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Ecuador: octubre 8, 2024

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Ecuador, octubre 08, 2024
Ecuador Continental: 11:03
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Los fabricates de Wegovy habrían dado dinero a expertos en obesidad para que promuevan el fármaco, según investigación de Reuters

El Universo .- En Estados Unidos, el costo de las inyecciones puede alcanzar los $ 1.300 mensuales. Algunos de los mayores expertos en obesidad de los Estados Unidos que promueven fármacos para la pérdida de peso, recibieron grandes sumas de dinero de la farmacéutica Novo Nordisk, fabricante de los productos Wegovy y Ozempic, según una investigación especial que la agencia Reuters publicó en su sitio web este viernes 1 de diciembre. Serían al menos $ 25,8 millones entregados en el transcurso de una década en viáticos y otros gastos relacionados a estos fármacos afamados por su eficacia en la pérdida de peso, en contraste con el lento y a veces frustrante proceso de comer saludablemente y ejercitarse con regularidad. Las conclusiones son que hay una élite de especialistas que viajan por el mundo como ‘viajeros frecuentes’ de la firma, promoviendo estos medicamentos. El 13 % de la población mundial mayor a 18 años era obesa en 2016. Pero en Estados Unidos esto era el 36 % en ese mismo año, según el sitio de estadísticas Our World in Data. Reuters sostiene que Novo cobra a sus clientes estadounidenses $ 1.300 al mes por una inyección semanal. Uno de los medicamentos más populares es Wegovy (semaglutida), que va en camino a ser uno de los más ampliamente recetados en la historia. Lo acompaña su similar Saxenda (liraglutida). El monto señalado por Reuters incluye solo los pagos relacionados con esos dos fármacos. Pero hay pagos realizados a nombre de especialistas que no mencionan ningún compuesto. La agencia examinó las cuentas de Novo por conferencias, consultorías, alimentación y viajes, excluyendo aquellos depósitos relacionados con la investigación. Tampoco se incluyó lo gastado en relación a Ozempic, también muy popular para perder peso porque tiene el mismo ingrediente activo que Wegovy. Al menos 57 médicos estadounidenses, la mayoría especialistas en obesidad, aceptaron desde $ 1000.000 de Novo en pagos por motivos asociados a Wegovy o Saxenda, en 10 años. Que las farmacéuticas contraten a médicos para promoción, difusión y consultoría de medicamentos es legal y común en Estados Unidos, a pesar de las críticas.     Novo respondió a Reuters que su trabajo con los profesionales va más allá del marketing. “Necesitamos más que dar la medicina correcta. Conducimos investigación y educamos y creamos conciencia sobre obesidad, una condición por mucho tiempo no reconocida y malentendida”. El argumento rpincipal es que negar estos medicamentos es discriminación para las personas obesas, y equivale a culparlas por su condición. Reuters, por otra parte, entrevistó a 10 médicos clínicos o investigadores con experiencia en obesidad que cuestionaron la prudencia de recetar semaglutida con tanta liberalidad, especialmente a las personas con sobrepeso que no tienen otros problemas de salud. Argumentan que las medicinas tienen serios efectos secundarios y requieren mayor estudio, y que la adopción de algo tan costoso impondría costos impagables en el sistema de salud de los Estados Unidos. ¿Cuáles son los efectos secundarios del semaglutida? Wegovy y drogas similares pueden causar náusea severa, pérdida de músculo y tienen el potencial de crear bloqueo intestinal. Están bajo escrutinio por las reguladoras estadounidenses y europeas por su posible nexo con los pensamientos suicidas. Se sugiere un manejo más cauteloso, usarlo primero con pacientes con obesidad severa o enfermedades graves ligadas al peso. Se agrupan con el nombre de receptores agonistas del receptor GLP-1 y fueron originalmente desarrolladas para la diabetes. Imitan una hormonoa natural que enlentece la digestión y hace que los pacientes se sientan saciados después de comer. Saxenda fue aprobada para pérdida de peso en 2014 y Wegovy en 2021. Wegovy, con dieta y ejercicio, ayudó a perder hasta un 15 % del peso coporal en ensayos clínicos, un porcentaje mayor al de Saxenda. Además, parece reducir la incidencia de infarto, derrame cerebral o muerte por enfermedad cardiaca. Este fármaco y Ozempic han llegado a escasear. Ambas han visto aparecer imitaciones. Pero las aseguradoras, empleadores y agencias de gobierno no quieren pagar ese precio, especialmente por algo que debe ser tomado de manera indefinida, pues Novo ha comprobado que los que dejan de medicarse recuperan la mayor parte del peso perdido. Otras farmacéuticas también están estudiando el efecto de compuestos similares. Pfizer anunció hoy que deberá modificar un fármaco en desarrollo (danuglipron) por el alto índice de efectos secundarios durante la fase de ensayo clínico. Este no sería una inyección, sino una pastilla, que Pfizer aspira a que sea una dosis diaria. Por otro lado, la firma Eli Lilly tiene el Zepbound (tirzepatida), aprobado el mes pasado en Estados Unidos.

