Con un cuadro del Señor del Río, patrono del sector, hombres, mujeres y niños emprendieron la caminata hacia las faldas del volcán.
Tufiño
Los pobladores de zonas cercanas al complejo volcánico Chiles – Cerro Negro, ubicado a 25 kilómetros de Tulcán, realizaron una romería hacia la elevación que se ha mantenido en actividad los últimos días.
El miedo y la zozobra se apoderan de los 10.767 habitantes que viven bajo las faldas del coloso. El sismo de magnitud 5,2 del pasado 25 de julio dio paso a una serie de eventos sísmicos que no cesan. Estos, de hecho, alcanzan hasta 6.000 movimientos en un día, sostiene Mauricio López, coordinador de monitoreo del Servicio Geológico Colombiano.
El comportamiento inusual del complejo volcánico enciende las alarmas en científicos y autoridades locales. Por esta razón, las tareas de investigación, monitoreo y prevención se intensifican para preparar a la población ante una eventual erupción.
Mientras tanto, los pobladores a través de peregrinaciones piden al patrono religioso del sector, conocido como el Señor del Río, que todo vuelva a la normalidad y que el Taita Chiles, como conocen a la montaña de 4.773 m. s. n. m., deje de rugir y temblar.
En estas poblaciones rurales, el miedo y la incertidumbre no los dejan dormir. Afirman que la tierra vibra constantemente y cuando los temblores son fuertes ruge la tierra, agita las casas y los obliga a pernoctar en espacios abiertos.
El sábado 6, unas 500 personas originarias de Tufiño ascendieron hasta una parte de las faldas del cerro Chiles. Los pobladores llevaron consigo un cuadro gigante con la imagen del protector de esta parroquia, localizada en la frontera ecuatoriana – colombiana.
Antes de iniciar la caminata, el grupo de personas realizó una venia a la elevación. Acto seguido, se persignaron e iniciaron la peregrinación con canticos religiosos, sin medir el riesgo que podrían correr en caso de producirse una réplica o un evento extraordinario.