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Ecuador: mayo 14, 2025

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Ecuador, mayo 14, 2025

EE UU y el Reino Unido lanzan ataques aéreos contra varias ciudades controladas por rebeldes hutíes de Yemen

El País .- La ofensiva amplía el conflicto en Oriente Próximo, que entra en una nueva fase y se expande a otros territorios fuera de Gaza La guerra en Oriente Próximo se ha expandido definitivamente. Estados Unidos y el Reino Unido han lanzado este jueves ataques contra objetivos en Yemen relacionados con las milicias hutíes, en el primer gran acto de represalia desde que en octubre estos grupos respaldados por Irán comenzaron a hostigar a los buques mercantes en el mar Rojo. En un comunicado, el presidente Joe Biden ha indicado que los ataques “se producen en respuesta directa contra ataques sin precedentes de los hutíes contra buques mercantes internacionales en el mar Rojo, incluido el uso por primera vez en la historia de misiles balísticos antinaves”. “Esos ataques han puesto en peligro a personal militar estadounidense, marinos civiles y nuestros socios, han amenazado el comercio y la libertad de navegación”, agrega. Según el inquilino de la Casa Blanca, barcos de más de 50 países se han visto afectados en los 27 ataques perpetrados hasta el momento por los grupos rebeldes yemeníes. Tripulaciones de más de veinte países “se han visto amenazadas o han sido tomadas como rehenes en actos de piratería”. Y más de dos millares de barcos se han visto forzados a desviarse miles de kilómetros en otras rutas para evitar el paso por el mar Rojo. “Estos ataques milimetrados representan un claro mensaje de que ni Estados Unidos ni nuestros socios toleraremos atentados contra nuestras fuerzas ni permitiremos que agentes hostiles pongan en peligro la libertad de navegación en una de las rutas más fundamentales del mundo”, subraya Biden, que advierte que el golpe de este jueves podría repetirse: “no dudaré en ordenar más medidas para proteger a los nuestros y al libre flujo del comercio si es necesario”.  Los ataques con misiles de las fuerzas occidentales han alcanzado objetivos incluso en la capital yemení, Saná, según fuentes de ese país. También han golpeado en Hodeida, en la costa oeste del país árabe, y cerca de una docena de emplazamientos, algunos en las cercanías de localidades con tanta importancia cultural e histórica como la ciudad de Taiz, en el centro del país. Mandos militares de EE UU que han hablado bajo la condición del anonimato han indicado que se trataba de mandar un mensaje disuasorio, no un mensaje simbólico. Un grupo de países encabezado por Estados Unidos y que protege militarmente el tráfico naval en esas aguas había advertido a comienzos de la semana pasada a esos grupos de graves represalias si continuaban los ataques, que han alcanzado al menos dos docenas de incidentes en los últimos tres meses. Casi de inmediato, la milicia retomó los lanzamientos de misiles y drones. Los ataques británico-estadounidenses llegan también después de que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara el miércoles una resolución, la 2722, que ordenaba a los hutíes cesar de inmediato su hostigamiento en el mar Rojo. Esas milicias sostienen que perpetran los ataques para conseguir que Israel ponga fin a la ofensiva que desarrolla en Gaza y que ya ha matado al menos a 23.000 palestinos, en represalia por los atentados de la milicia radical palestina Hamás en su territorio el 7 de octubre, en los que murieron al menos 1.200 israelíes. Este martes, los buques británicos y estadounidenses interceptaron una de las mayores oleadas de lanzamientos de misiles y de drones perpetradas hasta el momento por el grupo rebelde yemení. Para el Pentágono y la Casa Blanca, que habían asegurado que tras la advertencia de comienzos de año no habría una segunda oportunidad, fue la gota que colmó el vaso. El presidente de EE UU, Joe Biden, dio el visto bueno a la operación de este jueves. Los ataques con drones de las milicias hutíes han obligado a las navieras en algunos casos a buscar rutas alternativas al paso del mar Rojo, que representa el 15% del tráfico marítimo mundial. Los golpes de los aviones británicos y estadounidenses representan la entrada en una nueva fase del conflicto en Oriente Próximo y su expansión a otros puntos fuera de Gaza. Precisamente el objetivo que Estados Unidos ha intentado evitar denodadamente en los últimos tres meses, mediante una intensa diplomacia y un aumento de su presencia militar en la zona. El secretario de Estado, Antony Blinken, concluía este jueves su última gira por la región, la cuarta, en la que trataba precisamente de calmar los ánimos y evitar que se ampliara la crisis. Los aviones militares estadounidenses y británicos despegaron desde bases en la región en dirección a Yemen para atacar los objetivos. El portaaviones Dwight Eisenhower, también desplegado en la zona, se sumó al lanzamiento de misiles. Un submarino estadounidense disparó misiles mar-tierra Tomahawk. Los proyectiles alcanzaron áreas de lanzamiento de drones y misiles, así como arsenales y radares en distintos puntos de Yemen. Las fuerzas de Australia, Bahrein, Canadá y Holanda también tenían previsto participar para aportar datos de inteligencia y apoyo logístico, entre otras capacidades, según los mandos militares estadounidenses.

