Las elecciones del 2023 nos recibirán con organizaciones políticas sin mucha fuerza y con poca estructura en sus bases.
Uno de los retos para los partidos y movimientos políticos fue el porcentaje de mujeres cabeza de lista y la representación de jóvenes. Esto les obligaba a los partidos desde el 2020 para la configuración de una estructura mínima en el interior de sus organizaciones para promover, capacitar y gestionar la participación política de mujeres y jóvenes.
Ruth Hidalgo, experta en procesos electorales, explica que estas gestiones no las han realizado las organizaciones y, por ello, uno de los grandes desafíos que tienen es cumplir con estos requisitos. Para estas elecciones indica que hay un retroceso en la selección de las candidaturas, ya que otra vez se está eligiendo a personajes de la farándula, deportistas, cantantes, entre otros. Esto debido a que no tienen estructuras en sus cuadros por una mal formación en sus escuelas.
“Algunos de ellos seguramente ganarán las elecciones y volveremos nuevamente al problema permanente que hemos vivido, donde personas sin conocimiento del partido político y sin capacidad para gestionar obtendrán un cargo público”, indicó Hidalgo.
Para Hidalgo, las elecciones no son un hecho aislado o una situación que puede tomar por sorpresa a las organizaciones políticas, sino más bien están planificadas. Por esta razón, los partidos y movimientos saben que cada cuatro años deben elegir nuevas dignidades políticas. Este es otro de los problemas que afecta en las estructuras de cada organización ya que no se preparan bien de cara a las siguientes elecciones.
Las organizaciones políticas han optado por buscar a sus candidatos los últimos momentos sin formar a los nuevos aspirantes. Esto genera diversos inconvenientes en las estructuras, ya que muchas veces no se selecciona a una persona por su pensamiento ideológico sino por su relevancia, lo que genera otras problemáticas.
Pocos representantes
Se genera una cultura de presencia unipersonal en las organizaciones políticas. Esto genera un problema en los partidos y movimientos ya que la falta de nuevos líderes e ideas hace que las organizaciones se estanquen en una sola persona. Cuando existe una sola visión que impone y decide por sus afiliados caen en la tentación del autoritarismo y no se puede pensar que un partido político se destaque con un solo representante sin hacer recambios en las listas y direcciones políticas.
Escasa formación
Las organizaciones políticas deberían invertir el fondo partidario que es asignado por parte del Estado. De esta manera, con visión a las elecciones seccionales o presidenciales se puedan preparar de mejora manera. Sin embargo, esto no sucede ya que no se construye en sus bases a posibles candidatos que estén preparados en los siguientes comicios. Existe una mala práctica de los movimientos y partidos políticos de buscar a último momento nuevos candidatos sin una buena formación.
Exceso de organizaciones
Más de 250 partidos y movimientos políticos existen en el Ecuador. Para Ruth Hidalgo es difícil creer que pueda haber tantas teorías políticas. La mayoría de las organizaciones podrían ubicarse en la derecha, izquierda, centro izquierda o centro derecha. A pesar de eso, prefieren generar un partido político de papel ya que esto resulta un negocio. Mientras existan tantas organizaciones, esto seguirá siendo un problema principal para debilitar las organizaciones que no tienen representatividad.
Cambio de movimientos
La práctica de cambiar a líderes con cualquier organización política genera candidatos de derecha con partidos de izquierda. Lo que debe promover un candidato que corre por alguna dignidad es encarnar una visión política con la cual él se identifica, defiende y a través de la cual va a orientar sus políticas públicas en caso de ser alcalde. Los candidatos desesperados por el poder van con una organización política que no tiene nada que ver con su pensamiento y esto debilita la democracia.
Fuente: El Comercio