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Obesidad infantil, el lado oculto de la malnutrición en Ecuador

Primicias .- El sobrepeso y la obesidad atacan al 5,5% de los niños menores de cinco años. La mayor prevalencia se concentra en las familias con más ingresos económicos. La Encuesta Nacional de Desnutrición Infantil (ENDI), elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), revela que la alimentación de cientos de niños en el país se basa en productos ultraprocesados y altos en azúcar. Esto ha provocado que el 5,5% de niños menores de cinco años sufra de sobrepeso u obesidad.   A pesar de esta preocupante cifra, las autoridades se refieren poco al tema porque han concentrado sus esfuerzos en la lucha contra la desnutrición crónica infantil.   No obstante, la ENDI muestra que el sobrepeso y la obesidad afectan de manera similar a los niños que viven en las ciudades y en las zonas rurales.   Los datos de la investigación detallan que el 5,4% de los niños menores de cinco años que viven en la ruralidad sufren de alguna de estas dos condiciones. Este porcentaje crece hasta el 5,6% en los niños de la misma edad que viven en las ciudades, aunque hay algunos cantones que superan ese porcentaje. En Cuenca, por ejemplo, llega al 5,8% y en Guayaquil, al 7%. Mientras que, en Quito, este indicador es del 4,7%. Con relación a la prevalencia del sobrepeso y obesidad en los quintiles poblacionales, la ENDI señala que los niños que viven en los hogares con mayores ingresos económicos son quienes más sufren de estos problemas de salud.   En ese sector de la población, el porcentaje de niños menores de cinco años que tienen una de las dos condiciones alcanza el 7,2%, llegando al 5,4% en el quintil 4, y al 4,7% en el quintil 3. Mientras que, en los quintiles 1 y 2, el sobrepeso y la obesidad están presentes en el 5,1% y 5% de los niños del mismo rango etario. A Flourish chart Bebés con sobrepeso y obesidad Durante el levantamiento de información para la ENDI, los técnicos del INEC identificaron a bebés que también tienen sobrepeso u obesidad. Cifras de la investigación aseguran que el 5,5% de bebés de entre cero y cinco meses padecen alguna de estas dos condiciones. Aunque la mayor prevalencia se presenta en los niños de 6 y 11 meses, pues el 7,3% de ellos fue diagnosticado con uno de estos problemas de salud. Mientras que en el otro lado se encuentran los bebés de entre 24 y 35 meses, con un 4,7% de su población con sobrepeso o desnutrición. Uno de los datos más llamativos del estudio muestra que los niños blancos son los que tienen más sobrepeso u obesidad, con el 6,8%. En las otras etnias, estos son los porcentajes: Mestizos: 5,7% Montuvio: 5,5% Afroecuatorianos: 5,1% Indígenas: 47% Provincias con más sobrepeso y obesidad Imbabura, con el 9,88%; El Oro, con el 8,55%, y Zamora Chinchipe, con el 7,42%, son las provincias con la mayor cantidad de niños menores de cinco años con sobrepeso y obesidad. Mientras que Napo, Pastaza, y Cotopaxi, con una prevalencia menor al 4%, registran los mejores indicadores. El titular de la Secretaría Ecuador Crece Sin Desnutrición Infantil, Erwin Ronquillo, sostiene que los próximos gobiernos deben implementar campañas de educación para que las familias opten por dietas nutritivas que impulsen el desarrollo integral de los niños. Sobrepeso y obesidad en niños menores a 5 años en Ecuador

