La consigna que tiene la Policía es graduar a 30 000 nuevos agentes antes de que termine el período presidencial de Guillermo Lasso. Por eso redujeron de dos años a seis meses la preparación de los aspirantes. Y hoy, de un solo golpe, la entidad pretende formar a 7 000.
Eso no ha ocurrido jamás en la historia de la institución policial. De hecho, sus propias autoridades lo confirman. El director de Educación de la Policía, Marcelo López, lo mencionó a EL COMERCIO en una entrevista. El oficial explicó que, en promedio cada año, la Policía necesitaba instruir a 3 000 postulantes.
Esa era la cantidad que la institución requería técnicamente. Pero en la mayoría de este tiempo, esto no se cumplía.
La falta de presupuesto hacía que solo alcancen a formar a 2 000 o 2 500 nuevos agentes. Lo cual dejaba un déficit de 500 cupos que no se cumplían cada año.
Parte de esta baja formación de agentes también se daba porque la Policía no tenía más capacidad en las escuelas de instrucción. Ahora, el pedido del presidente Lasso, de incrementar las filas policiales lo antes posible, ha generado un hecho insólito. En tan solo seis meses, esta institución triplicó el número de sus centros de formación en todo el país, al pasar de 12 a 41 en tiempo récord.
¿Cómo lo hicieron?
EL COMERCIO tuvo acceso a la nómina de las escuelas de formación. Allí se constata que para lograr ampliar la capacidad, la Policía tuvo que adecuar nuevas aulas en unidades policiales, readecuar instalaciones en escuelas antiguas y hacer convenios con municipios y gobernaciones para adquirir más instalaciones.
A través de esta última estrategia lograron obtener la escuela de formación más grande del Ecuador, con una capacidad para 800 aspirantes. Este centro está ubicado en el sector de El Aromo, en Manta, en la provincia de Manabí.
Se encuentra exactamente en el campamento de la Refinería del Pacífico. Instalaciones que estaban abandonadas y que nunca llegaron a inaugurarse por los actos de corrupción detectados en el gobierno de Rafael Correa.
En Quito también se llegó a un acuerdo con el Municipio para adecuar las instalaciones de la Casa Somos. Se encuentra detrás del cementerio de San Diego (centro). Allí se capacitará a 200 aspirantes. Ese lugar fue creado inicialmente para la comunidad. El Municipio allí ofertaba cursos y talleres para las personas de la tercera edad, niños y adultos que querían aprender computación.
En Pujilí (Cotopaxi) también se logró tener acceso a una escuela que estaba sin uso. Otro acuerdo con el Cabildo de esta localidad les otorgó el acceso a esas instalaciones. Lo mismo sucederá en Catamayo, provincia de Loja, con otras escuelas y oficinas.
En total fueron seis acuerdos que se firmaron entre la Policía y otras entidades. La institución señala que una vez que recibieron las instalaciones, las readecuaron para que alberguen a los aspirantes. Esas adecuaciones se refieren únicamente a inmobiliario de oficina, comedores y aulas.
Los insumos de dormitorios como colchones, camas, sábanas, armarios deberán costearlos los aspirantes. La alimentación y uniformes tampoco serán subvencionados. El ministro del Interior, Juan Zapata, señaló que la ley determina que ellos no son parte de la estructura policial. Por lo que “no existe un recurso público” para dotarles de insumos.
Fuente: El Comercio
