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Ecuador: abril 16, 2025

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Ecuador, abril 16, 2025
Ecuador Continental: 11:23
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Ecuador, abril 16, 2025

BID prestará $ 10 millones para sistema de Alerta Temprana Multiamenaza

El Universo .- Este proyecto ayudará a incrementar un mejor sistemas de preparación contra los desastres naturales. La Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR) firmó un acuerdo de crédito con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para el proyecto “Alerta Temprana Multiamenaza¨. El Banco Interamericano de Desarrollo y la SGR concretaron un préstamo de $ 10 millones para la realización del proyecto, sin contar que el Estado contaba con $ 1,94 millones. Con el préstamo y el valor inicial estatal se contará con $ 11,94 millones. Este plan se ejecutará en cuatro años a partir del 2024, y ayudará a fortalecer el Sistema de Alerta Temprana de multiamenaza en Ecuador. “En los próximos cuatro años a partir de 2024 implementaremos este proyecto que fortalecerá el sistema de alerta temprana multiamenaza en Ecuador. Damos un paso firme hacia la preparación y respuesta ante desastres y con este proyecto, Juntos, construimos un futuro más seguro”, indicó el Servicio de Gestión de Riesgo. Contemplando con este proyecto una preparación contra desastres naturales como sismos, tsunamis, inundaciones, volcanes, deslaves, entre otros. También contará con adquisiciones de equipos para institutos técnicos científicos. El secretario de Gestión de Riesgos, Cristian Torres Bermeo, señaló que el país dará paso hacia la prevención y preparación contra estos desastres naturales, y que con este plan se podrá cumplir uno de los mandatos de la Organización de las Naciones Unidas, de poder llegar al 2023 con un sistema mejorado.

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El Acapulco arrasado después del huracán ‘Otis’

