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Ecuador: octubre 6, 2024

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Ecuador, octubre 06, 2024
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Una propuesta para romper relaciones con el Vaticano agita a la ultraderecha argentina

El País .- Un referente ideológico de Javier Milei sostiene en el acto de cierre de campaña del ultra que en la Santa Sede prima “el espíritu totalitario”. El arzobispo de Buenos Aires se manifiesta “azorado” El economista Alberto Benegas Lynch, de 83 años, caminó por el escenario vestido con traje negro y corbata y se ubicó detrás del atril. Desde allí, el referente ideológico del ultra Javier Milei, su “prócer”, como lo llama el candidato, inició su discurso. “Lo que voy a decir a continuación no compromete la posición de Javier Milei”, avisó antes de sugerir que Argentina debería “suspender las relaciones diplomáticas con el Vaticano mientras…”. La audiencia, que hacía silencio, estalló eufórica al grito de “¡Libertad!”, y lo interrumpió. “… Mientras en la cabeza prime el espíritu totalitario”, terminó Benegas Lynch. “Por consideración a mi religión católica, por respeto, creo que habría que imitar lo que hizo el presidente [Julio Argentino] Roca: suspender las relaciones diplomáticas con el Vaticano mientras en la cabeza prime el espíritu totalitario”, dijo Benegas Lynch, miembro de una familia de larga tradición conservadora y liberal de Argentina, en el acto de cierre de campaña del partido de extrema derecha La Libertad Avanza. No era la primera vez que lo proponía, como indicó él mismo, en referencia a una columna que publicó en el diario digital Infobae, en la que escribió que “en la actualidad” la Iglesia usa “el disfraz de los valores tradicionales”, pero “actúa en sentido contrario”. Los medios argentinos recogieron las declaraciones del ultraliberal contra el papa Francisco y la iglesia respondió. “Quedé azorado, sorprendido, en un momento en el que tratamos de pedir una Argentina unida”, dijo el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Ignacio García Cuerva, a cuatro días de las elecciones presidenciales del 22 de octubre. “Debe tener una religión privada, propia”, sugirió el sacerdote en una entrevista radial recogida por la agencia de noticias Télam, y agregó: “Para los católicos, la figura del Santo Padre —más allá de quien sea, porque convencidos estamos de que acá interviene el Espíritu Santo— es nuestro pastor, nuestro referente universal”. En una entrevista televisiva horas después, Milei aseguró que “no está en los planes” romper relaciones con el Vaticano y que las declaraciones de Benegas Lynch fueron “a título personal”. Aunque Benegas Lynch desvinculó a Milei de sus declaraciones, el papa Francisco ha recibido los ataques del candidato en diferentes ocasiones. El ultra ha calificado al pontífice de “imbécil”, de “zurdo asqueroso” y de “representante del Maligno en la Tierra” por promover, según dijo, “el comunismo”. Uno de los últimos ataques fue durante una entrevista con el periodista estadounidense Tucker Carlson, en la que dijo que el Papa “tiene afinidad por los comunistas asesinos”. “No los condena y es bastante condescendiente también con la dictadura venezolana”, aseguró. Los primeros en salir a defenderlo en el país fueron los curas de los barrios populares, que en septiembre organizaron una misa multitudinaria ante cientos de fieles. “Toda la Iglesia se levanta para decirle al Papa que lo quiere”, predicaron desde el escenario una veintena de sacerdotes. En el primer debate presidencial, el 1 de octubre, el peronista Sergio Massa le reclamó a Milei que pidiera perdón al pontífice, “el argentino más importante de la historia”, según defendió. El candidato de La Libertad Avanza le respondió que sus afirmaciones habían sido hechas cuando él “todavía no estaba en política” y aseguró que había pedido perdón. “Si me equivoco, no tengo problema en repetir que estoy arrepentido”, afirmó. Días antes de la participación de Benegas Lynch en el acto de cierre de campaña de Milei, el Papa dio una entrevista a la agencia de noticias Télam en la que rechazó ser “comunista” y alertó sobre “los flautistas de Hamelin” porque “son muy encantadores”. “Si fueran de serpientes los dejaría, pero son encantadores de gente y la terminan ahogando. Gente que se cree que de la crisis se sale bailando al son de la flauta con redentores hechos de un día para el otro”, dijo sin mencionar al candidato ultra, que se acerca a la primera vuelta de las elecciones presidenciales como favorito en las encuestas.

