Aunque los adultos hayan completado su esquema de vacunación, pueden convertirse en portadores asintomáticos de tosferina, transmitiendo la enfermedad sin presentar síntomas evidentes. Esta situación representa un peligro significativo para bebés, niños pequeños y adultos mayores con sistemas inmunológicos debilitados.
La tosferina, causada por la bacteria Bordetella pertussis, es altamente contagiosa y se propaga a través de gotículas expulsadas al toser, estornudar o hablar. Los síntomas iniciales suelen ser leves, similares a los de un resfriado común, incluyendo fiebre baja, secreción nasal y tos leve. Sin embargo, con el tiempo, la tos puede intensificarse, volviéndose incontrolable y acompañada de un silbido característico al inhalar.
Es fundamental que los adultos, especialmente aquellos que están en contacto cercano con poblaciones vulnerables, consideren la posibilidad de recibir dosis de refuerzo de la vacuna contra la tosferina. Además, es crucial mantener medidas de higiene adecuadas y estar atentos a los síntomas, incluso si son leves, para prevenir la propagación de esta enfermedad.