Las lluvias caídas en los últimos días en la región austral del país, mejoraron las condiciones de las centrales hidroeléctricas.
Sin embargo, todavía no alcanza la generación como para suspender los racionamientos.
Según el Operador Nacional de Electricidad (Cenace), la energía que producen las hidroeléctricas aportan ahora el 71% de todo el suministro nacional. El sábado 20 pasado era el 69%.
Lamentablemente, algunas hidroeléctricas del sur del país salieron de funcionamiento, como Paute-Molino o Sopladora, debido a urgentes labores de mantenimiento.
Otras centrales, como Coca Codo-Sinclair, mantienen su nivel de producción, y Mazar ya labora de forma parcial, con una de sus turbinas.
Debido a la situación que vive Colombia, golpeado también por el estiaje, no es posible comprarle energía. Por ahora se abastece con la generación hidroeléctrica disponible, y con las termoeléctricas que están operativas.
De acuerdo al ministro de Energía encargado, Roberto Luque, este es el peor problema climático regional en 60 años, combinado con la falta de inversión en nuevos proyectos en el sector, y malas decisiones en los últimos meses.
