El gobierno peruano declaró la emergencia en Lima, Cusco y Puno durante 30 días, debido a la ola de violencia registrada en las últimas semanas, y que deja hasta ahora 50 muertes.
Los incidentes son protagonizados por partidarios del destituido presidente Pedro Castillo, quienes piden su liberación, la renuncia de la nueva presidenta, Dina Boluarte, y el llamado inmediato a elecciones.
Las protestas incluyen cierre de vías en varios puntos del país, en especial la zona sur. Los bloqueos provocan numerosos accidentes de tránsito. En el más reciente, ocurrido en Moyobamba, selvática región de San Martín, un hombre de 39 años falleció.
La mayor parte de las muertes ocurrió durante enfrentamientos entre manifestantes y la fuerza pública, precisamente a causa de los cierres de carreteras. Además hay decenas de heridos, incluyendo alrededor de una decena de policías.
Hasta ahora se contabilizan 99 puntos viales del país con interrupciones, producto del paro nacional.
Las movilizaciones comenzaron el 7 de diciembre pasado, tras el fallido autogolpe del exmandatario Pedro Castillo.
La presidenta Boluarte advirtió que mantendrá mano dura, y que no cederá a las presiones de los revoltosos.
