El Congreso rechaza investir a Feijóo en la primera votación: 172 votos frente a 178

El Español .- El Congreso votó este miércoles la investidura de Alberto Núñez Feijóo. Y no hubo sorpresas en los 172 apoyos al político gallego (137 del PP, 33 de Vox, 1 de CC y 1 de UPN) ni los 178 noes de todos los diputados de la «mayoría sanchista«. Son 121 del PSOE, 31 de Sumar, 7 de Junts (claro), 7 de ERC, 6 de Bildu, 5 del PNV y 1 del BNG. No hubo sorpresas, ni errores ni fugas de votos inesperadas. «Aún nos queda el día del entierro, que es el más duro, pero el primer duelo ya está superado». Así describía uno de los más cercanos al candidato del PP -que ha trabajado las últimas dos semanas con él en la parte central de su discurso- lo que está pasando estos días en el Congreso de los Diputados. «Ya lloramos la noche de las elecciones, sabemos que falta el no definitivo del viernes. Pero igual la vida sigue si la familia se reúne». Así salía Feijóo de la Cámara Baja pasadas las 13.00 horas de este miércoles, con todo su partido henchido de autoestima. «Orgulloso» de su derrota, porque es el «precio gustoso» que paga por mantener sus «principios». Y alertando de que «aquí nadie sabe lo que va a pasar si esta investidura fracasa, salvo si escuchamos a la señora Míriam Nogueras [Junts] o al señor Gabriel Rufián [ERC]». Lo mismo que hacía Emiliano García-Page, el barón socialista que ni siquiera viajó a Madrid este martes como los demás, desde Toledo: «Todos queremos saber qué se está negociando». Pero, sobre todo, satisfecho por haber logrado destapar los precios «impagables» que harán presidente al líder del PSOE. Al menos en su opinión, la de sus correligionarios e incluso la de algún socialista inquieto -no sólo Page-, consciente de que la fractura de credibilidad del PSOE crecerá con el pacto con el expresident fugado en Waterloo. «Lecciones, ni una» En una cosa tiene razón el equipo de Moncloa, y es en que el líder popular no ha recabado más apoyos que los que ya tenía antes del mes que se dio para negociar su investidura. Pero en otra la tiene Feijóo, como se empeñó en insistir en cada una de sus intervenciones, y es en que «eso es así porque es mejor no ser presidente del Gobierno que lograrlo de esa manera». Este miércoles sólo fijaron posición los portavoces de EH-Bildu, Mertxe Aizpurua; PNV, Aitor Esteban; los del Grupo Mixto, Néstor Rego (BNG); Cristina Valido (CC), y Alberto Catalán (UPN)… además de la del PP, Cuca Gamarra. A todos, menos a su secretaria general, les desplegó la parte del león de su discurso del martes: el programa de Gobierno. Es decir, los seis pactos de Estado, «la gestión eficiente de los servicios públicos, la estabilidad para captar inversiones y favorecer el empleo, la solidaridad territorial, y el respeto institucional para una España de ciudadanos libres e iguales». Pero sobre todo, les destapó las razones por las que su investidura falló ahora y terminará de fracasar el viernes. «Mire, señora Aizpurua, estoy orgulloso de que lo único que puede mandar el señor Otegi sobre mí es el no a mi investidura», espetó a la portavoz abertzale, «una condenada por apología del terrorismo de la que no acepto lecciones de ningún tipo». Al veterano portavoz del PNV, Feijóo lo unió en su respuesta a los de Bildu, y eso le molestó: «Yo sé que ustedes son distintos a Bildu, señor Esteban, o que lo eran», le arrojó el popular desde la tribuna. «Y me preocupa su deriva, me pregunto por qué prefieren seguir siendo un satélite en la galaxia de Bildu y Pedro Sánchez. Conozco a sus votantes, porque son de la misma base social que los nuestros… allá ustedes, veremos lo que pasa en las próximas elecciones vascas». Y al independentista gallego del BNG lo reventó a datos. Uno detrás de otro, sin misericordia, mostrándole contradicciones políticas, más que dialécticas. Es decir, el resultado de ser «el único nacionalista prescindible para Sánchez» y, como consecuencia, el nulo cumplimiento de los compromisos del presidente socialista (ahora en funciones) a cambio del apoyo del Bloque. «No conocíais el colmillo de Feijóo», comentaba un diputado popular en el patio, a la salida. «No pierde las formas moderadas nunca, pero supo hacer una oposición durísima en Galicia cuando llegó, antes de sus cuatro mayorías absolutas». La votación comenzó a las 12.55 h. y terminó tarde, de modo que el viernes sus señorías no volverán a verse las caras hasta las 12.15 del mediodía, pero no votarán antes de las 13.22 horas. La Constitución marca 48 horas de intervalo, se supone que para negociaciones de última hora y reconsideraciones de postura. Nadie espera un solo movimiento del candidato, porque él mismo sabe que no habrá un solo cambio. … Ese día, hablaremos del Gobierno. Y de la amnistía a Carles Puigdemont.

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