Primicias .- La tasa de homicidios de Naranjal y Yaguachi es la más alta de Guayas respecto a su población, por encima de Guayaquil y Durán. Se trata de “cantones bisagra”, puntos estratégicos para el tráfico de armas y para el envío de drogas a los puertos de Guayaquil y Machala. Son los lugares con mayor tasa de homicidios de Guayas y se ubican en el ingreso norte y sur al Puerto Principal. Yaguachi y Naranjal son puntos estratégicos desde donde la droga proveniente de la frontera norte transita a los puertos de Guayaquil y Machala (El Oro). Se trata de pequeños “cantones bisagra” por donde circula en sentido inverso el tráfico de armas. El nivel de muertes violentas respecto a sus habitantes está incluso por encima de dos de las ciudades más violentas del país: Guayaquil y Durán. Yaguachi, ubicada en el centro de Guayas, 31 kilómetros al noroeste de Guayaquil, registra 77 asesinatos en lo que va del año, el doble de los del año pasado. Entre el 21 y el 24 de octubre se registró allí una matanza de siete personas y el asesinato del concejal Charbel Rouhana. Mientras en Naranjal, 92 kilómetros al sur de Guayaquil, en la conexión con El Oro y la frontera sur, se reportan en lo que va del año 173 homicidios (hasta el 22 de septiembre) casi cuatro veces más que los niveles de violencia de 2022. El ministro del Interior, Juan Zapata, explicó que las altas tasas de homicidios en los corredores cercanos a los puertos responden a la tercerización de las rutas del narcotráfico en Ecuador por parte de carteles internacionales. Organizaciones mexicanas y colombianas subcontratan a las bandas para participar en fases como el acopio y brindar seguridad en el traslado de las drogas o incluso para ejecutar sicariatos en la lucha por el control del territorio, dijo. Puntos en común La banda de Los Choneros, con presencia tradicional en Naranjal y debilitada tras la muerte de cabecillas como Junior Roldán, alias ‘JR’ (el 16 de mayo de 2023 en Colombia), defiende el territorio de las apetencias de otras organizaciones. Es otro punto en común con Yaguachi, que era un territorio controlado por Junior a través de Las Águilas, la banda creada por él como un brazo armado de Los Choneros. La Policía le atribuye la matanza de siete hombres la noche del sábado 21 de octubre, en el barrio Chino de Yaguachi, a una guerra por el territorio entre Las Águilas y Lobos. El barrio es un sector tomado por la delincuencia. Sujetos armados con fusiles y subametralladoras llegaron en camionetas a un parque y dispararon a mansalva contra personas que consumían estupefacientes, según el coronel Víctor Hugo Ordóñez, nuevo comandante de la Zona 5 (Guayas). El ataque dejó como saldo siete personas asesinadas y tres heridas. Otros asesinatos múltiples en ataques similares se registraron en Yaguachi en junio y en febrero pasado, según el oficial. El objetivo de la masacre más reciente era, de acuerdo con información policial, alias ‘Carlitos’, hijo de Darwin Israel Campuzano, alias ‘La Mole’, excabecilla de Las Águilas y asesinado en en junio pasado. ‘Carlitos’ o alias ‘Rengo’, quien al parecer asumió la distribución de droga en el cantón tras la muerte de su padre, logró huir del lugar en medio de una persecución. Triángulo narcocriminal y cantones “bisagra” Yaguachi y Naranjal (Guayas), en el norte y sur de Guayaquil, respectivamente, integran un conocido triángulo narcocriminal con los cantones El Triunfo (Guayas) y La Troncal (Cañar), ubicados al este del Puerto Principal. Los cuatro cantones completan un circuito de circulación vial de ida y vuelta entre las fronteras norte y sur con una decena de puertos marítimos Guayaquil (entre privados y concesionados) y con Puerto Bolívar (Machala), una red de accesos logísticos privilegiados. El consultor en seguridad Freddy Viera dice que se trata de “cantones bisagra” que funcionan como puntos de paso y control de drogas, incluso como “peajes”, centros de acopio o “anclas” estratégicas para el narcotráfico, pero también para el tráfico de armas. Estos cantones funcionan como puntos de control de distribución de la droga y empalmes logísticos para el traslado de carga contaminada hacia los puertos, agrega. “Los carteles no solo están pagando con drogas a las bandas locales, lo que genera violencia por la pugna de territorio para el microtráfico, también pagan con armas. Y el armamento está llegando desde Perú”, dice Viera, oficial en servicio pasivo de las Fuerzas Armadas. El ingeniero en seguridad advierte que los corredores por donde ingresan drogas y armamento ilegal están quedando cada vez más expuestos a la violencia tras la pandemia y dice que sin cambios en el marco legal difícilmente se podrá contrarrestar la situación.