Dormir con la puerta del cuarto cerrada no solo es una cuestión de privacidad… ¡puede ser una medida de supervivencia! Estudios realizados por la organización estadounidense UL Fire Safety Research Institute revelan que mantener la puerta cerrada mientras dormimos reduce significativamente la propagación del fuego, el humo y el calor en caso de incendio.
¿Qué descubrieron los expertos?
En pruebas realizadas con habitaciones incendiadas, se comprobó que las puertas cerradas:
- Mantienen la temperatura de la habitación por debajo de los 40°C (mientras que con la puerta abierta puede superar los 500°C).
- Impiden que el humo tóxico llegue rápidamente, dando más tiempo para escapar o esperar el rescate.
- Retardan la expansión de las llamas, funcionando como una barrera temporal vital.
Un gesto simple, un gran impacto
Cerrar la puerta antes de dormir es una acción rápida, gratuita y que podría marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Además, los bomberos recomiendan instalar alarmas de humo fuera y dentro de las habitaciones, y contar con un plan de evacuación familiar.
No se trata de paranoia, sino de prevención. Dormir con la puerta cerrada puede darte esos minutos extras que hacen toda la diferencia en una emergencia.
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