El País .- Una de las joyas turísticas de México lleva más de tres días sin electricidad, red de telefonía ni gasolina. El Gobierno despliega al Ejército para contener el caos. El huracán ha dejado a la ciudad, de casi un millón de personas, sin suministro de agua Dicen que al principio sonaba como un chillido de gato, a otros les parecía una carrera de motos, también que se sentía como un zumbido taponado. Era un rugido. Un silbido feroz. Otis llegó el miércoles a las 00.25 horas con vientos de más de 250 kilómetros por hora y tocó Acapulco como un huracán de categoría cinco. Lo arrasó. Una de las joyas turísticas de México lleva ahora tres días sin electricidad ni suministro de agua, no hay internet, tampoco gasolina. Ya escasea la comida. En uno de los paraísos costeros del país no sirve el dinero, no hay dónde comprar. Todos los supermercados y centros de abastecimiento han sido saqueados. Mientras la emergencia amenaza con hundir Acapulco, el Gobierno ha desplegado al Ejército para tratar de contener el caos. Los ricos condominios de la Costera Miguel Alemán están pelados y los grandes hoteles parecen cascarón. El famoso destino de playa y sol ya no existe más. Esta vía, una de las principales de Acapulco, que discurre paralela al mar, es ahora el rastro de palmeras tiradas, vidrios reventados, edificios sin cristales ni paredes, es una ruta de escombros. Donde estuvieron las terrazas con música y los restaurantes de mariscos, hoy se alinean los logos de decenas de vehículos oficiales: la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la Marina, el Ejército y la Guardia Nacional. Vista aérea que muestra los daños causados por el paso del huracán ‘Otis’, en la zona hotelera de Acapulco, en Guerrero (México).MÓNICA GONZÁLEZ ISLAS En total, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha enviado a 13.500 miembros de seguridad y a más de 1.300 electricistas con el mandato de evitar el colapso. Pero es tarde y los trabajos apenas comienzan. Las cifras oficiales refieren 27 muertos y cuatro desaparecidos, un número que no se había actualizado desde el miércoles en la mañana, y que tapa los vacíos de información de la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, quien no ha aparecido desde la catástrofe. Las dudas sobre la exactitud de las cifras crecían conforme las patrullas marítimas encuentran cuerpos ahogados y por las 72 horas que muchas colonias y municipios llevan sin acceso ni asistencia. El presidente ha actualizado finalmente el saldo tras el paso del huracán a por lo menos 39 muertos y 10 desparecidos. Ciudad de errantes Camina esquivando los postes eléctricos y las señales derribadas de la Costera. Lleva dos garrafas vacías y una botella con agua a la mitad. Jaime Garzón está desesperado: ayer hizo una fila de 12 horas para tratar de conseguir algo de combustible que le permita regresar a Ciudad de México con sus padres, ya mayores. Fue imposible. “Ayer tampoco comimos”, dice casi resignado este cocinero de Pereira (Colombia) que había venido a pasar las vacaciones. Sobrevivieron al huracán en la zona de las escaleras del hotel Mar Azul, ahora devastado, como el 80% de los alojamientos de Acapulco. Mientras él busca cómo salir, dejó a sus padres acompañados de otra botella de agua. Y eso es todo. Personas de la colonia Zapata en Acapulco consiguen víveres en la zona afectada por el paso del huracán ‘Otis’, en Acapulco.MÓNICA GONZÁLEZ ISLAS El huracán ha convertido Acapulco en una ciudad de errantes. Cientos de personas caminan bajo el sol para buscar agua o algo de comer, para llegar a la terminal de autobuses o para comprobar si su familia sigue viva, porque no funcionan las llamadas. Tampoco hay transporte público y la mayoría de las calles siguen obstaculizadas. Así que en una ciudad de casi un millón de personas, del tamaño de Valencia, en España, o de Austin, en EE UU, la gente solo puede ir caminando. O pidiendo aventón. Eloína Sevilla es maestra, ella y su esposo se abastecieron bien antes del huracán, pero lleva desde el martes en la noche sin saber de su hermana. Ha salido a las 6 de la mañana para buscarla y ya lleva dos horas con los zapatos embarrados. Le queda todavía la mitad del camino para llegar al otro lado de la bahía. Va a atravesar el parque Papagayo, un emblema natural de la ciudad, que parece que ha sido talado, pasará al lado de filas de dos horas para cargar el celular en los camiones satelitales de las televisoras, verá los trozos que sobresalen de las barcas hundidas en la Marina y a los yates destrozados, a los coches que tratan de escapar de Acapulco sin vidrios, con las ruedas ponchadas. Un hombre busca alimentos de un supermercado saqueado en Acapulco.MÓNICA GONZÁLEZ ISLAS Este escenario de catástrofe ocurre en la zona de prioridad para el Gobierno. Lo que cuentan los que salen de otros puntos más humildes o de municipios aledaños, como Coyuca de Benítez, es la devastación total. Diane —nombre ficticio— durmió el martes abrazada a su madre en su vivienda con techo de lámina y suelo de madera en Pie de la Cuesta: “Pensábamos que ya nos íbamos a morir”. No pasó y ella sigue llegando a su trabajo, tras una caminata de tres horas, como guardia de la Secretaría de Seguridad Pública a vigilar los centros comerciales. No va armada porque forma parte de la llamada guardia blanca y no hay manera de frenar a las hordas de gente que están saqueando los establecimientos. Ni siquiera lo intenta. En cambio pregunta: “¿Si no hay luz, cómo me van a pagar mi quincena?”. Los militares patrullan, quitan ramas y desechos, preparan una carpa para repartir mantas y víveres. Pero no hacen nada ante los robos. Tampoco la Guardia Nacional, que ve como salen del Liverpool con refrigerados nuevos al hombro. Mientras la desesperación crece, son otras las preguntas que apremian: ¿fueron cuatro horas suficientes para dar el aviso de desalojo en una ciudad de

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Del cambio climático al fenómeno El Niño: el poder devastador de ‘Otis’ sorprende a la ciencia

