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Ecuador: febrero 17, 2025

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Se apaga lentamente el incendio inflacionario en Venezuela

El Pais .- El aumento de los precios pierde aliento tras un duro ajuste que ha empobrecido aún más a los asalariados. El país espera una moderada expansión económica gracias a la flexibilización de las sanciones internacionales Luego de una tormenta hiperinflacionaria de carácter histórico en América Latina, que desató un inédito trastorno de precios que destrozó la economía a partir del año 2016, los índices de precios en Venezuela empiezan finalmente a perder terreno. Las tablas del Banco Central promedian una tasa del 3,2% en el mes de noviembre, la más baja en muchos meses en el país, dando continuidad a un descenso evidente en octubre y septiembre. Con estos pasos, Venezuela va camino de ceder el primer lugar de la clasificación. El promedio anual actual se ubica en un 185%, aún tremendamente alto, pero muy lejos de los disparatados años de 4.000% y 6.000% de 2016 o 2017. Los expertos consultados, como Henkel García, director de la consultora AlbusData, aseguran que, si la conflictividad política no sale de su cauce- lo que aún está por verse-, el país podría finalmente terminar 2024 con una tasa inflacionaria de dos dígitos. Luego de un 2023 con una modesta tasa de crecimiento, se espera también una expansión de la economía en 2024 gracias a una recuperación del ingreso fiscal por la supresión o flexibilización de las sanciones energéticas por parte de Estados Unidos. Francisco Rodríguez, académico de la Universidad de Denver, calcula que el rango de la expansión del PIB puede estar entre 2 y 6 por ciento. Algunos hacen cálculos incluso más optimistas. Una hostil política de estatizaciones junto el endurecimiento de controles cambiarios, fiscales y comerciales, impulsados por Nicolás Maduro al asumir funciones en el Gobierno en 2013 para dar continuidad al legado de Hugo Chávez, además de la corrupción generalizada en casi todas sus instancias, produjo en 2014 una debacle cambiaria que agravó el desabastecimiento y una grave sangría de divisas en Venezuela. Durante casi todo el siglo XX, el país tuvo una envidiable estabilidad cambiaria, de varias décadas de duración y, hasta 1980, algunas de las tasas inflacionarias más bajas del mundo. Las sanciones internacionales aplicadas por Estados Unidos, la Unión Europea, y otros actores al Gobierno de Maduro acabó agravando la tormenta creada por el chavismo y ataron de manos al Ejecutivo, precipitando además el desplome de Petróleos de Venezuela (PDVSA), la petrolera estatal ya carcomida por la corrupción. “Luego de un duro ajuste de casi dos años, finalmente la inflación cede. La sociedad ha pagado un costo altísimo para mitigar este fenómeno porque el ajuste ejecutado por Maduro ha sido muy contractivo y ha lastimado muchísimo la calidad de vida de los asalariados”, afirma el economista Leonardo Vera de la Universidad Central de Venezuela. Vera apunta