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La diabetes afectará a 1.300 millones de personas en 2050, el doble que en la actualidad

El País .- Una serie de artículos médicos sugiere reforzar la atención a cuestiones socioeconómicas para hacer frente a una enfermedad asociada a la obesidad, el consumo de alcohol o tabaco y la falta de actividad física.   En 2018, Nam Han Cho, entonces presidente de la Federación Internacional de Diabetes (IDF, de sus siglas en inglés), se refería a la epidemia de esta enfermedad como “la tercera guerra mundial”, comparando el millón y medio de muertos anuales que causa con los caídos en una contienda bélica. La hipérbole muestra la desesperación de algunos expertos ante el avance implacable de la enfermedad y la dificultad para concienciar a la sociedad de su magnitud. Hoy, la revista médica The Lancet publica una serie de artículos en los que vuelve a llamar la atención sobre la amenaza de la diabetes, a la que, plantean, no se enfrenta con las herramientas adecuadas.   Según las estimaciones publicadas en la revista, en 2050 habrá alrededor de 1.300 millones de personas viviendo con diabetes en todo el mundo, un incremento que multiplica por más de dos los 529 millones de afectados de la actualidad. El 90% serán personas con diabetes tipo 2, una enfermedad asociada a la obesidad, la dieta, el consumo de alcohol o tabaco y la falta de actividad física, y que está muy relacionada con la pobreza. En EE UU, la diabetes es 1,5 veces más frecuente entre minorías como los negros o los indígenas americanos, un problema que los autores de los artículos de The Lancet atribuyen, entre otras cosas, al racismo estructural.   En un editorial que también se publica este viernes, la revista advierte ante el enfoque erróneo que muchos aplican a la diabetes. Pese al éxito de nuevos fármacos contra esta dolencia, que también ayudan a reducir la obesidad, “la solución a sociedades insanas e injustas no son más pastillas, sino reevaluar y reimaginar nuestras vidas para proporcionar oportunidades que aborden el racismo y la justicia, y actúen sobre los factores sociales de la enfermedad”, afirman citando a la médica Rupa Marya y el economista Raj Patel. El mercado de los fármacos contra la diabetes crecerá, según algunas estimaciones, hasta los 100.000 millones de dólares en la próxima década y podría alcanzar una cifra 10 veces mayor en 2045. Sin embargo, como sucede con muchos otros males, que son más tratables con hábitos saludables aplicados a tiempo que con fármacos cuando ya casi es tarde, el esfuerzo de anticipación ante la diabetes no recibe la atención necesaria. En 2018, los países de la Unión Europea emplearon, de media, un 2,8% de su gasto sanitario en prevención.   Desde hace tiempo, los expertos inciden en la necesidad de incluir la pobreza como un factor fundamental que combatir para mejorar la salud. La llamada de atención de The Lancet estima que para 2045, hasta tres de cada cuatro adultos con diabetes en el mundo vivirán en países de ingresos medios o bajos. Hoy, solo alrededor del 10% de las personas que sufren la enfermedad en estos lugares recibe un tratamiento adecuado. El crecimiento de la carga que supone la diabetes, no obstante, no solo se ve en esos países con menos recursos. En EE UU, la prevalencia de la enfermedad se ha multiplicado casi por dos entre los jóvenes, cada vez más expuestos a todo tipo de alimentos que incrementan el riesgo de obesidad y una vida más sedentaria. Como con todas las enfermedades en todos los lugares del mundo, los que más sufren el incremento en la principal potencia mundial son los pobres, que son, con mayor frecuencia, negros o nativos americanos.   Con las tendencias actuales, no está previsto que ningún país reduzca sus porcentajes de diabéticos y habrá regiones como el norte de África u Oriente Próximo en las que las tasas alcanzarán el 20%. “La diabetes sigue siendo una de las mayores amenazas para la salud pública de nuestro tiempo y va a crecer rápidamente durante las próximas tres décadas en todos los países, sin diferencia de edad o sexo, planteando un reto importante para los sistemas sanitarios de todo el mundo”, afirma Shivani Agarwal, de la Escuela de Medicina Albert Einstein, en Nueva York (EE UU). Agarwal, que ha liderado esta serie de artículos, afirma que “centrarse en comprender la desigualdad en la diabetes es vital para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU, que quieren reducir las enfermedades no transmisibles [como el cáncer o la diabetes] en un 30% en menos de siete años y reducir los crecientes efectos negativos en la salud de poblaciones marginadas y sobre la fortaleza de las economías nacionales en las décadas venideras”, añade.   En la serie, se mencionan casos de éxito en el apoyo a comunidades con menos recursos, como las de algunos países del África subsahariana, donde la cooperación de los gobiernos, la industria y las asociaciones de pacientes ha permitido facilitar el acceso a insulina y otros productos sanitarios con reducciones medibles del impacto de la enfermedad.