El País .- El desastre natural que ha arrasado Acapulco pasó en apenas 12 horas de ser una tormenta tropical a un temible huracán categoría 5 Hoteles y viviendas destruidos, caminos colapsados y miles de personas aisladas. Así ha quedado Acapulco, en el Estado de Guerrero, tras el paso del huracán Otis, la peor tormenta de los últimos 30 años en el Pacífico que alcanza territorio mexicano. El ciclón, que en 12 horas ha pasado de ser una tormenta tropical a huracán categoría 5, la máxima clasificación posible, ha dejado el destino turístico como una zona de guerra con árboles caídos, escombros, cubiertas arrancadas y edificios sin paredes. Ni el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ni las autoridades locales y federales han podido prever la intensidad del fenómeno. Tampoco los científicos. La velocidad con la que se ha intensificado el huracán ha sido insólita y ha obligado a las autoridades mexicanas a emitir una alerta de evacuación de la zona apenas unas horas antes de que Otis tocara tierra. El SMN avisaba a las 12.00 de este martes que el huracán alcanzaría Acapulco a las seis de la tarde del día siguiente. Sin embargo, el temporal se ha adelantado y ha arrasado la ciudad costeña a las 00.25 de este miércoles. Los vientos de más de 270 kilómetros por hora que impactaron la localidad y el Estado de Guerrero, uno de los más pobres del país, se han llevado todo a su paso. Más de 500.000 personas se quedaron sin luz, internet y teléfono de madrugada y hasta el momento solo se ha restablecido una parte del servicio. La caída de las comunicaciones ha complicado el acceso a las zonas afectadas y todavía no se conocen datos oficiales sobre el número de víctimas y el recuento de daños, aunque se anticipa que las pérdidas serán millonarias. El emblemático Hotel Princess, en la zona conocida como Acapulco Diamante, tras el paso del huracán.CUARTOSCURO La fuerza insólita del huracán ha llamado la atención de la comunidad científica que relaciona el poder devastador de Otis con la temporada de El Niño, un fenómeno que está asociado a cambios en la atmósfera y a la fluctuación de la temperatura del agua en el Pacífico cada cierto tiempo. “Existe la hipótesis de que podría estar relacionado con la subida de la temperatura de los océanos, no significa que haya más huracanes, pero sí que cuando hay uno, el ciclón acelera su formación tomando más energía bajo estas condiciones”, explica Claudia Rojas, del departamento de Ingeniería de Procesos e Hidráulica, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). Hay quienes apuntan a que existe una relación entre el cambio climático y la fuerza de los huracanes, aunque la comunidad científica sigue investigando al respecto. “El Niño está induciendo que estos ciclones alcancen categorías altas. Sin embargo, es difícil atribuir al cambio climático la responsabilidad del huracán Otis”, asegura Christian Domínguez, investigadora del Instituto de Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). “Lo que sí se sabe a escala mundial es que con el cambio climático va a haber menos huracanes en el Pacífico, pero estos serán más intensos”, agrega. “Con la información de la que disponemos actualmente no queda tan clara que la intensidad tenga que ver con el cambio climático porque no hay tantos registros históricos, aunque no lo descartamos”, puntualiza la investigadora. Después de tocar tierra, Otis se ha degradado a tormenta tropical y ha dejado fuertes precipitaciones en varios Estados del centro y del sur de México, sin embargo, la amenaza todavía no ha pasado. “El riesgo no solo tiene que ver con la fuerza de los vientos. Hay más peligros que puede entrañar un fenómeno así, como deslizamientos de tierra y crecida de los ríos y los arroyos”, señala Domínguez. En Acapulco unas 20.000 personas viven en zonas susceptibles de inundación o deslave. La temporada de huracanes en el Pacífico comienza en torno al 15 de mayo y termina sobre el 30 de noviembre, Guerrero todavía podría vivir las consecuencias de otros ciclones, analiza Rojas. “Trabajos de investigación han demostrado que después de una prolongada sequía se presentan eventos de lluvia muy intensos, como es el caso de los ciclones tropicales que pueden alcanzar estas categorías”, comenta. La Comisión Federal de Electricidad (CFE) informó que colapsaron 58 estructuras de alta tensión en el Estado de Guerrero.COMISIÓN FEDERAL DE ELECTRICIDAD (EFE) Otis no es el primer huracán de la época reciente que progresa con tanta rapidez. En 2015 la tormenta tropical Patricia escaló a huracán categoría 5 en 10 horas. La diferencia con el fenómeno actual fue que lo hizo mar adentro, y las autoridades de los Estados de Jalisco, Colima y Nayarit pudieron evacuar a 50.000 personas antes de que tocara tierra. El temporal, catalogado por el SMN como “extremadamente peligroso” y por los medios como el “mayor de la historia”, perdió fuerza con celeridad en territorio mexicano gracias al sistema montañoso de la Sierra Madre Occidental, que erosionó el anillo exterior del ciclón y evitó daños y devastación. Guerrero, en este caso, no ha tenido la misma suerte. El Aeropuerto Internacional de Acapulco, que recibe cada año a millones de turistas, ha quedado completamente inundado y ha sufrido graves daños en su estructura. Los destrozos han obligado a suspender todos los vuelos y las principales carreteras están cerradas, lo que impide las comunicaciones con Ciudad de México, a cuatro horas en autopista. El presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha ordenado a su gabinete de Seguridad desplazarse a la zona, pero al ver la gravedad de la situación ha decidido ir a supervisar las tareas de rescate él mismo. El Ejército ha desplegado el plan de emergencias DN III-E y se han habilitado 37 albergues en todo el Estado para los damnificados, que esperan que la calma llegue tan rápido como Otis lo ha hecho en Guerrero.