que la inflación cede porque -a diferencia de lo hecho en los años 2014-2015-2016, en los cuales se decretaban alegres aumentos de salariales sin fundamento fiscal- el Gobierno de Nicolás Maduro ha tenido cuidado de no cometer el mismo error y no ha movido la escala de sueldos, en este momento la más baja de América Latina. “El encaje bancario, que sigue en 73%, y que debe ser el más grande del mundo, terminó matando el crédito en Venezuela, pero produjo consecuencias. Por otro lado, el anclaje cambiario ha tenido efecto, pero ha limitado la producción local, y tiene marco inestable”, afirma Vera. Luego de años escondiendo las cifras de la economía y negándose a presentar cuentas al Parlamento que dominó la oposición hasta 2020, Delcy Rodríguez, vicepresidenta de la República, a cargo del área económica, ha presentado al legislativo el Presupuesto de 2024, donde se prevé un aumento en los ingresos nacionales. “La inflación se ha desacelerado, lo hizo en noviembre respecto a octubre, lo hará en diciembre, y también en enero”, afirma el analista financiero Henkel Garcia. García coincide con Vera en torno a no decretar aumentos salariales como una de las causas de la pérdida de vigor en el aumento de precios. “Los ingresos fiscales del país han aumentado un poco y eso ha permitido cierta estabilidad cambiaria. Claro, eso lo está pagando el trabajador”. La economía venezolana actual, una expresión muy reducida de su versión tradicional, sobrevive hoy con sus ingresos petroleros, en en apenas 800.000 barriles diarios de producción, la producción aurífera, los ingresos por remesas, y una tibia recuperación en su producción de hierro e insumos siderúrgicos, luego de gestiones desastrosas en las cuales se perdieron millones de dólares. Las industrias funcionan hoy al 30% de su capacidad y sirven un mercado mucho más pequeño, luego de la masiva diáspora de estos años. La industria de la construcción sigue decaída. El crédito bancario había quedado pulverizado con la inflación y apenas ahora se asoma de nuevo al mercado. La concreción de estas expectativas económicas dependerá del desempeño entre las tensiones entre el Gobierno de Maduro, la oposición venezolana y los Estados Unidos. La detención de Roberto Abdul, director de la ONG Súmate, podría terminar de agrietar lo acordado en Barbados, y la restauración de sanciones totales a Venezuela es una posibilidad cierta. Los analistas consultados dudan sobre el regreso inminente de sanciones, aun a pesar de esta nueva crisis del diálogo. “Mi impresión es que las sanciones serán flexibilizadas aun a pesar de que fracasen los acuerdos de Barbados”, afirma el economista Francisco Rodríguez. “Creo que parte importante del actual Gobierno de Estados Unidos quiere normalizar sus relaciones con Venezuela y tiene muy presente el fracaso de la política de sanciones. Hay problemas con la crisis migratoria y un interés por el petróleo venezolano. Puede haber grises en la interpretación de las sanciones, entre lo acordado en Barbados y algunos acuerdos parciales”.