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Ozempic, las inyecciones adelgazantes que pueden abrir la puerta a acabar con el consumo abusivo de alcohol

El País .- Algunos pacientes que se pinchan esta familia de fármacos aseguran haber perdido las ganas de beber. Varios estudios explican que esta cascada de anécdotas tiene base científica, aunque no en todos los casos Los efectos secundarios de un medicamento no siempre son molestos o peligrosos. En algunos casos son tan positivos que ascienden de secundarios a principales. Es lo que sucedió con los agonistas del receptor GLP-1, una familia de fármacos que en España se comercializan, sobre todo, bajo el nombre comercial de Ozempic. Se patentó hace unos años para ayudar a los enfermos de diabetes. Después pasó a ser una milagrosa droga adelgazante, aunque muchos expertos advierten contra su uso descontrolado para perder peso rápidamente. En los últimos meses, además, se está estudiando si podría servir también para tratar adicciones, ya que algunos usuarios han reducido el consumo de alcohol. Es pronto para confirmarlo, pero ya hay estudios científicos que parecen señalar algunos de los motivos tras esta bajada del consumo que, en cualquier caso, no afecta a todos los pacientes por igual.   “Dejé de beber”, afirma tajante Toñi Venegas, de 52 años, en conversación telefónica. “Yo soy de Sevilla y aquí somos muy de salir a tomarnos nuestras cervecitas”, explica, “pero a raíz de pincharme, de repente, no me apetecía”. Venegas lleva pinchándose un agonista del GLP-1 casi un año. Ha perdido 12 kilos. Cuando empezó con su dieta y su medicina, notó que le apetecía menos comer, pero no esperaba perder también las ganas de beber. La cerveza le sabía mal, no se la pedía el cuerpo. Así que fue a hablar con el doctor Cristóbal Morales, endocrino del hospital Virgen de la Macarena de Sevilla, y le contó este sorprendente efecto secundario.   No era una sorpresa para Morales, que llevaba años conduciendo ensayos clínicos sobre estos fármacos (más de 120) y escuchando la misma historia. “Al principio, lo atribuíamos lógicamente al enlentecimiento del ácido gástrico”, explica en un intercambio de audios por mensajería. Con los agonistas del GLP-1, el ritmo digestivo bajaba revoluciones, así que era normal que los pacientes tuvieran menos ganas de comer y de beber lo que fuera. Pero a la luz de los últimos estudios, el doctor Morales le explicó a su paciente que lo que le pasaba se debía a un efecto secundario del fármaco. “Con los años se ha ido publicando el efecto que tiene sobre el sistema nervioso central y el centro hedónico, y apunta en esta dirección, señalando que afecta al alcohol e incluso a otras sustancias y comportamientos adictivos”, desarrolla el endocrino.   La avalancha de anécdotas de pacientes como Venegas ha dado paso a un puñado de estudios que confirman cierta base científica. Unos aseguran que estos medicamentos hacen que las ratas obtengan menos dopamina del alcohol. Otras dejaron de sentirse atraídas por la cocaína. Una raza de monos africanos propensos a beber dejaron de hacerlo. Los experimentos en humanos, sin embargo, son escasos y no tan concluyentes.   