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Inundaciones y deslaves afectarían directamente a 40.000 familias, según Gestión de Riesgos: estos son los elementos para la mochila de emergencia de 24 horas

El Universo .- Las provincias más afectadas serían Guayas, Manabí, Los Ríos y Esmeraldas. Julio Celorio, subsecretario de Preparación y Respuesta de la Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR), indicó en una entrevista a Radio Forever que el fenómeno de El Niño podría afectar directamente a “alrededor de 35.000 o 40.000 familias” por inundaciones y deslizamientos de tierra. Más personas, añadió, quedarían incomunicadas del resto del país y sufrirían consecuencias indirectas, como desabastecimiento de alimentos de la canasta básica. Las provincias más perjudicadas serían Guayas, Manabí, Esmeraldas y Los Ríos, pues la mayoría de sus cantones están en riesgo de inundarse. SGR estima que la totalidad de los cantones de Guayas y Manabí son vulnerables. Además, la SGR continúa con el proceso de identificación y calificación de posibles albergues para damnificados. “Tenemos poco más de 952 infraestructuras que han sido identificadas y calificadas a nivel nacional”, señaló el subsecretario. Los distintos municipios a nivel nacional han apoyado el proceso. Aparte de la preparación de entes estatales, como la SGR, las comunidades, barrios y núcleos familiares también pueden tomar medidas preventivas, como armar kits de emergencia con antelación. La SGR recomienda incluir diferentes elementos, como productos higiénicos, alimentos no perecibles (enlatados), radios portátiles, medicinas, linternas, agua embotellada y repelente para mosquitos, entre otros. El proceso de determinar qué necesita llevar cada familia en sus mochilas de emergencia en un evento como una inundación es uno que debe involucrar a todos los integrantes del hogar, pues es importante que los niños se sientan parte de la situación y entiendan lo que implica una inundación y cómo reaccionar a una. Además, las familias deberían tomar en cuenta a sus mascotas a la hora de empacar sus mochilas. Es aconsejable incluir comida para gatos y perros, accesorios como correas y fundas plásticas o areneros para sus desechos.

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Manabí: Hospitales están amenazados por el fenómeno de El Niño