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‘Caso Odebrecht’: la Fiscalía lleva a juicio a la exministra de Transporte Cecilia Álvarez-Correa

El País .- La funcionaria del Gobierno de Juan Manuel Santos es acusada por irregularidades en dos adiciones al contrato de la Ruta del Sol II El caso Odebrecht sigue avanzando, lentamente, en la política colombiana. Este viernes la Fiscalía General de la Nación anunció que llama a juicio a Cecilia Álvarez-Correa, quien fue ministra de Transporte del Gobierno de Juan Manuel Santos, por irregularidades en dos adicionales al contrato de la Ruta del Sol II, la principal vía de conexión entre el centro del país y la costa Caribe. Se trata del mismo proceso por interés indebido en la celebración de contratos por el que fue imputada en julio pasado. Ahora, la Sala Especial de Primera Instancia de la Corte Suprema de Justicia fijará una fecha para la audiencia de acusación. La Fiscalía asegura que Álvarez-Correa permitió la “ejecución irregular” de dos de los otrosíes ―el 3 y el 6― del contrato, que adicionaron a las obras una vía adicional entre el municipio de Ocaña, en Norte de Santander, y Gamarra, un puerto sobre el río Magdalena en el César. Según explica el escrito, la entonces ministra “no impidió” que la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), entidad adscrita a la cartera a su cargo, le entregara la construcción de ese trayecto al Consorcio Ruta del Sol, que tenía como principal accionista a Odebrecht. También indica que Álvarez-Correa permitió que la ANI lo hiciera sin considerar las propuestas de otras empresas. El ente acusador agrega que, al hacerlo, desconoció las normas y un concepto de la Sala de Consulta del Consejo de Estado sobre la Ruta del Sol II y la posibilidad de adicionar obras a contratos ya firmados, pero no le acusa de haber recibido sobornos. Los supuestos delitos habrían ocurrido entre septiembre de 2012 y agosto de 2014. El pasado 6 de julio, Álvarez-Correa se presentó ante la Fiscalía para la audiencia de imputación. En ella, el ente acusador señaló a la exministra de favorecer a ciertas personas con la construcción de la vía y la instalación de peajes. Entre los favorecidos estaba la familia de su entonces pareja, la exministra Gina Parody. Además, según la Fiscalía, Álvarez-Correa dio el visto al entonces presidente de la ANI, Luis Fernando Andrade, ―también imputado― para adicionar la construcción de la transversal Río de Oro-Aguaclara-Gamarra, parte de la vía entre Ocaña y el puerto, a la concesionaria. Adicionalmente, la Fiscalía acusa a la exministra de permitir que, a cambio de esas obras adicionales, la concesionaria aumentara las tarifas en cinco peajes de la Ruta del Sol II: San Vito, Agua Negra, La Gómez, Morrison y Pailitas. La exministra está lejos de ser la primera política en el país señalada por corrupción relacionada con la constructora brasileña Odebrecht. En agosto pasado, la Fiscalía imputó a 33 exfuncionarios colombianos y a otros 22 lobistas, contratistas y personas particulares por interés indebido en la celebración de contratos. Entre los acusados estaban el expresidente de la ANI, Andrade, y el fundador y exdirector de la constructora, Marcelo Odebrecht. Tras estas imputaciones, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, pidió a la Fiscalía que investigara a los involucrados en el caso Odebrecht, que ha llegado a casi todos los rincones de América y ha afectado a presidentes en otros países. No es así en Colombia, a pesar de que Odebrecht ayudó a financiar las dos campañas presidenciales de Santos, y la campaña rival en 2014, la del uribista Óscar Iván Zuluaga. Petro también ordenó entonces a la Cancillería buscar colaboraciones adicionales con las autoridades de Estados Unidos y de Brasil. “Los brasileros que incurrieron en delitos en Colombia gozan de total impunidad y Odebrecht no ha pagado un peso de las multas impuestas en Colombia”, sentenció.