Uno de los más citados fue el que realizó el doctor Anders Fink-Jensen, psiquiatra de la Universidad de Copenhague, sobre el consumo de alcohol en pacientes que estaban usando un agonista del GLP-1 llamado exenatida. “Vimos que hubo una disminución dramática en la cantidad de alcohol que bebían”, confirma él en videollamada. “Pero esta se dio solo en una parte de los participantes, y como además había un grupo que estaba tomando placebo, al mirar el total no se veía una diferencia clara”, añade.   Intrigado por unos resultados tan desiguales, Fink-Jensen decidió hacer una criba y mirar los análisis atendiendo a varios criterios. Observó qué les pasaba a los pacientes que tenían un índice de masa corporal superior a 30, los considerados obesos. Y se sorprendió. “Allí sí que vimos una fuerte disminución en el consumo de alcohol”, explica. Fink-Jensen cree ahora que estos fármacos pueden tener efecto sobre el consumo de alcohol, pero no en todos los pacientes.   Los resultados de este estudio son prometedores, pero no suficientes para afirmar que esta medicina pueda acabar con la dependencia del alcohol, afirma el psiquiatra: “Se necesitan más estudios que lo corroboren”. Y ya están en marcha. Fink-Jensen señala que se han iniciado tres en Estados Unidos y que él mismo acaba de comenzar otro, esta vez centrado en pacientes obesos y con semaglutida, una versión más moderna de esta droga. Este nuevo estudio ha recibido financiación de Novo Nordisk Foundation, fundación empresarial dependiente de la farmacéutica que fabrica los medicamentos Ozempic y Wegovy.   Acabar con la adicción sin cercenar el placer María Inés López-Ibor, catedrática de Psiquiatría especializada en ansiedad y trastornos derivados del consumo de sustancias, ha seguido de cerca los efectos de los agonistas del GLP-1. Muchos pacientes suyos engordaban de forma ostensible por antidepresivos y acababan combinándolos con este medicamento. En conversación telefónica, explica que esta medicina “actúa a nivel cerebral y puede provocar una modulación de varios neurotransmisores”. Uno de ellos es el gaba, que está relacionado con la ansiedad. El otro sería la dopamina, sustancia que se libera ante un estímulo placentero, sea este un donette, una copa de vino o una raya de cocaína. La semaglutida controlaría el placer y eliminaría la ansiedad. “Esto podría ayudarnos a entender por qué puede tener un efecto en las adicciones”, apunta López-Ibor.   La idea de que una droga prometa, con un pinchazo a la semana, no solo facilitar el adelgazamiento, sino el dejar de fumar, reducir el consumo de alcohol y eliminar otras adicciones, puede suponer una revolución en el campo de la medicina. Hasta ahora, estas habían sido tratadas de forma específica: metadona para los opiáceos, bupropión para el tabaquismo… Pero si se confirman los estudios que están en marcha, los agonistas del GLP-1 podrían cambiar todo esto al atacar el problema de raíz, alterando el circuito de recompensa fundamental del cerebro.   Pincharse [ozempic] no quita el placer, simplemente, hace que uno no se pase de la raya” Juan José Gorgojo, jefe del servicio de nutrición del Hospital Universitario Fundación Alcorcón Los placeres

