Primicias .- El decreto de la muerte cruzada obliga a los partidos, al igual que a la autoridad electoral, a prepararse para unas elecciones presidenciales y legislativas ‘flash’. Sin embargo, los partidos no están en su mejor momento. La decisión del presidente Guillermo Lasso de disolver a la Asamblea Nacional está en firme, habrá elecciones legislativas y presidenciales en agosto. Y los partidos políticos tendrán que presentar candidatos sin estar preparados para ello. En condiciones normales, el siguiente proceso preelectoral estaba previsto para el segundo semestre de 2024. Pero la muerte cruzada cambia los planes de las organizaciones políticas, que deberán acelerar la búsqueda de cuadros y la preparación de listas.Estas elecciones extraordinarias se celebrarán en una coyuntura en que los partidos y movimientos están debilitados y hasta divididos internamente. Sin embargo, apenas se puso en marcha la medida, hubo figuras políticas que dieron a conocer sus intenciones de terciar para las presidenciales. A continuación, un recuento de la situación de cada una de las cinco fuerzas políticas del país: Revolución Ciudadana Aunque no pasa por su mejor momento, el correísmo demostró una recuperación en las recientes elecciones seccionales. Ahora esa victoria, en alrededor de 50 alcaldías y una decena de prefecturas, les servirá como plataforma para sus próximos candidatos. Los exlegisladores de la Revolución Ciudadana no quisieron anticipar posibles nombres con tanta premura. Pero afirman que tienen cuadros suficientes para terciar en las elecciones. De todas formas, la falta de liderazgos nacionales es evidente. El excandidato presidencial Andrés Arauz no ha descartado la posibilidad de participar, aunque después de su derrota dejó la presidencia del movimiento y regresó a México. Otra posibilidad podría ser quien fue su binomio, en 2023, Carlos Rabascal. Aunque, después de la campaña, empezó a marcar distancia con la estructura partidista. Pachakutik El brazo político del movimiento indígena se había consolidado en las dos últimas elecciones, obteniendo los mejores resultados de su historia. Sin embargo, su paso por la Función Legislativa en estos dos años ha dejado muchas polémicas. Pachakutik perdió la presidencia de la Asamblea Nacional, de manos de Guadalupe Llori. Y varios de sus legisladores se vieron involucrados en escándalos, desde supuesta corrupción, relaciones con negocios ilegales, violencia intrafamiliar y hasta violación. A esto se suma la división interna entre las autoridades electas, que habían escogido alinearse con facciones diferentes. Las principales son las que siguen la línea de Marlon Santi y lo que prefieren la de Leonidas Iza. Sin embargo, hay quienes optaron por permanecer cerca de Llori o irse con Yaku Pérez, quien abandonó Pachakutik después de la primera vuelta presidencial y ahora se muestra como una opción de otro partido para las elecciones anticipadas. Además, la coordinación nacional del movimiento, que tiene la palabra final sobre las candidaturas, está en crisis. Las elecciones internas para reemplazar a Marlon Santi acabaron en controversia. Santi insiste en que los resultados no son legítimos, mientras Guillermo Churuchumbi afirma que es el nuevo coordinador y pidió al Consejo Nacional Electoral (CNE) que lo reconozca como tal. En medio de todo esto, el exasambleísta Salvador Quishpe se perfila como una opción presidencial de uno de los bandos de la lista 18. Partido Social Cristiano El socialcristianismo también ha sufrido derrotas importantes en este periodo. La principal es haber perdido la alcaldía de Guayaquil y la prefectura de Guayas en las últimas elecciones seccionales, ambas terminaron en manos correístas. Además, en medio de las distintas coyunturas políticas, el partido Social Cristiano fue perdiendo cuadros reconocidos: César Rohón, Henry Cucalón, Cristina Reyes, Pascual Del Cioppo, Cynthia Viteri. Pero también se sumaron bajas hace pocos días en la entonces bancada legislativa: Geraldine Webere, Javier Ortiz, Elina Narváez y Karen Noblecilla. Esto en medio de acusaciones de presiones y supuesta compra de votos al calor del juicio político al presidente Lasso. Y de frente a las elecciones extraordinarias, se habla de la posibilidad de que su líder histórico y ya retirado de la política, Jaime Nebot, encabece la próxima carrera presidencial. Izquierda Democrática La Izquierda Democrática también mira las elecciones desde una compleja crisis interna, el partido está dividido al menos en dos grupos: los ‘rebeldes’ y los que siguen la línea tradicional. Esto fue notorio en la Asamblea Nacional, ya que cada bando tomaba decisiones diferentes. Por lo que el partido terminó separando y reacogiendo a varios de sus legisladores. Al igual que Pachakutik, también tuvo problemas en su administración interna y fricciones al decidir las candidaturas para las elecciones seccionales, donde perdieron el respaldo que habían ganado en las presidenciales, con Xavier Hervas, que también abandonó el partido. De momento, una de sus figuras de la vieja guardia, Dalton Bacigalupo, dijo en sus redes sociales que están construyendo una opción presidencial, y acompañó el mensaje con una fotografía suya. Sin embargo, el partido no se ha pronunciado oficialmente. Movimiento Creo El oficialismo ocupa el último puesto entre los partidos con opciones para las elecciones extraordinarias. Pese a haber ganado las presidenciales en 2021, sus listas de legisladores no tuvieron el mismo éxito. Esto se reflejó las elecciones seccionales de febrero, cuando fueron uno de los grandes perdedores, con apenas nueve alcaldías, incluidas aquellas con alianzas. Pese a tener el Gobierno Central, o a causa de ello, la estructura partidista del movimiento Creo se fue debilitando y, al igual que los demás partidos, carece de liderazgos nacionales. La presidencia de Guido Chiriboga en el movimiento no tuvo el mismo éxito que la del fallecido César Monge, que era el principal operador político de Lasso. Y al parecer el ministro Esteban Bernal jugará un papel más importante en los próximos meses. Lo único que podría cambiar las bajas cifras de apoyo del oficialismo es un giro de timón en la Presidencia de la República, que implique políticas sociales exitosas y genere una aceptación de última hora en los votantes. El movimiento no tiene un precandidato a la vista y el presidente Lasso anunció que no se presentará como candidato en las elecciones anticipadas.