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El BID y el Banco Mundial se alían para impulsar el desarrollo de Latinoamérica

El País .- Los presidentes de ambas instituciones, Ilan Goldfajn y Ajay Banga, firman un protocolo para unir fuerzas en la protección de la Amazonia y el Caribe y la lucha contra la brecha digital El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial tienen la misma misión: impulsar el desarrollo. Los dos organismos financieros se solapan en Latinoamérica y el Caribe, donde el BID tiene su ámbito de actuación. Pese a los fines comunes, arrastran una tradición en que con frecuencia han actuado como competidores y con recelo el uno del otro. Los dos nuevos presidentes, Ilan Goldfajn, del BID, y Ajay Banga, del Banco Mundial, han decidido unir fuerzas en la región. Goldfajn y Banga han firmado este martes en la sede del BID en Washington un memorando de entendimiento. La alianza es en principio por cuatro años y se extiende a tres áreas: la protección de la Amazonia, el fortalecimiento de la capacidad del Caribe para hacer frente a los desastres naturales y la reducción de la brecha digital en toda Latinoamérica y el Caribe, con especial foco en la educación.   Más allá de la firma del acuerdo, Banga y Goldfajn han mostrado una gran complicidad personal en un coloquio previo. Se consideran amigos, se conocen del sector privado y también de cuando Banga estaba en el sector financiero y Goldfajn era el gobernador del banco central de Brasil. Ambos han asumido su cargo en el último año y en ambos casos llegan con el mandato de trabajar de una manera diferente. Ya incluso antes de este memorando han empezado a trabajar juntos. En junio pasado, ambos visitaron Perú y Jamaica, donde se reunieron con la presidenta peruana, Dina Boluarte, y con el primer ministro de Jamaica, Andrew Holness. “Fue un viaje histórico. La primera vez que los dos presidentes viajaban juntos a la región”, ha dicho Goldfajn. En algún aparte de ese viaje, mientras el presidente del BID se tomaba un café y el del Banco Mundial una copa de vino, según han bromeado, empezaron a hablar de la necesidad de colaborar de forma más estrecha. Y en aquellas conversaciones del viaje, pensaron que la mejor forma de llevar a la práctica esos buenos deseos era elegir algunos temas que fueran importantes para ambos organismos y así, unos meses después, ha cristalizado la alianza firmada en Washington este jueves. Un cubo de Rubik Goldfajn y Banga han aludido a la magnitud de los retos que hay por delante. “Es como una progresión geométrica. No puedes ganar solo. Tienes que unir fuerzas, y unir fuerzas no solo entre los bancos multilaterales, o con los gobiernos, sino realmente con la sociedad civil, la filantropía y el sector privado”, ha dicho Banga, que ha señalado que tanto los problemas como las posibilidades de cooperación están entrelazadas como en “un complejo cubo de Rubik”.   “La reforma de los bancos multilaterales es una oportunidad para aumentar el impacto en el desarrollo”, ha dicho Goldfajn. “Tenemos que centrarnos en la implementación. Hay demasiadas conferencias, demasiados seminarios”, ha dicho Goldfajn, que ha reclamado un cambio cultural y ha llamado a pasar de las palabras a los hechos y también a dar menos importancia al dinero movilizado y más al impacto generado.   En virtud de los acuerdos firmados, en la Amazonia, las organizaciones combinarán su experiencia para apoyar a los países en su transición hacia una deforestación neta cero, contribuir a que las personas obtengan mejores medios de vida y al mismo tiempo preservar el ecosistema, incluyendo instrumentos financieros innovadores.   En el Caribe, el acuerdo dará como resultado un mayor apoyo a los países para gestionar los desastres y las crisis climáticas y desarrollar mecanismos de protección financiera para cuando ocurran catástrofes. Las organizaciones también se han comprometido a trabajar juntas para promover el desarrollo digital en la región. El plan de acción propone que a través de esta colaboración la infraestructura digital y la conectividad puedan ampliarse efectivamente para contribuir a acelerar el desarrollo socioeconómico. A través de la iniciativa “Escuelas Conectadas para Todos”, el Banco Mundial y el BID desarrollarán planes para cerrar la brecha digital en la educación, asegurando que los jóvenes tengan las habilidades necesarias para la economía del futuro. Un programa piloto innovador traerá conectividad a áreas desatendidas de la región, ayudando a más personas a obtener acceso a Internet abriendo nuevas oportunidades.   Aparte del acuerdo para que el BID y el Banco Mundial se coordinen entre sí, BID Invest, el brazo del sector privado del Grupo BID y MIGA, el brazo de seguros contra riesgos políticos del Banco Mundial, han acordado colaborar para mitigar el riesgo político en la región. Las dos agencias trabajarán junto con la Corporación Financiera Internacional (CFI) del Banco Mundial para atraer más inversiones del sector privado a la región.