Primicias .– En Manabí hay 123 unidades de salud en riesgo de inundaciones y 46 por deslizamientos. Además, las falencias en los hospitales podrían agravar los impactos de El Niño. El fenómeno de El Niño también amenaza las infraestructuras de salud de Manabí, una de las 17 provincias de Ecuador declarada en alerta amarilla por la Secretaría de Gestión de Riesgos.   Desde la Coordinación de Salud para Manabí y Santo Domingo de los Tsáchilas informaron que ya tienen los planes de contingencia ante la existencia de 123 unidades en riesgo de inundaciones y 46 por deslizamientos.   En este escenario, las autoridades del territorio costero reconocen que los impactos del fenómeno climático podrían desatar una “grave crisis”, que no solo empeoraría la situación de salud, sino también la de los sectores productivos, vías y educación.   “Hemos ya socializado los planes para mitigar los impactos del fenómeno de El Niño”, asegura María Cecilia Guillén, coordinadora Zonal 4 de Salud. La funcionaria expone que los esfuerzos y objetivos del Ministerio de Salud Pública (MSP) están dentro de tres parámetros fundamentales. El primero se basa en la prevención para poder mitigar el impacto, que consiste en, disminuir las enfermedades como el dengue, picaduras de culebras y leptospirosis. Además, trabajan en charlas a los profesionales de la salud. También en el abastecimiento de sueros antiofídicos y medicamentos que permitan tratar desde un dengue sin síntoma de alarma hasta uno grave. El otro pilar está enfocado en el mejoramiento de la infraestructura sanitaria, ya que en “2022, las unidades de la zona 4 del primer nivel, en un 80%, recibieron mantenimiento, lo que nos ha permitido mitigar un poco el impacto que podríamos tener”, dice Guillén. Sin embargo, la funcionaria aclara que cada Unidad Operativa, Entidades Operativas Desconcentradas (EOD), e incluso la coordinación zonal 4, tiene un plan de contingencia para saber cómo reaccionar ante cualquier incidente o desastre que se pueda presentar. Sobre esto último, explica que, en Manabí, las unidades de salud, que corren riesgo por deslizamientos son 30 del MSP y 16 del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). Mientras que por inundaciones son 66 del MSP, 55 del IESS y 2 de la Red Complementaria. Estas son algunas de las principales unidades localizadas por distritos: Portoviejo (7) Manta (1) Jipijapa (2) Olmedo, Santa Ana y 24 de Mayo (3) El Carme (1) Bolívar, Pichincha y Junín (1) Paján (1) Chone y Flavio Alfaro (2) San Vicente, Sucre, Jama y Pedernales (2) Rocafuerte (3) Solo en el caso de Portoviejo, por ejemplo, está el centro de Salud Estancia Vieja, Solca y la clínica Santa Margarita, ubicadas en zonas de riesgo de inundaciones. Más de siete años de “buena voluntad” Pero en esta provincia, de más de 1,5 millones de habitantes, hay otras problemáticas de salud que podrían agravarse por los impactos del fenómeno de El Niño. Las quejas ciudadanas por falta de ambulancias, medicinas, equipos, especialistas e infraestructuras han sido una constante que ya pasó factura para el terremoto de abril de 2016 y llevó a evidenciar las más altas falencias durante la pandemia del Covid-19. Han transcurrido más de siete años y los manabitas aún no pueden contar en su totalidad con los cuatros hospitales de la casi olvidada reconstrucción. Luego del terremoto de 2016, se ofrecieron construir hospitales para Chone, Sucre y Pedernales. Mientras que en el de Manta se prometía una repotenciación. Hospitales de Manabí no logran operar por trabas burocráticas Para estos proyectos de salud se destinaron más de USD 150 millones, tanto en infraestructura como en equipamiento. Las obras del Miguel H. Alcívar (Sucre), Napoleón Dávila Córdova (Chone) y del Rodríguez Zambrano (Manta), ya fueron entregadas y prestan servicios de salud. Imagen referencial. Vista aérea del hospital de Chone, Manabí, construido por una empresa China. Rubén Mendoza Sin embargo, la coordinadora de Salud para la zona 4 reconoce que aún están fortaleciendo los hospitales y que falta abrir algunas salas o áreas. La funcionaria explica que en el caso del Miguel H. Alcívar, de 80 camas, esperan abrir para finales de 2023 el área de neonatología y adquirir un tomógrafo. “Estamos esperando un equipo de rayos X, tomógrafo, ambulancias, las áreas de neonatología e imagenología, estas últimas no tienen equipamiento ni personal, si no hay lo uno no hay lo otro”, dice el secretario de la veeduría del hospital Miguel H. Alcívar, Arturo Cox. En el centro norte también está el Napoleón Dávila Córdova, de 121 camas, que es un hospital “que sigue creciendo… esta semana recibimos toda la medicación y dispositivos para poder abrir la sala de diálisis, esperamos que sea para mediados de septiembre”, resume Guillén. Más al centro, pero al sur de la provincia, está el hospital Rodríguez Zambrano, que fue repotenciado y tiene una capacidad de 225 camas. En esa casa de salud, según el MSP, siguen recibiendo el equipamiento nuevo que está previsto hasta finales de 2023. Todos estos hospitales están ubicados en cantones con alerta amarilla y están en riesgo de multiamenazas por El Niño. Un claro escenario fue el registrado por las lluvias en marzo pasado, pues hubo agua estancada e inconvenientes en los accesos al hospital Napoleón Dávila Córdova. El hospital del escándalo El cuarto hospital de la reconstrucción es el de Pedernales, que aún no presta servicios y es el que más señalamientos de corrupción ha tenido. La construcción de la obra física se logró en el tercer intento y a manos de la constructora China CAMC. Se trata de un hospital básico de 30 camas y actualmente la obra física fue entregada por parte del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) al MPS para que realice el equipamiento. Entrega de la obra física del hospital de Pedernales, en Manabí, el 16 de agosto de 2023. PRIMICIAS “Nos hemos trazado una hoja de ruta para al fin, este año, dejarlo operativo al 100%“, anunció la funcionaria de la coordinación de la zona 4. Y hasta que preste servicios, los pacientes siguen siendo atendidos en un espacio compuesto por una unidad móvil con carpas y piso de tierra. Pero su construcción estuvo envuelta en una trama de corrupción, en la que están involucrados una veintena de exfuncionarios, entre ellos, los exasambleístas Daniel Mendoza y Eliseo Azuero (prófugo). Mapa de Manabí De acuerdo a

