Infobae .- El candidato a presidente entró al salón como un rockstar y el público lo alentó eufórico durante su discurso. El economista trazó un plan de gobierno, habló de terminar con la “litigiosidad laboral” y prometió: “Va a haber trabajo para todos”. Críticas al oficialismo y a Juntos por el Cambio.
No estuvo claro por qué Barrionuevo no fue al evento, que, dijeron los organizadores, reunió a unas 3000 personas. Hay quienes deslizaron en el frente político que su presencia incomodaba a un sector de los libertarios, que consideraban que no era el momento, más allá de los diálogos, de quedar asociados a “la casta” en una foto, una de las más potentes formas de comunicación. De todas formas, el gremialista aportó todos los fierros de la puesta en escena. Inclusive, el presentador del show político fue Jorge Formento, su histórico locutor, que empleó palabras extremadamente elogiosas hacia Milei. Entre otras cosas, destacó que su entrevista con Carlos Tucker había sido “la más vista de la historia de la humanidad”.
En LLA negaron, una y otra vez, que esos hubieran sido los planes originales. “Nunca fue una cena, nunca fue para recaudar”, repetían. Pero algunos de los asistentes contaron que habían pagado sumas para formar parte del encuentro, donde se repartieron banderitas azules y celestes que los asistentes flamearon en el aire en los momentos “pico” del discurso de Milei, que marcaba con un cambio en el tono de su voz las frases más disruptivas, en general para cerrar cada conjunto de ideas.
Milei llegó temprano al lugar, antes de las 19, junto a su hermana, Karina, y el armador en el territorio, Carlos Kikuchi. Después fueron sumándose algunos candidatos a diputados, como la postulante a gobernadora bonaerense, Carolina Píparo; a diputadas nacionales, Marcela Pagano y Lilia Lemoine, y aspirante a vice en la PBA, Francisco Oneto. Todos ellos se sentaron en la primera fila alrededor de las 20, minutos antes de que empezara a hablar Milei. El evento había sido convocado una hora antes.
Como se esperaba, el candidato, que empezó a hablar tras escuchar durante unos segundos los cánticos “La tiene miedo”, no ahorró críticas a los “políticos corruptos”, a las “víboras” y “manga de brutos” que manejaron el país en las últimas dos décadas con chicanas tanto para el kirchnerismo, como para Juntos por el Cambio, y elogios a Carlos Saúl Menem. Pero no mencionó una sola vez de manera despectiva a los gremialistas como conjunto, a diferencia de otras veces. Esa delicadeza de medirse ante el público fue un contraste con anteriores alocuciones frente a otros sectores. Por caso, no había tenido ese cuidado frente a los empresarios del Consejo de las Américas, donde no dudó de calificarlos como “prebendarios”.
Quizá atento a las promesas de sus rivales, Sergio Massa y Patricia Bullrich, de que si llega a la Casa Rosada se viene un ajuste, prometió que, si es presidente, “va a haber trabajo para todos”. “Con nuestro plan motosierra estamos proponiendo hacer obra pública por iniciativa privada, eliminar los subsidios económicos, eliminar el déficit de empresas públicas privatizando. Pero esto no va a caer sobre la gente de bien, que genera riqueza”, dijo.
Y recordó su plan para crear un seguro de desempleo -con un elogio a la UOCRA- pero “potenciado”. Nuestro plan nos permitiría pasar de 6 millones a 14 millones de puestos de trabajo. (…) Trabajaríamos sobre litigiosidad laboral. Y, al estar limpia la señal de precios, se crecería en trabajo, con más remuneraciones y que más gente ingrese al mercado laboral. Va a haber trabajo para todos”, lanzó, antes de que volvieran a aplaudirlo. “Va a haber tuco y fideos para todos”, gritó.
En todo momento, más allá de las chicanas, inclusive contra Alberto Fernández, Milei se mostró en modo presidencial. Dijo estar prácticamente confiado en que puede ganar en primera vuelta, contra las proyecciones de las encuestas, que lo muestran por debajo de los 40 puntos; habló minuciosamente de sus planes de gobierno, y anunció a uno de sus futuros, eventuales ministros, Guillermo Ferraro, que sería el titular de Infraestructura, un plan desconocido hasta entonces.
Milei cerró con una frase alusiva a la crisis de 2001. “Pensar que hubo un ‘que se vayan todos’ y no se fue ninguno”, dijo. Y remató, a los gritos: “Que se vayan todos, vamos a sacarlos a patadas en el culo”.