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Israel devuelve a Gaza a miles de trabajadores palestinos mientras continúan los bombardeos

El País .- Netanyahu anunció su expulsión horas antes. La ONU se muestra “profundamente preocupada”, dada la “gravedad de la situación” en la Franja. Israel ha devuelto este viernes a Gaza a miles de trabajadores de la Franja que se encontraban en el país el día que comenzó la guerra y no pudieron volver a sus hogares. Fueron arrestados en masa o trasladados por la fuerza a Cisjordania, en medio de un estado de ánimo generalizado en Israel que daba por hecho que los jornaleros llevaban meses aprovechando sus trabajos en Israel para recopilar información de inteligencia que permitió el ataque de Hamás que mató a 1.400 personas, la mayoría civiles, el 7 de octubre. La opacidad y las denuncias de torturas y maltratos rodean todo el proceso. “Nos han metido en un campamento que no era digno ni de animales. Nos han torturado con descargas eléctricas y lanzado los perros sobre nosotros”, aseguraba ya en Gaza uno de ellos, Yasser Mostafa, a la Agencia France Presse. En las imágenes se los puede ver agotados y sin enseres. Algunos tienen señales de heridas y muestran unos brazaletes azules con un número para identificarlos. “Hace 25 días que estamos en la cárcel y hoy nos han traído aquí. No sabemos lo que pasa en Gaza, no tenemos ni idea de la situación”, decía otro, Nidal Abed. “Solíamos servirlos, trabajar para ellos, en casas, en restaurantes, en mercados, por los precios más bajos. Y, pese a eso, hemos sido humillados”, declaraba Yamal Ismail a la agencia Reuters. Se desconoce el número exacto de gazatíes que han cruzado este viernes la frontera, principalmente a través del paso de Kerem Shalom. De hecho, las autoridades no aportan cifra alguna (ni la conocen las ONG) de cuántos había en realidad ese día en Israel, ya que una parte había vuelto a Gaza a pasar el fin de semana y otra estaba en Cisjordania. Solo es seguro que, el 7 de octubre, 18.500 habitantes de la Franja tenían permiso para trabajar en el país. Una semana después del inicio de la guerra, el vicegobernador de Ramala, Hamdan Barghuti, cifraba en 3.200 los gazatíes con permiso de trabajo en Israel acogidos en polideportivos, albergues u hoteles de Cisjordania. Poco después, el canal 12 de la televisión israelí cifró en 4.000 los arrestados. El Ministerio de Trabajo de la Autoridad Palestina hacía una estimación similar. Es decir, más de 7.000 en total. Llegada de trabajadores palestino al paso de fronterizo de Kerem Shalom en Rafah, este viernes.MOHAMMED TALATENE (DPA / EUROPA PRESS) Seis ONG israelíes habían hecho el jueves una petición urgente al Tribunal Supremo por la aparente detención ilegal de 568 gazatíes en al menos dos bases militares israelíes en Cisjordania, “contra su voluntad, aislados del mundo, sin acceso a representación legal y privados del derecho a un juicio justo”, ha señalado una de ellas, Gisha. En su comunicado mostraba la sospecha de que estaban retenidos en condiciones “inhumanas” y “extremadamente duras”, y “sometidos a una amplia violencia física y abusos psicológicos”. La devolución forzosa se ha producido poco después de su aprobación en una reunión del gabinete de seguridad israelí. La pasada medianoche, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, anunció que “los trabajadores de Gaza que estaban en Israel el día del estallido de la guerra serán devueltos a Gaza” y que nunca “habrá más trabajadores palestinos” de la Franja. El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos se ha mostrado “profundamente preocupado” por este traslado. Su portavoz, Liz Throssell, ha denunciado en una rueda de prensa en Ginebra que estos empleados están siendo devueltos hoy “a pesar de la gravedad de la situación” en el enclave palestino, en el que los bombardeos israelíes matan cada día a cientos de personas (en su mayoría mujeres y menores) y las fuerzas terrestres rodean ya la capital. El número de muertos supera los 9.000 en menos de un mes. Uno de los trabajadores gazatíes devueltos por Israel recibe asistencia al poco de llegar a la Franja.SAID KHATIB (AFP)