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Cinco cardenales desafían al Papa y le piden que declare públicamente que no modificará la doctrina sobre los homosexuales

ABC .- Cada vez que se celebra un sínodo en el Vaticano, se agitan las aguas de la Iglesia y salen a flote las dos corrientes que se contienden las presiones al Papa. En vísperas de la asamblea que comienza este miércoles, cinco cardenales han solicitado públicamente al Papa que responda con un «sí o no» a si habrá cambios en la doctrina sobre la homosexualidad, el sacerdocio femenino o la confesión. «El Papa ya les respondió, y ahora publican nuevas preguntas como si el Papa fuera esclavo para los mandados», lamenta el cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto vaticano para la Doctrina de la Fe. Los cinco purpurados, de corte conservador, cuestionaron por carta al Papa el pasado 10 de julio y consideraron insuficiente la respuesta que el Pontífice les envió un día más tarde. A finales de agosto le enviaron de vuelta esas mismas cuestiones reformuladas y, al no haber recibido respuesta, las han hecho públicas en forma de «Notificación a los fieles laicos», a través de publicaciones de Internet críticas con el pontífice. Aunque sólo 5 de los 242 cardenales firman la «notificación», han conseguido levantar un enorme revuelo. De ellos, dos son electores y tres eméritos. Se trata del alemán Walter Brandmüller (94 años), el estadounidense Raymond Leo Burke (75), el mexicano Juan Sandoval Íñiguez (90), Robert Sarah (78), de Guinea Conakry, y Joseph Zen Ze-kiun (91), de Hong Kong. Varios de ellos participaron en el consistorio del pasado sábado en el que el Papa Francisco impuso la birreta cardenalicia a nuevos cardenales. Los cinco cardenales han dado a conocer la carta que enviaron al Papa con fecha de 21 agosto en la que explican con tono sorprendente que «sus respuestas no han resuelto las dudas que habíamos planteado, sino que las han profundizado. Por ello, nos sentimos obligados a volver a proponer, reformulándolas, estas preguntas a Vuestra Santidad (…) para que puedan ser respondidas con un simple ‘sí’ o ‘no’». A continuación, detallan las cinco preguntas sobre diferentes cuestiones de doctrina y moral. La primera es si «es posible que la Iglesia enseñe hoy doctrinas contrarias a las que ha enseñado anteriormente en materia de fe y de moral»; la segunda se refiere a la bendición de parejas del mismo sexo, que solicitan algunos obispos de Alemania, y que el Vaticano ya rechazó en un reciente documento. «Nos preocupa que la bendición de parejas del mismo sexo pueda crear confusión no sólo en el sentido de que pueda hacerlas parecer análogas al matrimonio, sino también en el sentido de que los actos homosexuales se presentarían prácticamente como un bien, o al menos como el posible bien que Dios pide a las personas en su camino hacia Él», escriben. Bendición de parejas homosexuales Tras esa introducción formulan dos «dudas» o «dubia»: «¿Es posible que en algunas circunstancias un pastor pueda bendecir uniones entre personas homosexuales, sugiriendo así que el comportamiento homosexual como tal no sería contrario a la ley de Dios y al camino de la persona hacia Dios? ¿Sigue siendo válida la enseñanza sostenida por el magisterio ordinario universal, según la cual todo acto sexual fuera del matrimonio, y en particular los actos homosexuales, constituyen un pecado objetivamente grave contra la ley de Dios, independientemente de las circunstancias en las que tenga lugar y de la intención con la que se realice?» También le piden que aclare si «la Iglesia podría en el futuro tener la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, contradiciendo así que la reserva exclusiva de este sacramento a los varones bautizados pertenece a la sustancia