La salud de Jorge Glas, ex vicepresidente de la República, y actualmente asilado en la Cárcel “La Roca”, de Guayaquil, la de máxima seguridad del país, es crítica.
Así lo afirmó Edison Loaiza, uno de los integrantes de su equipo legal.
Según Loaiza, el ex segundo mandatario requiere atención médica especializada, que no existe dentro de “La Roca”. Dijo que está “secuestrado” por el Estado.
El tema será planteado durante la audiencia de apelación al Habeas Corpus, y en la cual sus representantes participarán como “amicus curiae”, para exponer los argumentos de defensa.
Supuestamente Glas adolece de problemas estomacales y en la columna. Hace algunos días había iniciado, según anunció, una huelga de hambre, en demanda de su libertad.
Fue capturado el 5 de abril pasado, durante una irrupción de la Policía Nacional en la embajada de México, donde se había refugiado gracias a una medida de asilo.
Loaiza recordó que en el año 2019, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos pidió atención especializada para el ahora recluso, y que la Mesa de Trabajo de las Naciones Unidas, en noviembre del 2020, planteó que le den medidas no privativas de libertad.
El abogado recordó que Glas salió en libertad gracias un recurso de Habeas Corpus, que recogió precisamente, en su opinión, la falta de beneficios penitenciarios.
De acuerdo a los chats extraídos de los teléfonos celulares, del fallecido narcotraficante Leandro Norero, se habría pagado 200.000 dólares por esa boleta de libertad, tema que no fue tocado durante la intervención de los letrados.
En cuanto a la sentencia que debe cumplir Glas, Loaiza explicó que existen 2: la primera de 8 años y la segunda de 6 años. La ley, dijo, permite unificarlas, y al haberse entregado voluntariamente a la justicia, el 2 de octubre del 2017, tenía el derecho a la prelibertad, al cumplir 2/5 partes del total de su pena.
Es decir, anotó, decía salir el 14 de diciembre del 2020, lo cual no ocurrió.
Para el jurista, su cliente es víctima de discriminación judicial.