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Biden pedirá al Congreso miles de millones de dólares para “ayuda urgente” a Ucrania e Israel

El País .- “Las decisiones que tomemos hoy decidirán las décadas por venir”, ha asegurado el presidente de EE UU en un discurso televisado “Cuando los dictadores, los grupos terroristas, no pagan un precio por sus acciones, eso provoca más caos y más destruccion en otras partes del mundo”, ha advertido el presidente de EE UU, Joe Biden, en un discurso televisado desde el despacho oval sobre la ayuda a Ucrania y la guerra entre Israel y Hamás, en el que ha revelado que este viernes pedirá al Congreso “asistencia urgente” para Kiev e Israel. Su comparecencia ante las cámaras era una intervención excepcional: es solo el segundo que dirigía a sus compatriotas desde el centro del poder estadounidense en sus casi tres años de mandato. El primero había llegado en junio, cuando un acuerdo legislativo in extremis suspendió el techo de deuda y evitó una crisis económica. “Encaramos un punto de inflexión. Uno de esos en los que las decisiones que tomemos hoy decidirán las décadas por venir”, advertía al comenzar su declaración. La milicia radical islámica Hamás y el presidente ruso, Vladímir Putin, “representan amenazas diferentes”, pero “comparten algo: ambos quieren destruir por completo una democracia vecina”. Si el presidente ruso, Vladímir Putin, tiene éxito en la invasión de su país a Ucrania, supondrá una amenaza para Polonia y los Estados del Báltico. En Oriente Medio, los grupos radicales islámicos pueden expandir su influencia, ha advertido. Y anunció que este mismo viernes presentará una solicitud de fondos para “ayuda urgente” a Ucrania y a Israel. “Es fundamental darse prisa”, insistió. Se calcula que esa partida rondará los 100.000 millones de dólares, de los que unos 60.000 se destinarían a la asistencia al país invadido por Rusia, y más de 10.000, a Israel. El resto, a Taiwán, ayuda humanitaria y la seguridad de la frontera sur estadounidense. “Es una inversión sensata que arrojará beneficios a la seguridad estadounidense durante generaciones”, apuntaba, en un discurso de 16 minutos. El escenario y el momento estaban cargados de solemnidad. Aún no hacía 24 horas que el inquilino de la Casa Blanca había regresado de un viaje de menos de ocho horas a Tel Aviv, dominado por las consecuencias de la explosión en un hospital en Gaza. Allí, Biden había logrado un acuerdo con Israel para permitir el envío de ayuda humanitaria a la franja antes de que comience la campaña terrestre de las tropas israelíes en respuesta a los atentados de la milicia radical palestina Hamás el 7 de octubre. En su comparecencia en el Despacho Oval, el presidente estadounidense, que ha recibido críticas de legisladores del ala progresista de su partido por lo que consideran un apoyo excesivo a Israel en lo que se promete como una sangrienta campaña en Gaza, tuvo buen cuidado en dejar claro su respaldo a la posición oficial estadounidense, la solución de dos Estados -el israelí y el palestino- al conflicto en Oriente Próximo. “No podemos desistir de la paz. No podemos desistir de la solución de dos Estados”. También