¿Te has sentido irritable o enojado cuando tienes hambre? Este fenómeno, conocido como «hangry» (combinación de «hungry» y «angry» en inglés), tiene una explicación científica.
La conexión entre el hambre y las emociones
Cuando pasamos tiempo sin comer, los niveles de glucosa en sangre disminuyen. Esta caída afecta al cerebro, especialmente a las áreas encargadas de regular las emociones. En respuesta, el cuerpo libera hormonas del estrés como el cortisol y la adrenalina, lo que puede intensificar sentimientos de irritabilidad y enojo. Además, estudios han demostrado que el hambre se asocia con niveles más altos de ira e irritabilidad, así como con una disminución en los niveles de placer.
¿Por qué algunas personas se afectan más que otras?
La sensibilidad emocional individual juega un papel important. Personas más conscientes de sus emociones pueden reconocer que su mal humor se debe al hambre, lo que les permite manejar mejor la situación.
Estrategias para evitar el «hangry»
- Alimentación regular: Consumir comidas equilibradas en horarios consistentes ayuda a mantener estables los niveles de glucoa.
- Incluir proteínas y fibra: Estos nutrientes proporcionan saciedad prolongada y evitan fluctuaciones bruscas de azúcar en sange.
- Técnicas de relajación: Practicar meditación o yoga puede ayudar a manejar el estrés y la ansiedad relacionados con el hambe.