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Bonos para damnificados por deslave en Alausí se entregan desde este lunes 10 de abril a más de 1.500 familias

EL UNIVERSO .- Según el Gobierno, se entregará por una sola ocasión un bono de contingencia de $ 273. A partir de este lunes, 10 de abril, el Gobierno nacional empezará a entregar los bonos para los damnificados por el deslizamiento de tierra que afectó a varias familias y sepultó viviendas en Alausí, provincia de Chimborazo, el pasado domingo 26 de marzo.   El Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) es la entidad encargada de dar apoyo a las más de 1.510 familias damnificadas y afectadas, y en esa línea articula la entrega de ayudas sociales.   En una entrevista con este Diario, el ministro Esteban Bernal, titular de esa cartera, se refirió a las acciones que han implementado y a otras que han llevado adelante otras carteras de Estado.   ¿Qué acciones han implementado luego del deslizamiento de tierra en Alausí? El número de familias damnificadas y afectadas se ha acrecentado de manera notoria en la zona de Alausí. Hasta el momento estamos ya con 963 familias damnificadas, a ellas se suman 554 más, afectadas. Todas ellas están en el marco de la protección social. Las dos instituciones que inmediatamente abordan son (la Secretaría de Gestión de) Riesgos y el acompañamiento nuestro.   Hemos ubicado 100 técnicos, entre psicólogos, trabajadores sociales, educadores, que realizan actividades de protección, de acompañamiento, de trabajo psicosocial, psicológico con la ciudadanía, también actividades lúdicas, educativas con los niños que están en los albergues.   Lógicamente también estamos siendo por decisión del COE (Comité de Operaciones de Emergencia) los articuladores de las entregas de donaciones que se hacen por parte de la institución pública y también de la empresa privada.   De esta manera, se han abierto cuatro centros de acopio: en Alausí, en Riobamba, en Quito y en Guayaquil.   Nos ha permitido esto canalizar recursos y la entrega a todas las familias que le acabo de mencionar; que se les entreguen de manera permanente kits de alimentos, kits de vestimenta, kits de vivienda, y se lo realizará por lo menos en el próximo bimestre.   ¿Cuál es la diferencia entre damnificadas y afectadas?   Damnificadas son aquellas que no pueden retomar una actividad normal, es decir, producto de la época invernal, el sismo o del deslave, en el caso de Alausí, el daño de su vivienda, de sus electrodomésticos son notorios y se les categoriza en ese sentido, de tal forma que reciben inclusive un bono de contingencia (…). Ya este día lunes están entregándose los primeros 137 bonos de contingencia, pero en el transcurso de la semana se van a ir acreditando -de manera permanente- hasta que lleguemos a las 963 (familias), que también es un dato parcial porque de manera constante la Secretaría de Riesgos, el Municipio y el MIES van incorporando más gente que pueda ser identificada en este sentido.   Personas o familias afectadas son aquellas, para ejemplarizarle, que han tenido una tienda alrededor del área donde se generó el deslave, pero que su situación ha disminuido en términos de ingresos, comerciales, aunque no hayan tenido ninguna afectación la vivienda o sus electrodomésticos. A ellos también generamos asistencia con la entrega de kits, de acompañamientos.   ¿En el caso de las 963 familias a cuánto asciende el bono? Los bonos son por el valor del 50 % de la canasta vital familiar y es más o menos un valor promedio, porque en marzo tenía un valor distinto al que es de abril porque está manejado sobre los indicadores que el INEC determina para la medición.   Sin perjuicio de ello, el valor promedio es de $ 273. También habrá que valorar en función de las viviendas afectadas, que son 163, y viviendas destruidas, que son 57; en este caso el Ministerio de Vivienda tiene su propio plan de arreglo estructural, porque tenemos dos proyectos ahí: el primero, que es un bono de reconstrucción, que es de $ 7.500 aproximadamente, y el bono de reparación de ya construcción definitiva de una casa, que es de $ 15.000, pero requerimos los terrenos, etc.   Se adiciona un bono de arrendamiento, que a partir de esta realidad climática, también el tema del sismo que vivieron las provincias de Guayas, Azuay y El Oro, particularmente, el presidente creó el bono de arrendamiento, que tiene un valor de $ 225, pero que se le entrega al arrendatario.   Este bono se entregará por tres meses, pero con la posibilidad de ampliarse hasta seis (meses), mientras se lleva adelante el proceso de la reparación o reconstrucción en el caso de las viviendas.   ¿Qué tiempo entregarán los $ 273? Esta es una entrega por una sola vez a la familia, es un bono de contingencia, es un paliativo que se entrega a las familias damnificadas. Este fue un bono que lo creó el presidente Lasso en enero del año pasado cuando se dio el socavón de Zaruma, en donde determinó la necesidad de que el Estado dé un abordaje inmediato.   Tenemos un presupuesto de $ 537.000 aproximadamente en la proforma presupuestaria, pero esto no exime de que si el número de beneficiarios, que parecería va a superar y de largo al del año pasado, tenga que incrementarse, porque solo entre lo que sucede en Alausí, más lo de la época invernal vamos a superar las 2.000 familias damnificadas.   El año pasado vivimos algo similar, tuvimos un sismo que fue en Esmeraldas, en donde llegamos a tener casi 1.317 damnificados, pero también tuvimos una época invernal muy cruda como el aluvión de La Gasca, lo que sucedió en Guano, en Nabón, en Zaruma, lo mismo nos pasa ahora, estamos con situaciones emergentes por la época invernal en Chone, en Guayas, en Santo Domingo, en Milagro, y lo propio con el sismo que afectó a las provincias que ya le mencioné, y ahora este deslave que ha sido, creo yo, una de las crisis en términos de desastres más grandes después del terremoto de Manabí.   ¿Cómo las personas damnificadas pueden acceder al bono