lanzó un llamamiento contra el antisemitismo y la islamofobia, en aumento en Estados Unidos desde que comenzó la crisis. Un niño palestino de seis años, Wadea Al-Fayoume, fue asesinado a cuchilladas el fin de semana por ser musulmán, un caso que Biden mencionó específicamente en su alocución, pronunciando cuidadosamente el nombre del pequeño. “Quiero decirles esto: todos ustedes son estadounidenses”, declaraba. Como había hecho en Tel Aviv, el presidente estadounidense indicó que ha insistido al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sobre la necesidad de introducir ayuda humanitaria en Gaza y limitar el número de víctimas civiles. “No podemos dejar de lado la humanidad de palestinos inocentes que solo quieren vivir en paz y tener oportunidades”· El discurso llega mientras el Congreso se encuentra semiparalizado. El sistema estadounidense prevé que las dos cámaras, el Senado y la Cámara de Representantes, deben dar su visto bueno a las medidas presupuestarias. Pero las luchas internas entre los legisladores republicanos, mayoría en la Cámara de Representantes, mantienen a esta institución sin presidente desde hace 17 días y con sus trámites detenidos. No se prevé un fin inmediato al impasse. El aspirante a presidir la Cámara, Jim Jordan, alineado con el ala dura republicana y el expresidente Donald Trump, no consigue los votos necesarios entre su propio partido para alcanzar el puesto. Los legisladores demócratas y una amplia mayoría de senadores y congresistas republicanos apoyan el envío de ayuda militar a Ucrania, que consideran una cuestión de seguridad nacional: una derrota de Kiev dejaría a una Rusia crecida a las puertas de la OTAN y debilitaría los valores democráticos y el Derecho internacional en todo el mundo, consideran. Washington ha enviado ya más de 75.000 millones de dólares en ayuda de defensa al Gobierno de Volodímir Zelenski, incluidos sistemas de misiles de larga distancia ATACMS. Pero el ala más radical de la bancada republicana en la Cámara de Representantes se opone a continuar esa asistencia sin una fecha para su fin o el logro de objetivos claros. Dada la exigua mayoría con que los republicanos dominan esa institución, su influencia es desproporcionada. El mes pasado lograron impedir la aprobación de una nueva partida de ayuda para Kiev; los fondos que la Casa Blanca trata ahora de sacar adelante. Horas antes de su discurso, Biden había conversado por teléfono con el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, quien en la red social X, la antigua Twitter, manifestó que su homólogo estadounidense le había reiterado el apoyo de Washington “durante todo el tiempo que sea necesario”. Al presentar los dos casos juntos, y vincularlos con la seguridad en la frontera —una de las causas que los republicanos defienden con entusiasmo— la Casa Blanca calcula que tendrá más posibilidades de lograr luz verde para su petición de asistencia. En el caso de la ayuda al aliado en Oriente Próximo, las críticas pueden venir de las filas demócratas. El ala progresista del partido reclama que Washington exija un alto el fuego en la guerra. Esta formación, especialmente sus simpatizantes más jóvenes, se ha

