre con una ametralladora” y varios cargadores para seguir disparando; según las primeras informaciones, el arma utilizada no es de asalto, el tipo más común en semejantes ataques, debido en parte a que el Estado de California tiene una de las legislaciones de armas más estrictas del país y prohíbe el armamento de combate. Otro testigo citado por el periódico afirmó que escuchó “cuatro o cinco disparos” y que luego oyó las sirenas de la policía. A las fuerzas del orden locales se ha sumado un equipo forense del FBI para ayudar en la investigación y en la identificación de las víctimas, cinco mujeres y cinco hombres “probablemente” de origen asiático.