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Colombia prepara la primera ley sobre desplazamiento climático en América Latina

EL PAÍS .- Un proyecto de ley propone al Estado reconocer la existencia del desplazamiento forzado interno por causas asociadas al cambio climático y la degradación ambiental   En 2005, cuando la crisis climática aún no había ganado la importancia política que tiene hoy, el profesor británico Norman Myers, quien falleció en el 2019, hizo pública la conclusión de un estudio en el que llevaba tiempo trabajando: para 2050, el cambio climático desplazaría a alrededor de 200 millones de personas en el mundo. Se trató de una cifra que ganó críticos y adeptos. Que fue cuestionada y que, incluso, fue retada, proponiendo que, para ese entonces, los desplazados climáticos alcanzarían los mil millones de personas. Pero lo cierto es que la estimación puso en el radar un tema sobre el que hoy se empieza a hablar con más preocupación. Aunque históricamente la humanidad ha sido nómada y siempre ha migrado – o elegido quedarse en un lugar – por las condiciones climáticas que la rodean, el hecho de que la temperatura empiece a alcanzar niveles extremos empieza a intranquilizar a académicos y gobiernos.   Ahora, 18 años después de que Myers hiciera esa estimación, Colombia quiere convertirse en el primer país de Latinoamérica con una ley que abarca el desplazamiento climático, aunque el tema aún está gateando. A través de un proyecto de ley que fue apenas radicado para primer debate en el Congreso del país— y que tendría que lograr tres debates más para ser ley— los congresistas Julia Miranda (Nuevo Liberalismo), Duvalier Sánchez (Alianza Verde), y Daniel Carvalho (Independiente), proponen al Estado colombiano que “reconozca la existencia del desplazamiento forzado interno por causas asociadas al cambio climático y la degradación ambiental”.   Claros y oscuros Hablar de desplazamiento asociado al cambio climático y las presiones ambientales no es un tema fácil. No solo por las implicaciones que tiene, sino porque no es sencillo definir quién puede catalogarse como tal. El camino lógico es pensar en personas que se han visto forzadas a moverse por un huracán o por desastres relacionados con el clima. Pero como han señalado investigadores internacionales como Dominic Kniveton, esas migraciones, incluso las asociadas al cambio climático, pasan por un proceso de decisión de las personas en las que influyen varias cosas. Otros han argumentado que hay desplazamiento climático por razones aparentemente menos lógicas. Un estudio publicado en el Journal of Environmental Economics and Management, por ejemplo, encontró un fuerte vinculo entre las migraciones y la agricultura. Con sequías, no hay cultivos. Y sin cultivos, no hay ingresos, por lo que las personas eligen moverse de su lugar. Por esto, uno de los puntos más álgidos de este proyecto de ley gira entorno a la definición. El documento, tal cual como está propuesto, lo señala así: “Entiéndase por desplazamiento forzado interno por causas asociadas al cambio climático y a la degradación ambiental, la movilidad humana de carácter forzado de una persona, familias o grupos sociales quienes se ven obligados a desplazarse de su territorio, abandonando su lugar de residencia habitual, núcleo familiar y social, su actividad económica y/o modos de subsistencia como resultado o para evitar los efectos de catástrofes naturales o del cambio climático”. Pero para Clara De La Hoz Del Real, doctora en sociología y especialista en migraciones climáticas, investigadora en el proyecto ERC PREFER de la Universidad Paris-Saclay-UVSQ (CEARC), la categorización del desplazamiento climático debería pasar antes por una reflexión de fondo y un debate social que permita evitar la reproducción de lógicas de poder. “Construir