misma del sacramento del Orden, que la Iglesia no puede cambiar». Poder deliberativo Las otras dos cuestiones son si «puede recibir válidamente la absolución sacramental un penitente que, aun admitiendo un pecado, se niega a manifestar, de cualquier modo, la intención de no volver a cometerlo»; y si el sínodo es meramente consultivo o si tiene poder deliberativo. En la «notificación a los fieles laicos» explican por qué han hecho público este texto, que constituye un desafío y un gesto de desconfianza hacia el Papa. «Dada la gravedad del asunto juzgamos nuestro deber informaros a vosotros de manera que no quedéis sujetos a confusión, error y desaliento, sino que recéis por la Iglesia universal y, en particular, por el Romano Pontífice, para que el Evangelio sea enseñado cada vez más claramente y seguido cada vez más fielmente», explican en una nota fechada el 2 de octubre. Ya en 2016, dos de los cardenales firmantes, Raymond Burke y Walter Brandmuller, plantearon públicamente cinco preguntas al Papa sobre cuestiones controvertidas de su documento sobre la familia «Amoris Laetitia». Los otros dos firmantes de entonces, el italiano Carlo Caffarra y el alemán Joachim Meisner, fallecieron en 2017. En aquella ocasión solicitaron que aclarara si su decisión de que algunas personas divorciadas vueltas a casar, bajo ciertas condiciones, pudieran recibir la comunión, significaba que el matrimonio no es «indisoluble». No hubo una respuesta formal de Francisco y el portavoz del Vaticano aseguró que el Papa había dicho que «la respuesta estaba en el documento». «Hablan como si el Papa fuera esclavo para sus mandados» «El Papa ya ha respondido los ‘dubia’ de estos cardenales», subraya a ABC el cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del dicasterio para la Doctrina de la Fe. «Ellos no han publicado la respuesta del Santo Padre, que a pesar de sus muchas ocupaciones se tomó el trabajo de responderles. En lugar de publicar esas respuestas, ahora hacen públicas nuevas preguntas, como si el Papa fuera su esclavo para los mandados», lamenta.

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Tres ataúdes y la extracción de sus vísceras: el rito funerario de los papas desde la muerte hasta el entierro

Es la segunda vez en la historia que muere un papa que presenta una renuncia. El anterior había sido San Celestino V quien había gobernado a la Iglesia durante cinco meses, del 5 de julio al 13 de diciembre de 1294, hace 797 años. Benedicto XVI no es más el Papa, es un obispo emérito de la ciudad de Roma. Y no hay recuerdo de cómo fueron las exequias de Celestino V, por lo que será una novedad Ha muerto Benedicto XVI. Joseph Aloisius Ratzinger ha sido el 265 papa de la Iglesia católica y séptimo soberano desde que el Vaticano, por medio de los tratados lateranenses, se convirtió en un estado independiente, mucho más pequeño que el anterior estado pontificio. Fue elegido el 19 de abril de 2005 tras la muerte de Juan Pablo II, y anunció su renuncia a la sede de Pedro el 11 de febrero de 2013 argumentando: “…He llegado a la certeza de que mis fuerzas, debido a mi avanzada edad, no se adecuan por más tiempo al ejercicio del ministerio petrino. Con total libertad declaro que renuncio al ministerio de obispo de Roma y sucesor de Pedro.” El último papa en renunciar había sido San Celestino V quien había gobernado a la Iglesia durante cinco meses, del 5 de julio al 13 de diciembre de 1294. Benedicto fue un papa sorprendente, que al tomar esta decisión abrió las puertas (que por cierto, nunca estuvieron cerradas: está previsto en el derecho canónico la renuncia de un papa) para que otros sigan su ejemplo, cosa muy sana por cierto, sobre todo para el manejo del estado de la Santa Sede y de toda la Iglesia católica. Su última aparición pública fue