Su relato parece provenir de un libro de leyendas y mitos, pero es real. Tan real como para ser parte de la historia de América Latina, y del mundo entero. Tan verdadero como para repasarlo una y otra vez. Tan impactante como para aprender de él.
El uruguayo Roberto Cannesa, uno de los sobrevivientes de la llamada “Tragedia de los Andes”, está en Ecuador, brindando charlas sobre aquel fatídico episodio. Un episodio lleno de drama, despedidas y arranques de fe, que se extendió por 72 días. Tan impactante que generó libros y películas. La más reciente, la laureada “Sociedad de la Nieve”, recoge de forma desgarradora lo que vivió hace casi 52 años. Lo que vivieron él y sus compañeros. Los que salieron de ahí, y los que no lo consiguieron.
En “Del Día a la Noche”, bajo la conducción de Carlos Vera, Canessa, ahora de 71 años y entonces de 19, dio algunos detalles de aquella parte de su vida. De aquellos días en que, siendo un joven deportista, supo lo que significaba la muerte de sus amigos. Y de la forma, por razones que aún no entiende, en que logró sobrevivir.
Pongamos un poco de contexto. El 13 de octubre de 1972, un grupo de 45 personas, miembros de un equipo aficionado de rugby de Uruguay, junto con la tripulación respectiva, partió a Chile para un encuentro amistoso. Pero el avión militar que alquilaron se accidentó en Los Andes, y solo menos de la mitad de los ocupantes salieron con vida. Solo 16 de 45.
Fueron casi 3 meses de supervivencia, a costa, incluso, de comer carne humana. La carne de los fallecidos. De los amigos, de los compañeros. Roberto fue uno de los afortunados. Uno de los que lograron salir de ese infierno frío.
La vida le dio nuevas oportunidades. Pudo seguir y ejercer la misma profesión de su padre –cardiólogo- y ver que su hijo seguía sus pasos. Pudo formar una familia y ser feliz. Y aunque siente que ha vivido a plenitud, aún forma parte de la “Sociedad de la Nieve”. Una experiencia que, más de medio siglo después, comparte por todo el mundo.
Persistencia: la clave
La pregunta es obligatoria: ¿cómo sobrevivió? Sí, un poco de fortuna, pero sobre todo persistencia. La persistencia de seguir viviendo, y de superar la lástima por uno mismo, porque podría ser el próximo en morir.
Relata además que luego del accidente, se percató que no sufría lesiones de consideración. Era, de hecho, el que mejores piernas tenía. Sin heridas y con juventud.
Pero aún así, agrega, tuvo que luchar contra sí mismo para salir de su zona de confort –un confort relativo- e ir a buscar ayuda. Irónicamente, la caminata fue por el camino más difícil, pero tuvo éxito.
¿En qué se diferencia la “Sociedad de la Nieve” con la historia real? Más que nada en las licencias propias del cine. Detalles tan solo. Mucha poesía para arrullar el horror de la situación que vivían.
Y claro, sobrevivieron a base de inventiva. Se fabricaron sacos de dormir con el aislante del avión, y lo cosieron con cables de la instalación eléctrica destruida. Y así durante 72 días, uno tras otro.
Muchos de sus amigos murieron en ese accidente. Pero, aclara Canessa, vivirán siempre en su memoria. Dios lo quiso así. Y por eso no tiene pesadillas. Por eso duerme tranquilo todas las noches.
El tiempo pasó –casi 52 años- pero el sobreviviente de Los Andes recuerda cada detalle como si hubiera ocurrido ayer. De ahí que quiere compartir esa experiencia. Quiere que todos sepan que, incluso en las condiciones más adversas, es posible salir adelante.
Su charla
Canessa ya tuvo presentaciones especiales este martes (en Cuenca), y el miércoles (en Quito). Este viernes se presenta en Guayaquil, a las 19h00, en el auditorio de la UEES, en Samborondón.
