El gobierno mexicano vuelve a la carga por el tema de Jorge Glas.
En un extenso comunicado difundido en redes sociales, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México demandó la excarcelación del exvicepresidente, la emisión de un salvoconducto que garantice su salida del país, y su traslado a un lugar seguro, “en atención al crítico estado de salud que reporta”.
El documento agrega que, con base al acuerdo suscrito con Suiza el 15 de junio pasado, “para salvaguardar los intereses mexicanos en Ecuador, el Gobierno de México ha solicitado formalmente al Gobierno de Ecuador, un salvoconducto en favor del señor Jorge David Glas Espine, asilado político mexicano…”
Para ello cita los términos I9, 12 y 13 de la Convención sobre Asilo Diplomático de 1954 (Convención de Caracas), vinculante para ambas naciones.
Su objetivo es que Glas sea entregado y trasladado a un tercer país, que en este caso sería Suiza.
México otorgó asilo al ex segundo mandatario el 4 de abril pasado, y lo recibió en su embajada en Quito. Pero pocos días después, la policía ecuatoriana, alertada sobre un posible intento de fuga, irrumpió en el edificio y arrestó a Glas, quien ahora guarda prisión en la Cárcel “La Roca”, de Guayaquil, la de máxima seguridad del país.
La defensa del exvicepresidente alega que su estado de salud es grave, y que incluso quiere suicidarse. Sin embargo, los médicos de “La Roca” descartaron el supuesto peligro, e incluso citaron que mientras estuvo en prisión en la Cárcel de Cotopaxi, se realizó injertos de cabello.
La Cancillería no se ha pronunciado aún sobre este pedido, si bien el gobierno anticipó varias veces que Glas es un delincuente común, con sentencias ejecutoriadas por actos de corrupción, y por tanto no será liberado, ni reconoce el asilo político.