El País .- Las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadísticas muestran una recuperación del empleo respecto a los niveles prepandemia, pero con sectores que se están quedando atrás. Los jóvenes menores de 24 años, los adultos mayores –los que tienen más de 65– y las personas que solo tienen educación básica son los grupos que en Chile todavía no pueden recuperar su espacio en el mercado del trabajo tras la pandemia de la covid-19. Es lo que muestran las cifras, pese a que el mercado laboral chileno se ha robustecido en los últimos meses. De los cerca de 2 millones de empleos que se perdieron durante los peores meses de la crisis sanitaria, hoy solo faltan recuperar 57.000. David Bravo, director del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica, explica, sin embargo, que “la población en edad de trabajar ha aumentado en 624.000 personas” en los últimos tres años. Es decir, matiza el investigador, para tener en Chile la misma tasa de ocupación que existía antes de marzo de 2020 se requiere aumentar otros 421.000 empleos. Y es ahí cuando se hace preciso mirar los sectores que aún se encuentran rezagados respecto de los niveles pre coronavirus para focalizar mejor las políticas públicas orientadas a generar empleos, asegura Bravo. Si en enero de 2022 eran 785.000 los ocupados menores de 24 años, cayeron a 470.000 en los peores meses de confinamiento (marzo-julio de 2020), casi la mitad. Y según las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadísticas, INE, todavía no logran recuperarse bien: hoy son 611.000 los chilenos de ese rango de edad que están dentro del mercado laboral. Es decir, todavía faltan 174.000 empleos para retomar los niveles que mostraban previo al coronavirus, sin contar con los jóvenes trabajadores que han ingresado al mercado en los últimos tres años. “La población de 15 a 24 años ha aumentado, pero el número de ocupados sigue estando rezagado. Se podría especular si están estudiando, pero el tema es qué pasa con aquellos que no estudian ni trabajan”, alerta el investigador de la Universidad Católica. El otro grupo que le preocupa es el de los adultos mayores, aquellos que tienen 65 años o más. El académico explica que entre 2016 y 2020 fue el grupo etario que más creció dentro del universo del mercado laboral chileno. “Eso se relaciona con que las personas están viviendo más y en mejores condiciones, pero también con que necesitan trabajar para suplir las bajas pensiones”, explica. Si antes de marzo de 2020 eran 550.000 las personas de este grupo que trabajaban, disminuyeron a 350.000 en los meses de mayor contagio y hoy se ubican en 530.000. La situación es más compleja cuando se mira a personas sobre 75 años. Los empleos para ese grupo etario cayeron 47% entre marzo y marzo y julio de 2020, y según las cifras a abril solo el 75% había regresado al mercado laboral. “Se han recuperado, pero la población de 65 años o más ha aumentado. Chile está envejeciendo, por eso la tasa de recuperación respecto de la población de esos tramos etarios es baja”, señala el director del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales. Otro dato que hay que mirar con detención es la recuperación del empleo según nivel educacional. Los chilenos que solo poseen educación básica muestran un rezago importante respecto de los que tienen mejores niveles de formación. Si en marzo de 2020 eran 1.540.000, cayeron a 915.000 y hoy solo 1.150.000 de ellos están en el mercado laboral. Algo similar ocurre con aquellos que tienen educación media [o secundaria] incompleta, que sumaban 980.000 antes de la crisis sanitaria, bajaron en 33% y, según las últimas cifras del INE, hoy alcanzan a 709.000 personas. Las cifras contrastan con los chilenos con educación universitaria completa: cayeron solo 6% en la pandemia y hoy superan el nivel de empleos que tenían previo a la explosión del virus. El aumento del trabajo por cuenta propia El mercado laboral chileno muestra signos de debilidad, al ritmo de la desaceleración de la actividad económica. Si bien la última encuesta de empleo del INE estableció que se crearon 171.000 nuevos empleos en el último año –al comparar el trimestre móvil febrero-abril de 2023 con el mismo periodo de 2022–, el 85% corresponde a trabajos por cuenta propia, es decir, independientes informales (48%) y asalariados del sector público (37%). Solo el 3,25% de los nuevos empleos se generaron en el sector privado formal, que usualmente lleva la delantera, lo que contrasta con la cifra del trimestre móvil noviembre-diciembre de 2022, cuando el 67% de los nuevos empleos correspondía a este sector. Para Juan Bravo, director del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC UDP), estas cifras muestran de manera inequívoca que la contracción de la actividad económica –el PIB del primer trimestre registró una caída de 0,6%– está teniendo efectos en el mercado laboral. “Se están produciendo menos bienes y servicios que hace un año atrás y hay menos necesidad de contar con trabajadores”, explica el investigador. Al observar en detalle los datos por actividad económica, las más rezagadas en Chile respecto a los niveles previos al coronavirus son las categorías alojamiento y comida y las actividades artísticas y de entretención. Los empleos en estas áreas se desplomaron 50% y 57% entre mayo y julio de 2020 y hoy se han recuperado, pero solo en 86% y 73%, respectivamente. También llama la atención la lenta recuperación de los empleos vinculados a los servicios domésticos. “Las trabajadoras de casa particular fueron el grupo más golpeado por la crisis en Chile. Había 294.000 personas dedicadas a esta labor y hoy llegan a 208.000, es decir, ese grupo no se recuperó”, dice el director del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica. El empleo femenino, en tanto, si bien fue duramente afectado durante la pandemia, hoy muestra signos de retomar sus niveles anteriores. Durante la crisis del coronavirus se