El juicio político a la ministra del Interior, Mónica Palencia, avanza a trompicones, y sin un final claro.
Consultada por “Punto de Orden”, la funcionaria denunció que se siente violentada, debido a las trabas que ponen a su legítimo derecho a la defensa, y en especial a la falta de pruebas válidas de las supuestas infracciones cometidas.
- LEER TAMBIÉN: Incidentes durante sesión por juicio político contra ministra Palencia
- LEER TAMBIÉN: Largas disertaciones pero pocos argumentos durante juicio contra ministra Palencia
Palencia advirtió que las acusaciones del juicio varían mucho, por la sencilla razón que no hay evidencia alguna.
Primero, la incursión a la Embajada

Basta recordar que, al inicio de la sustanciación, dentro de la Comisión de Fiscalización de la Asamblea, el correísmo la cuestionó por autorizar, supuestamente, la incursión policial a la Embajada de México, donde fue arrestado el exvicepresidente Jorge Glas. Sin embargo, la propia Corte Nacional de Justicia calificó de legal la detención, en vista que Glas debe cumplir condenas pendientes, y además tiene una orden de captura por peculado.
Aunque reconoce que se trata de un “juicio político”, puntualizó que la Corte Constitucional demandó respeto a las garantías legales.
Ahora el correísmo se inclina por culparla de la ola de violencia que sufre el país, cuando es precisamente el actual Gobierno Nacional, el que ha conseguido reducir el número de asesinatos.
Presupuesto, sí en ejecución

Tampoco es válido el argumento de que no ha ejecutado el presupuesto asignado a su cartera, pues las cifras oficiales revelan lo contrario.
Lo irónico, apuntó Palencia, es que los “testigos” de los acusadores no se presentan a declarar, y más bien pretenden meter a la fuerza el testimonio del exministro de Gobierno, José Serrano, fuera de los plazos de ley.
Todo el mundo sabe quién es Serrano, agregó, lo que significa, lo que hizo y lo que dejó de hacer.
Palencia recordó que, al asumir su cargo, nunca encontró los reportes de los gastos de emergencia que realizó Serrano.