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La obesidad en el embarazo y la lactancia puede alterar el cerebro de los bebés e impulsar el sobrepeso en la adultez

INFOBAE .-  Científicos de la Universidad de Rutgers detectaron que un mayor peso en las madres puede condicionar el cerebro de sus hijos a comer alimentos poco saludables cuando son adultos. El hallazgo permitiría desarrollar tratamientos.   A medida que la prevalencia de la obesidad y el sobrepeso sigue aumentando en todo el mundo, también se incrementa la proporción de niños nacidos de madres con sobrepeso. En humanos, el peso materno elevado se asocia con un mayor riesgo de enfermedad neuropsiquiátrica y disfunción metabólica más adelante en la vida. Durante mucho tiempo se ha pensado que las alteraciones asociadas con la sobrenutrición materna son causadas por la programación del desarrollo dentro de los sistemas cerebrales responsables de regular el equilibrio energético. Según un estudio reciente de la Universidad de Rutgers que acaba de publicarse en Molecular Metabolism, las personas cuyas madres tienen sobrepeso durante el embarazo y la lactancia pueden volverse obesas en la edad adulta porque la sobrenutrición temprana vuelve a conectar los cerebros en desarrollo para anhelar alimentos poco saludables. Los investigadores de Rutgers rastrearon este vínculo de madre a hijo en ratones con un experimento de laboratorio. En él algunos ratones se volvieron obesos con una cantidad ilimitada de alimentos ricos en grasas durante el embarazo y la lactancia, mientras que otros se mantenían delgados con una cantidad ilimitada de alimentos saludables. Descubrieron que los ratones nacidos de madres obesas se mantienen delgados en la edad adulta con alimentos saludables ilimitados, pero comen en exceso más que los ratones nacidos de madres delgadas cuando se les da acceso a alimentos poco saludables. El estudio se llevó a cabo en ratones de laboratorio (Getty Images) Los hallazgos indican que, si bien las personas cuyas madres tuvieron sobrepeso durante el embarazo y la lactancia pueden tener dificultades para moderar su consumo de golosinas, pueden comer con seguridad hasta saciarse de alimentos saludables. Estas conclusiones, además, puede ayudar en el desarrollo de medicamentos que alteran el cerebro y reducen los antojos de alimentos poco saludables. “Las personas nacidas de madres obesas o con sobrepeso tienden a pesar más en la edad adulta que las personas nacidas de madres más delgadas, y experimentos como este sugieren que la explicación va más allá de los factores ambientales, como aprender hábitos alimenticios poco saludables en la niñez —explicó Mark Rossi, profesor de psiquiatría de la Escuela de Medicina Rutgers Robert Wood Johnson y autor principal del estudio—. La sobrenutrición durante el embarazo y la lactancia parece reconfigurar los cerebros de los niños en desarrollo y, posiblemente, de las generaciones futuras”. En el experimento, los investigadores proveyeron comida rica en grasas a tres ratones hermanos y comida sana a otras tres de sus hermanas. Una vez que se completó la lactancia, los investigadores centraron su atención en los casi 50 cachorros, que como era de esperar comenzaron con pesos más pesados o más livianos, según la dieta de su madre. Sus pesos convergieron (a niveles saludables) después de que todos los cachorros recibieron comida saludable ilimitada durante varias semanas, pero divergieron nuevamente cuando los investigadores les ofrecieron acceso constante a la dieta alta en grasas. Todos los ratones comieron en exceso, pero los hijos de madres con sobrepeso comieron en exceso significativamente más que los demás. Las personas cuyas madres tienen sobrepeso durante el embarazo y la lactancia pueden volverse obesas en la edad adulta porque la sobrenutrición temprana vuelve a conectar los cerebros en desarrollo para anhelar alimentos poco saludables Un análisis posterior indicó que los diferentes comportamientos probablemente se derivaron de las distintas conexiones entre dos partes del cerebro, el hipotálamo y la amígdala, que surgieron debido a la diferente nutrición materna durante el embarazo y la lactancia. El estudio tiene implicaciones múltiples para las personas nacidas de madres con sobrepeso que luchan con su propio peso. Por un lado, sugiere la posibilidad de mantenerse delgado mientras se come alimentos saludables hasta la saciedad y se evita la comida chatarra por completo. Por otro lado, sugiere que los esfuerzos por comer cantidades moderadas de opciones poco saludables pueden estimular el consumo excesivo y la obesidad. Mirando hacia el futuro, el hallazgo del estudio sobre los circuitos cerebrales interrumpidos en los dos grupos de ratones puede ayudar a informar la creación de medicamentos que bloquearían el exceso de deseo de consumir alimentos poco saludables. “Todavía hay más trabajo por hacer porque aún no entendemos completamente cómo están ocurriendo estos cambios, incluso en ratones —continuó Rossi—. Pero cada experimento nos dice un poco más, y cada avance sobre los procesos que impulsan a comer en exceso puede develar una estrategia para posibles terapias”. De la investigación también participaron Kuldeep Shrivastava, Thaarini Swaminathan, Alessandro Barlotta, Vikshar Athreya y Hassan Choudhry.