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Sin gasolina, con colas fantasma y sin ver la luz al final del túnel en Cuba

EL PAÍS .– Una nueva crisis de abastecimiento de combustible semiparaliza el transporte público y privado en la isla.   En Cuba no escampa. Ni se ve la luz al final del túnel. Luego de meses de apagones debido al pésimo estado del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), en los últimos días una nueva crisis de abastecimiento de combustible ha semiparalizado el transporte público y privado en Cuba, provocando colas kilométricas en las gasolineras y escenas delirantes, como la de cientos de choferes y taxistas durmiendo en sus vehículos durante varios días a la espera de un camión cisterna que nadie sabe cuándo llegará. Son las llamadas “colas fantasma”, que la gente hace a cuenta y riesgo en los alrededores de los destartalados servicentros que despachan gasolina y diésel, pero solo por si acaso, sin seguridad alguna de que finalmente se produzca el milagro de repostar. Para matar el tiempo y el aburrimiento, algunos hasta jugaban al dominó bajo un árbol.   “Estamos peor que nunca. Uno ya no sabe para dónde mirar”, dice Manuel, dueño de un Lada ruso que tiene más de 40 años rodando por las calles de La Habana. Es Sábado de Gloria, y Manuel habla en la fila con otros dueños de coches. Entre ellos comentan que antes se han vivido otras crisis similares y que al final la situación se ha normalizado. “Esto no puede seguir así, sin abastecimiento de combustible no se puede estar mucho tiempo, porque si no todo colapsa”, dice el interlocutor más optimista. Piensa que, como en otras ocasiones, las autoridades acabarán “por resolver un barco de petróleo en algún lado” y que esta nueva crisis también pasará.   Varios se le echan encima. “No, compadre. La situación hoy es diferente. Esto ya es cíclico. Cuando no es la gasolina es el apagón, y después faltará el pollo y habrá que conseguir un barco de pollo, y de nuevo faltará el diésel…”, argumenta un joven que dice estar haciendo los papeles en la embajada española para adquirir la nacionalidad y marcharse del país. En el último año, cerca de 320.000 cubanos —el 3% de la población— entraron ilegalmente a EEUU por la frontera mexicana, según datos de los servicios migratorios norteamericanos.   En una cola fantasma se puede escuchar cualquier opinión, hasta la más extrema y exagerada. Pero lo cierto es que el momento actual es especialmente difícil para todo el mundo. El transporte público desde hace años viene funcionando muy mal. En La Habana, una ciudad de más de dos millones de habitantes, en diciembre de 2021 había solo 878 autobuses, o guaguas, (menos de la mitad que a principios de los años noventa), y de ellos 440 no funcionaban debido a falta de neumáticos, baterías, filtros de aceite, material para coger pinchazos, y por roturas diversas. Hoy la situación es incluso más grave, admiten las autoridades, que han reconocido que se trata de la peor crisis del transporte público en los últimos 10 años.   El problema se agrava con el actual desabastecimiento de combustible. En la capital, las paradas de autobús están abarrotadas y la gente tarda horas en cubrir un trayecto entre el centro y los barrios más alejados. Los taxis ruteros y los privados, que eran una alternativa, también se detienen y cobran cada vez más caro los trayectos a una población que ya está exhausta por la inflación. El salario de un profesional en Cuba está entre los 4.000 y 5.000 pesos, mientras que un litro de aceite vegetal cuesta 700 y un kilo de leche en polvo, 2.000—. En el mercado informal, un euro equivale a 185 pesos.   Más allá del actual déficit de combustible, diversos economistas aseguran que la crisis cubana es general y estructural, de modelo. Y que el Gobierno debe introducir verdaderas reformas de calado y liberalizar la economía, no seguir poniendo parches que a estas alturas ya no funcionan. “El asunto es de vida o muerte, de máxima prioridad”, indica el economista cubano Omar Everleny, que recuerda que acaban de cumplirse tres décadas del informe Solchaga, que redactó en 1993 el exministro de Economía de Felipe González Carlos Solchaga sobre los cambios que deberían introducirse en la isla para hacer sostenible el sistema. “Resulta llamativo que el informe parece recién redactado. Parte de sus apreciaciones están vigentes hoy. Me pregunto si se necesitan nuevos diagnósticos o lo que se necesita es poner en marcha algunas de esas recomendaciones”, considera Everleny.   Observa este economista que es cierto que hace dos años “por fin se aprobó” la ley que ha permitido la creación de más de 7.000 pequeñas y medianas empresas privadas, una de las demandas de Solchaga, y aunque estas empiezan a convertirse en el factor más dinámico de la economía, todavía diversos obstáculos lastran su funcionamiento —como los elevados impuestos, la excesiva burocracia que ralentiza y complica cualquier gestión o la ausencia de un mercado cambiario oficial que permita a los nuevos empresarios adquirir las divisas que necesitan para importar y cerrar el ciclo de sus negocios—.   En aquel informe, recuerda Everleny, Solchaga advertía de la importancia del ritmo y de la concepción de una reforma integral. “La globalidad de la reforma es, en nuestra opinión, un ingrediente esencial del éxito. Pero no es el único requisito. También hace falta que las medidas se adopten con la máxima urgencia. Que se hagan antes de que el deterioro económico desemboque en una irreversible degradación y caos que comprometa la confianza de la nación en sí misma y erosione el liderazgo de sus dirigentes. En la actual situación económica, la pasividad o el empeño en reformas parciales equivale, con toda probabilidad, a confiar en que sea el exterior quien imponga la filosofía, ritmo e intensidad de las reformas”, expresaba en el documento el exministro español.   A juicio de Everleny, aunque algunas de sus sugerencias hayan sido puestas en práctica en años recientes, las reformas de calado se han aplazado “durante demasiado tiempo”. Todavía, asegura, “se sigue pensando en la llamada empresa socialista estatal, sin comprender que el Estado debe

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