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Biden viajará a Israel y Jordania el miércoles para evitar una escalada en la crisis en Oriente Próximo

El País .- EE UU considera que puede persuadir a Netanyahu de evitar excesos en la respuesta a los ataques de Hamás Órdago de Joe Biden en la crisis en Oriente Próximo, cuando se agrava la situación humanitaria en Gaza. El presidente estadounidense viajará este miércoles primero a Israel y después a Jordania. La visita busca, por un lado, mostrar un claro gesto de solidaridad con uno de sus aliados más firmes en la región, tras el ataque de Hamás del 7 de octubre. Por otro, negociar para introducir asistencia humanitaria en la Franja, presionar para contener la respuesta israelí a los atentados y evitar que el conflicto se propague por la región. En Israel, Biden se reunirá con el primer ministro Benjamín Netanyahu. Durante esta etapa, según la portavoz presidencial Karine Jean-Pierre, expresará “el firme apoyo a Israel ante el brutal ataque terrorista de Hamás, y consultar sobre los próximos pasos”. En Jordania se verá con el rey Abdalá II; el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, y el presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi, cuyo país controla Rafah, el único paso hacia Gaza no gestionado por Israel. Allí “reiterará que Hamás no representa el derecho del pueblo palestino a la dignidad y a la autodeterminación, y abordará las necesidades humanitarias de los civiles en Gaza”, ha apuntado la Casa Blanca. Biden “viene en un momento clave para Israel, para la región y para el mundo entero”, apuntaba el secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, al anunciar la visita a primeras horas de la mañana de este martes en Tel Aviv, y después de más de siete horas de reunión con Netanyahu en esa ciudad. Estados Unidos y otras potencias regionales negocian para que Israel permita el acceso de ayuda humanitaria a la Franja, y con Egipto para que permita la salida por Rafah de los residentes en Gaza con pasaportes extranjeros: El Cairo asegura que la actitud israelí impide la apertura del paso fronterizo. Además, mientras declara un respaldo inquebrantable a Israel, Washington presiona a este país para contener la dureza de su respuesta a los atentados de Hamás y evitar que la crisis derive en un conflicto que implique a otros países de la región. Irán advertía este mismo lunes que Hezbolá podría lanzar un ataque preventivo “en las próximas horas”. La luz verde al viaje se decidió con relativa rapidez, después de que el primer ministro israelí presentara una invitación al inquilino de la Casa Blanca en una conversación telefónica el sábado. Pero también con cuidado. Biden se inclinaba por ir, en lo que será su segunda visita a una zona de guerra tras la que completó a Ucrania por sorpresa en febrero. El presidente estadounidense confía en su relación personal con Netanyahu, muy mejorada desde que ambos fumaran la pipa de la paz en una reunión en Nueva York en septiembre, después de serios desencuentros en torno a la reforma judicial israelí y los planes de ese país de expandir sus asentamientos en Cisjordania. Biden considera que puede persuadir al primer ministro de evitar excesos en la respuesta de las fuerzas israelíes que puedan desencadenar un conflicto de graves dimensiones. Entre los argumentos a favor del viaje: rompe una lanza de la manera más clara posible a favor de un aliado y envía una advertencia inequívoca a Irán y a su milicia en Líbano, Hezbolá, contra cualquier tentación de intervenir en el conflicto. En contra: puede interpretarse como un apoyo tácito y un cheque en blanco a Netanyahu cuando crece la preocupación sobre la situación dentro de Gaza y el temor a una campaña militar israelí que se teme muy sangrienta. Tras los atentados de Hamás, que mataron a 1.400 personas, la gran mayoría civiles, los bombardeos israelíes ya han dejado 2.750 muertos y 9.700 heridos en Gaza, según el Ministerio de Sanidad palestino. También pesaba el riesgo que rodea a la visita. Un peligro que quedaba en evidencia cuando Netanyahu y Blinken tenían que encerrarse en un búnker ante la explosión de cohetes en las cercanías. La Casa Blanca asegura que tiene confianza en las medidas de seguridad. “No estaríamos hablando de un viaje como este si no nos sintiéramos cómodos con que los parámetros son los adecuados”, apuntaba en una llamada con periodistas el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby. Biden pasó la jornada del lunes de reunión en reunión en el Despacho Oval, con sus asesores o al teléfono con otros líderes internacionales: desde Al Sisi al canciller alemán, Olaf Scholz, que planea él mismo visitar Israel este martes. Había cancelado en el último momento un viaje al Estado de Colorado, donde debía haber promovido su programa económico y de energías limpias, en un paso que desató las conjeturas acerca de la proximidad del viaje. Finalmente, la decisión fue sí. Desde el primer momento de la crisis, Biden ha expresado su apoyo decidido a Israel, aunque en los últimos días ha insistido también en que Hamás no representa a la población palestina y en la necesidad de garantizar ayuda humanitaria para los residentes atrapados en Gaza ante la campaña militar que planea el Gobierno de Netanyahu. En una entrevista emitida en el programa 60 Minutes de la cadena CBS, Biden se había declarado contrario el domingo a una ocupación israelí de la franja de Gaza. “Creo que sería un gran error”, puntualizaba, en su intento más claro de contener a Israel desde el comienzo de la crisis. El inquilino de la Casa Blanca opinó a favor de la necesidad de derrotar a Hamás, pero matizó que debe lograrse con “una vía hacia un Estado palestino”. En Tel Aviv, Blinken, que continuará el martes en Jordania una gira de una semana por los principales socios estadounidenses en Oriente Próximo, señaló que Biden “reafirmará la solidaridad de Estados Unidos con Israel y nuestro compromiso inquebrantable en favor de su seguridad”. “Israel tiene el derecho y el deber de defender a su pueblo contra Hamás y otros terroristas, y de impedir futuros ataques”. El jefe de la diplomacia estadounidense indicó que

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