categorías es un proceso social que en este caso implica asignar a las personas afectadas ciertos derechos, pero no debería restar otros. En Colombia, la categoría de desplazamiento, y la figura institucionalmente construida del desplazado, llevan cargas políticas y sociales de estigmatización, de victimización y de exclusiones que reflejan la dominación de los que formulan y asignan estas etiquetas sobre aquellos a quienes son asignadas. Por eso, esa construcción de una categoría debe hacerse no solo desde los actores estatales, sino desde un enfoque societal, inclusivo y horizontal, para evitar que la intención e intervención del Estado sean nocivas”, señala la experta, quien también sugiere que, en un tema como este, la política pública no debería olvidar la responsabilidad que tiene el Estado frente al cambio climático y sus fenómenos asociados, como por ejemplo los desastres.   Para Mauricio Madrigal, director de la Clínica Jurídica de Medio Ambiente y Salud Pública de la Universidad de los Andes, “aunque el proyecto de ley pone sobre la mesa un tema necesario y tiene una intención interesante”, debe también tener en cuenta el desplazamiento forzado, así sea por cambio climático, como “una figura jurídica que visibiliza cómo el cambio climático efectivamente vulnera los derechos humanos”. Además, la política pública que salga de allí, tendría que pensarse como una intersección que una la gestión del riesgo, el ambiente y el sector vivienda. “Es un tema muy complejo que no necesariamente debe verse como algo negativo cuando se hace la caracterización técnica como es”, agrega.   Su último punto, de hecho, es bastante importante, pues dentro de la academia – y dentro de las cosas que se le ha retado a la hipótesis de Myers, quien incluso dio pie para que se hable también de refugiados climáticos – es que migrar por el cambio climático, si se logra bien, puede ser visto como un proceso de adaptación de los humanos. Lo que se viene ahora para Colombia es una profunda discusión.

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Cerca de 30 réplicas se han producido desde el sismo registrado el sábado en la isla Puná

EL UNIVERSO .- El temblor afectó a las provincias de Guayas, Azuay y El Oro. Entre 29 y 30 réplicas se han identificado en el Instituto Geofísico (IG) desde el sismo que se registró el mediodía del sábado 18 de marzo. El movimiento telúrico que tuvo una magnitud de 6,6 hizo que catorce personas fallecieran y más de 400 quedaran heridas. Sandro Vaca, sismólogo del IG, señaló que hasta la mañana de este lunes 20 ese es el registro que han emitido las herramientas de monitoreo. Sin embargo, puntualizó que la fuerza de estas repeticiones ha sido menor, por lo que la mayoría tal vez no fue percibida por la población en general. Donde sí se sintió este movimiento, dijo, fue en la isla Puná, lugar donde estuvo el hipocentro del sismo inicial, destacó Vaca. El sismólogo expresó que los eventos que se dan bajo la isla Puná, por la cercanía, son considerados réplicas y que hubo otros eventos que son sismos independientes. Por ejemplo, un movimiento se registró la madrugada de este lunes a 52,89 kilómetros de distancia de las playas de Salinas, en la provincia de Santa Elena. Sobre este sismo, Vaca agregó que aunque no se consideró una réplica, sí pueden determinar que el primer sismo provocó el movimiento en este lugar. Sobre el aparecimiento de nuevas réplicas dijo que sí se pueden producir durante los siguientes días, aunque no se podría alertar de nuevos sismos con alta magnitud, pues este tipo de movimientos son impredecibles. También se solicitó a la ciudadanía que se mantenga informada a través de cuentas oficiales del Geofísico y de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos.

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