El País .- El presidente Gustavo Petro asegura que su país dejará de comprar armas a aquellos Estados que no apoyaron una resolución de la Asamblea General para llamar a un cese al fuego El presidente de Colombia, Gustavo Petro, no da un paso atrás en su apoyo categórico a la causa palestina. Pese a las críticas de Israel y sectores de la oposición, el mandatario de izquierdas continúa compartiendo sus opiniones sobre la guerra en X —antes Twitter— de manera recurrente. Puede difundir imágenes de una matanza o hacer un llamado a imitar un concierto realizado en Chile para recaudar fondos en apoyo a Palestina. Este lunes festivo, conmemoración de la Independencia de Cartagena, ha sobresalido el anuncio de que su país solicitará ante la ONU la incorporación de Palestina como miembro pleno y que dejará de comprar armas a aquellos Estados que hayan votado en contra o se hayan abstenido en una resolución para ordenar un cese al fuego. “Los países democráticos y progresistas deben luchar por preservar el Derecho Internacional Humanitario para impedir que la barbarie se expanda en el mundo”, ha remarcado el presidente. Al igual que en otras ocasiones, sus declaraciones han estado acompañadas por una publicación de Palestina Hoy, una cuenta con más de medio millón de seguidores que difunde el día a día de la guerra. “La carnicería desatada por [el primer ministro israelí, Benjamín] Netanyahu en el hospital Al Shifa en Gaza”, ha descrito el mandatario colombiano, en referencia a un video que muestra cadáveres amontonados en el patio del principal complejo sanitario de la Franja. En la publicación que comparte Petro, se denuncia que los francotiradores israelíes impidieron el entierro de los cuerpos en fosas comunes. Israel, por su parte, asegura que no está detrás de los ataques y que el hospital esconde instalaciones estratégicas de Hamás. La causa palestina es una de las que más apasiona a Petro. En 2015, cuando era alcalde de Bogotá, firmó un acuerdo que hermanaba a la capital colombiana con Ramala, su contraparte en un territorio que Colombia recién reconoció como Estado tres años después —fue una de las últimas decisiones del Gobierno de Juan Manuel Santos—. Hace unos meses, en junio, el ahora presidente regañó públicamente a su Cancillería por abstenerse de votar una resolución de la ONU que buscaba mejorar la ayuda en salud en los territorios palestinos. “Es una ignominia contra el pueblo palestino”, bramó respecto a una posición que el Ministerio —siempre más mesurado— tuvo que convertir en un voto a favor. En septiembre, denunció ante la ONU que la comunidad internacional tiene una doble vara para abordar la guerra en Ucrania y el conflicto palestino-israelí. El inicio de la guerra ha puesto a Palestina en el centro de las declaraciones que el presidente realiza a toda hora en X y que caracterizan a sus comunicaciones desde que llegó al poder en agosto de 2022. Los mensajes ya son difíciles de contar y en todos se mantiene el énfasis con el que Petro condena las acciones del Gobierno de Netanyahu en un conflicto que ya contabiliza más de 12.000 muertos —más de 11.200 palestinos y 1.200 israelíes, según cada bando—. En las últimas semanas, además del mensaje de este lunes respecto a la ONU, sobresalió el anuncio de que Colombia abrirá una embajada en Palestina y que apoyará una denuncia por crímenes de lesa humanidad que Argelia presentará contra el primer ministro israelí ante la Corte Penal Internacional. Personas atienden un velatón en apoyo a Palestina, el 17 de octubre en Bogotá (Colombia).IVAN VALENCIA (AP) La oposición e Israel han criticado los mensajes de Petro. Primero, cuestionaron que se negara a repudiar directamente a Hamás tras el ataque del 7 de octubre y que optara por reiterar su postura respecto a que existe una ocupación ilegal en Palestina. Después, la tensión aumentó cuando el presidente comparó la situación con la del campo de concentración de Auschwitz, donde fueron asesinados decenas de miles de judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Esto derivó en que Israel anunciara la suspensión de las exportaciones de equipos de seguridad hacia Colombia y en que Petro amenazara con una ruptura entre ambos países. “Si hay que suspender relaciones exteriores con Israel, las suspendemos. No apoyamos genocidios. Al presidente de Colombia no se le insulta”, dijo el 16 de octubre. El Gobierno de Petro no está solo en América Latina respecto a las críticas a Israel, pese a que el mandatario colombiano suele ser el más enfático. Argentina, México, Chile y Bolivia son algunos de los otros países que han elevado el tono en las últimas semanas para denunciar violaciones al derecho internacional, sobre todo tras el bombardeo de Yabalia. Hace dos semanas, Colombia y Chile llamaron a consultas a sus embajadores, un gesto que se interpreta en las relaciones internacionales como un paso previo a la ruptura. “Si Israel no detiene la masacre del pueblo palestino, no podemos estar allá”, dijo Petro en el mensaje en X de ese día. Bolivia, en tanto, ha sido el más radical y ha suspendido sus vínculos diplomáticos. Estado observador en la ONU Palestina tiene la categoría de Estado observador en las Naciones Unidas, al igual que la Ciudad del Vaticano. Una mayoría abrumadora apoyó, en 2012, una solicitud para que la Asamblea General le otorgara esta condición: 138 países se pronunciaron a favor, solo nueve en contra y 41 abstenciones. Palestina obtuvo así la capacidad de pronunciarse en los debates de la Asamblea. Israel y Estados Unidos, por su parte, rechazaron la decisión bajo el argumento de que la membresía en la ONU debe ser parte de negociaciones bilaterales. El problema para Palestina es que está lejos de ser un miembro pleno, con derecho al voto y no solo voz. Mauricio Jaramillo, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, comenta en un mensaje de audio a este periódico que una petición como la que ha propuesto Petro este jueves es más difícil que la de 2012, que requirió solo de una mayoría simple en la Asamblea. La membresía plena requiere