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El café podría ser el arma secreta contra la obesidad y la diabetes

ABC .- Niveles elevados de cafeína en sangre parecen que reducen la cantidad de grasa corporal y, por tanto, el riesgo de diabetes tipo 2. Las personas que beben café pueden tener una nueva excusa para seguir consumiendo esta bebida milenaria. Parece que reduce la cantidad de grasa corporal y, por tanto, el riesgo de diabetes tipo 2.   Según una investigación publicada en la revista «BMJ Medicine», un nivel alto de cafeína en la sangre podría reducir la cantidad de grasa corporal que tiene una persona y su riesgo de diabetes tipo 2. Los hallazgos, escriben los investigadores del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia), probablemente justifiquen explorar el papel potencial de las bebidas con cafeína sin calorías para reducir los riesgos de obesidad y diabetes tipo 2.   Investigaciones publicadas anteriormente indican que beber de 3 a 5 tazas diarias de café, una fuente rica en cafeína, se asocia con un menor riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, señalan los investigadores. Una taza de café promedio contiene alrededor de 70 a 150 mg de cafeína. Investigaciones publicadas anteriormente indican que beber de 3 a 5 tazas diarias de café, una fuente rica en cafeína, se asocia con un menor riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, señalan los investigadores. Una taza de café promedio contiene alrededor de 70 a 150 mg de cafeína.   Existen ciertos casos en los que el efecto de esta bebida puede ser perjudicial para nuestra salud.   Pero la mayoría de las investigaciones publicadas hasta la fecha se han centrado en estudios observacionales, que no pueden establecer de forma fiable los efectos causales, debido a los otros factores potencialmente influyentes que intervienen, señalan los investigadores.   Además, es difícil desentrañar los efectos específicos de la cafeína de los otros compuestos incluidos en las bebidas y los alimentos con cafeína, agregan.   Para tratar de superar estos problemas, los investigadores utilizaron la aleatorización mendeliana para averiguar qué efecto tienen los niveles más altos de cafeína en la sangre sobre la grasa corporal y los riesgos a largo plazo de la diabetes tipo 2 y las principales enfermedades cardiovasculares (enfermedad de las arterias coronarias, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca e irregularidad) ritmo cardíaco (fibrilación auricular).   La aleatorización mendeliana es una técnica que utiliza variantes genéticas como representantes de un factor de riesgo particular, en este caso los niveles de cafeína en sangre, para obtener evidencia genética que respalde un resultado particular, en este estudio, el peso (IMC) y el riesgo de diabetes tipo 2.   Genes claves Los investigadores analizaron el papel de dos variantes genéticas comunes de los genes CYP1A2 y AHR en casi 10.000 personas de ascendencia predominantemente europea, que participaban en 6 estudios a largo plazo. Los genes CYP1A2 y AHR están asociados con la velocidad del metabolismo de la cafeína en el cuerpo.   Las personas que portan variantes genéticas asociadas con un metabolismo más lento de la cafeína beben, en promedio, menos café, pero tienen niveles más altos de cafeína en la sangre que las personas que la metabolizan rápidamente para alcanzar o retener los niveles necesarios para sus efectos estimulantes.   Los resultados del análisis mostraron que los niveles más altos de cafeína en la sangre predichos genéticamente se asociaron con un menor peso (IMC) y grasa corporal. Dichos niveles también se asociaron con un menor riesgo de diabetes tipo 2.   A continuación, los investigadores utilizaron la aleatorización mendeliana para explorar más a fondo hasta qué punto cualquier efecto de la cafeína sobre el riesgo de diabetes tipo 2 podría estar impulsado principalmente por la pérdida de peso simultánea.   Nuestro hallazgo sugiere que la cafeína podría explicar la asociación inversa entre el consumo de café y el riesgo de diabetes tipo 2 Los resultados mostraron que la pérdida de peso impulsó casi la mitad (43 %) del efecto de la cafeína sobre el riesgo de diabetes tipo 2.   Los investigadores reconocen varias limitaciones a sus hallazgos, incluido el uso de solo dos variantes genéticas y la inclusión de solo personas de ascendencia europea.   Pero se sabe que la cafeína acelera el metabolismo, aumenta la quema de grasa y reduce el apetito, explican. Y se ha estimado que una ingesta diaria de 100 mg aumenta el gasto de energía en alrededor de 100 calorías por día, lo que en consecuencia podría reducir el riesgo de desarrollar obesidad.   «Nuestro hallazgo de aleatorización mendeliana sugiere que la cafeína podría, al menos en parte, explicar la asociación inversa entre el consumo de café y el riesgo de diabetes tipo 2», escriben los investigadores.   «Los ensayos controlados aleatorios están garantizados para evaluar si las bebidas que contienen cafeína sin calorías podrían desempeñar un papel en la reducción del riesgo de obesidad y diabetes tipo 2», concluyen.

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