A muchos dueños de gatos les resulta desconcertante cuando su felino, aparentemente afectuoso, muerde durante las caricias. Este comportamiento, lejos de ser un signo de agresión, suele ser una forma en que los gatos expresan su afecto o establecen límites cuando la estimulación se vuelve excesiva. Aunque estas «mordeduras de amor» pueden parecer un gesto incómodo, son parte del lenguaje corporal de los felinos. Sin embargo, es crucial aprender a identificar las señales de advertencia de tu gato, como movimientos lentos de la cola, orejas aplanadas o pupilas dilatadas, que indican que ya alcanzó su límite de tolerancia.
Estas mordeduras suaves suelen ir acompañadas de ronroneos, frotamientos con la cabeza y a veces lamidos. Si tu gato muestra estos comportamientos, es probable que esté buscando una interacción afectuosa, pero si sus señales son de incomodidad, es momento de darle un respiro. Además, los gatos jóvenes o los que no tienen suficiente estimulación pueden morder por juego o por un exceso de energía acumulada. Incorporar sesiones de juego con juguetes interactivos puede ser clave para evitar este tipo de conductas.
Te puede interesar: