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Ecuador: octubre 6, 2024

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Ecuador, octubre 06, 2024
Ecuador Continental: 03:24
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La frontera de México y Estados Unidos cierra uno de sus años más mortales

El País .- El número de muertes en el cruce terrestre más peligroso del mundo amenaza con superar los 560 fallecimientos documentados el año pasado El viaje al norte de una mujer de 20 años terminó de forma trágica en septiembre. Los agentes de la Patrulla Fronteriza la encontraron “boca abajo sobre la arena” a las 10.00 cerca de una autopista de Nuevo México. Los coyotes (los traficantes de personas) que la habían cruzado a Estados Unidos la habían abandonado la noche anterior. La mujer fue trasladada a un hospital, donde murió tres días después en el área de cuidados intensivos. En agosto, el intenso calor de Texas deshidrató a un hombre, ciudadano mexicano, hasta el punto de provocarle convulsiones y problemas para respirar. Falleció horas después. Un hondureño de 20 años se ahogó en el río Bravo en verano, cerca de donde las autoridades de Texas instalaron un polémico muro flotante de boyas para reducir el flujo de inmigrantes. Estas son solo algunas de las muertes de inmigrantes documentadas recientemente. Los sucesos son recogidos discretamente por la prensa local, muchas veces con muertos anónimos. Los cuerpos son difíciles de identificar porque los migrantes hacen el último tramo del viaje sin papeles. El chico ahogado en el río fue identificado por sus tatuajes. Su madre, quien aguardaba noticias en un albergue de México, fue quien los reconoció cuando agentes le mostraron fotografías. Estas historias llegan a cuentagotas, pero conforman un mar de víctimas en la frontera de México y Estados Unidos durante 2023, que amenaza con convertirse en uno de los más mortales. El sector de El Paso de la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo aseguró hace algunas semanas que se habían registrado 148 muertes durante el año fiscal 2023, que va de octubre de 2022 al último día de septiembre de 2023. La cifra casi duplica los 71 fallecimientos en el año fiscal 2022, que ya había tenido un importante flujo migratorio. De acuerdo a las autoridades, la mayoría de las muertes ocurrieron entre mayo y septiembre, cuando se registran altas temperaturas en una inmensa zona semidesértica que se extiende desde El Paso, en el oeste de Texas, hasta los límites de nuevo México y Arizona. Las 148 muertes no suman las que se registran en otros sectores de vigilancia de la Patrulla Fronteriza, como son Tucson (Arizona), San Diego (California) y el del Valle del río, otra zona de Texas de intenso flujo migratorio. Ha sido un año cruento para un sector que documentó seis muertes en 2017. La crisis de 2023 ha dejado también un importante incremento en el número de mujeres fallecidas, con 84. En 2021, en cambio, fueron 35. Las cifras pueden aumentar, pues son preliminares. Los fallecimientos contabilizados en el sector de El Paso representan un considerable porcentaje respecto a los de 2021, las cifras oficiales más recientes. La Oficina de Aduanas y Control Fronterizo informó aquel año de 560 muertes ocurridas en ese año fiscal en los más de 3.000 kilómetros de frontera común. Con más de 2,4 millones de encuentros registrados en 2023, el año ha fijado récords de cruces irregulares. El incremento del flujo migratorio ha provocado un tira y afloja entre Washington y México que los gobiernos discutirán este miércoles en una nueva reunión de alto nivel. La crisis ha generado también una preocupante situación humanitaria que sigue deteriorándose. La ONU calificó la ruta terrestre de México a Estados Unidos como la más mortal para los migrantes. Naciones Unidas afirmó que el año pasado 686 inmigrantes fallecieron o desaparecieron en su intento de llegar a la potencia de Norteamérica. Casi la mitad de estos fallecimientos están vinculados a cruces que utilizan caminos en los desiertos de Sonora y Chihuahua, rutas cada vez más peligrosas en un mundo cada vez más caliente. Cuando se suman las muertes de otros tramos, como el paso por la selva del Darién y rutas marítimas por el Caribe, la cifra se eleva a 1.457 muertos, para hacer de 2022 el año más mortal en los registros de la organización. La agencia internacional advierte de que el número real de víctimas puede ser superior. “El número de 2022 puede ser más alto de lo que sugiere la información disponible porque hacen falta datos oficiales, incluidos informes de los forenses de condados fronterizos de Texas y de la agencia mexicana encargada de búsqueda y rescate de desaparecidos”, afirmó en septiembre la Organización internacional para las migraciones (OIM). La Universidad de Texas coincidía en 2020 con la OIM, al afirmar que los datos en manos de la Patrulla Fronteriza estaban incompletos, pues no incluyen las muertes de quienes se ahogan en el río Bravo y cuyos cuerpos terminan del lado mexicano. El informe académico asegura que más de 3.200 migrantes han muerto intentando cruzar al sur de Texas desde 1990. A la espera de cifras oficiales más recientes, los antecedentes son preocupantes. A lo largo de 2022, el consulado de México en San Diego documentó 42 muertes de mexicanos que intentaban cruzar por Tijuana. Dos años antes, solo se habían registrado 16 en esa zona. Los accidentes y muertes crecieron en esa zona junto al muro fronterizo de Donald Trump. La muralla pasó en esa Administración de 5,1 metros de altura a 9,1, lo que disparó los ingresos hospitalarios por fracturas, lesiones y golpes. Ocho de cada 10 migrantes que llegaban al hospital culpaban a la obra trumpista.

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Texas promulga una ley que permite a las autoridades locales deportar personas a México

El País .- La norma entrará en vigor en marzo de 2024 y es considerada una de las más duras contra la inmigración en Estados Unidos Sus críticos la han calificado como la más dura ley anti inmigrantes de Estados Unidos en los últimos 20 años. Desde este lunes es una realidad en Texas, el segundo Estado más poblado y compuesto por un 40% de hispanos. El gobernador Greg Abbott ha firmado esta tarde en Brownsville y promulgado tres normas que endurecen el trato a los inmigrantes y permiten a las autoridades locales preguntar por papeles en cualquier parte de la entidad. De no tenerlos, la persona puede ser detenida y se expone a ser deportada a México. Sea o no nacional de este país. La ley, conocida como la SB4, entrará en vigor en marzo del próximo año. “La deliberada falta de acción del Gobierno de Joe Biden ha hecho que Texas deba defenderse a sí mismo. Los autores de nuestra Constitución previeron una situación donde el Gobierno federal dejaba desatendido a los Estados si estos enfrentaban retos en sus fronteras”, ha asegurado Abbott frente al muro fronterizo entre México y Estados Unidos. El gobernador afirma que el estado actual de la frontera representa “un riesgo a la seguridad nacional” de Estados Unidos. Ha citado, como ejemplo, que el año pasado intentaron entrar por aquí, de manera ilegal, 24.000 ciudadanos de China. Según Abbott, la SB4 ayudará a frenar “la oleada” de inmigrantes irregulares que han llegado a Texas. Esta ley, aprobada en noviembre por la mayoría republicana del Congreso local, forma parte de un paquete de iniciativas destinadas a cortar el flujo que ha dejado cifras récord en la frontera este año. La ley convierte los cruces ilegales en un delito que puede ser penado por las autoridades estatales. Esto permite a policías y jueces locales dar luz verde a las deportaciones, algo que la legislación estadounidense solo contempla para autoridades federales. “Para los inmigrantes reincidentes crea una ofensa que puede castigar una nueva entrada ilegal con una potencial sentencia de prisión de hasta 20 años”, añadió el gobernador. El mandatario ha señalado que la ley crea un mecanismo que permite deportar a los inmigrantes al país desde donde hicieron el cruce irregular. Abbott no mencionó en su discurso a México, pero es este país con quien el estado comparte miles de kilómetros de frontera común. El Gobierno mexicano ha rechazado esta ley. La cancillería mexicana lanzó un mensaje en noviembre en el que advertía que la criminalización de los inmigrantes “resultará en la separación de familias, discriminación y perfilamiento racial”. México repudia también que la medida permita a autoridades estatales detener y retornar a nacionales o a extranjeros a territorio mexicano, indica el comunicado fechado en noviembre. Texas tiene 10 millones de habitantes de origen mexicano. Organizaciones de derechos humanos han amenazado con demandar al Gobierno de Texas para frenar la ley. “La ley 4 del Senado sustituye a la legislación federal, promueve el perfilamiento racial y el acoso y autoriza inconstitucionalmente a las autoridades locales a deportar a personas sin debido proceso, sin importar si los inmigrantes buscan asilo u otras protecciones humanitarias”, ha señalado Oni Blair, la directora de ACLU en Texas. Abbott ha promulgado las leyes dos días después de que Donald Trump prometiera en un mitin la mayor deportación de inmigrantes si vuelve a la Casa Blanca en 2025. El expresidente también aseguró en New Hampshire que los indocumentados “envenenan la sangre de Estados Unidos”. El mes pasado, el gobernador acompañó a Trump en una visita a la frontera. “Necesitamos que vuelva a la presidencia de Estados Unidos”, afirmó el gobernador. Este ha respaldado al candidato republicano en su camino a la Casa Blanca en 2024 porque podrá “devolver la ley y el orden a la frontera”. Trump, en cambio, aplaudió los métodos que Abbott ha utilizado en su Estado para frenar el flujo migratorio. Entre estas tácticas está el enviar autobuses de inmigrantes a ciudades demócratas o instalar boyas y alambre de púas en el río Bravo. Para ser aprobada, la SB4 provocó días de tensión en la Cámara de Representantes local. El sí definitivo llegó un jueves de finales de octubre a las cuatro de la madrugada. La mayoría republicana se impuso a los intentos de los políticos demócratas de descarrilar la propuesta del congresista David Spiller, que permite detener a cualquiera bajo sospecha de haber ingresado ilegalmente a Texas. El gobernador también ha firmado una ley para inyectar 1.500 millones de dólares a las autoridades locales para reforzar la vigilancia en la frontera. El gobernador continuará la construcción del muro migratorio e instalará otras barreras que puedan cortar el flujo de las personas que llegan. Sus medidas han sido consideradas inhumanas y han provocado muertes en un año donde han repuntado los fallecimientos de inmigrantes. Sus iniciativas también han provocado varias demandas en los tribunales. A principios de este mes, un juez federal ordenó a Texas mover las boyas que Abbott mandó a instalar en el río Bravo. Este muro flotante que también ha provocado disputas diplomáticas con México. La tercera ley endurece las penas para los traficantes de personas. Abbott aseguró que en 2017 se detuvo a unas 317 personas acusadas de tráfico de personas. Este año se han hecho más de 3.000, un incremento de más del 2.000%. La norma que signó eleva las penas a 10 años para la trata de personas y crea una de cinco años de cárcel para cualquiera que opere o ayude a la operación de una casa de seguridad en el Estado. Este tipo de residencias son utilizadas por los cárteles y las bandas dedicadas a cruzar personas por las fronteras como centros de distribución de los migrantes. Estos esperan en estas casas ilegales a que las familias de quienes emprendieron el viaje cubran sus adeudos. Después de esto, son liberados.

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