en Castelgandolfo el día que se hizo efectiva su renuncia, un 28 de febrero a las 20:00 horas, hora de Italia, a partir de la cual la sede papal quedó vacante, dando comienzo al proceso de celebración de un cónclave que eligió a un nuevo papa, Francisco. En su último discurso, dijo: “Gracias queridos amigos: estoy feliz de estar con vosotros, rodeado por la belleza del Creador y de vuestra simpatía que me hace mucho bien. ¡Gracias por vuestra amistad, vuestro afecto! Saben que este día es distinto a los anteriores: seré Sumo Pontífice de la Iglesia Católica hasta las ocho de la noche y no más. Seré simplemente un peregrino que inicia la última etapa de su peregrinaje en esta tierra. Pero quisiera aún, con mi corazón, con mi amor, con mi oración, con mi reflexión, con todas mis fuerzas interiores, trabajar por el bien común de la Iglesia y de la humanidad. Y me siento muy apoyado por vuestra simpatía. Sigamos adelante con el Señor por el bien de la Iglesia y del mundo. Gracias. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Gracias. Buenas noches.” El símbolo del fin de su papado se dio al sonar la última campanada de las 20:00 hs. Las puertas del palacio de Castelgandolofo se cerraron. Ahí culmino su papado. Pero esta muerte acarrea una serie de nuevos detalles que jamás, desde 1296 a la muerte de Celestino V habían ocurrido. Bonifacio VII era papa cuando el papa emérito Celestino murió, aunque las circunstancias eran muy diferentes. Hace 797 años que un hecho similar no ocurre dentro de la Iglesia católica. Por tanto, los cambios en los rituales y en las ceremonias todavía no se han confirmado, pero es obvio que las habrá. No habrá misas, por ejemplo “Pro Elegendo Pontífice” a la que asiste el colegio cardenalicio y el cuerpo diplomático. No habrá cónclave. Nadie dirá la famosa frase, al cerrar las puertas de la capilla Sixtina para comenzar el cónclave: “Extra omnes”. De suyo, la palabra cónclave significa “bajo candado” es decir que los que están dentro no pueden tener contacto con los de fuera. Nada de esto ocurrirá. Los ritos funerarios ante la muerte de un pontífice son complicados y muy ritualizados. Pero Benedicto no es más el Papa, es un obispo emérito de la ciudad de Roma. Y no hay recuerdo de cómo fueron las exequias de Celestino V. Por tanto, todo lo que detallaremos a continuación es cuando un papa muere y queda la sede vacante. Los rituales que se utilizarán en el caso del papa emérito Benedicto serán diferentes. ¿Será como el fallecimiento de un obispo emérito más?, dado que el Papa es el obispo de Roma. Lo que sí, y dada la novedad, se deberá implementar un ritual para este caso: es la segunda vez que ocurre en los dos mil años de historia de la Iglesia. Cuando un obispo emérito fallece, se lo vela en su última sede episcopal (salvo que en vida ya haya estipulado algún otro lugar…), se realiza la misa exequial de cuerpo presente y casi siempre es sepultado en dicho templo. Acá se une también otro tema, no solo era el obispo emérito de Roma, sino que fue el soberano del estado de la Santa Sede, la única monarquía absoluta de Occidente. Es decir, que es la muerte de un ex monarca y un ex Papa. Cuando muere un Papa, ¿qué ocurre?, la certificación de la muerte del Papa la realizan los cuerpos médicos de la Santa Sede y una vez certificada la muerte, como se hace con cualquier mortal. Firmado el documento de la defunción, comienzan los rituales específicos. Los médicos dan aviso al prefecto de la casa pontificia y él es quien dice oficialmente: “el Papa ha muerto”. En ese instante todos se arrodillan y comienzan los responsos. Inmediatamente arranca el turno de vela por parte de los canónigos penitenciarios. Se encienden cuatro velas a los pies de la cama y se coloca un acetre (un pequeño recipiente en forma de balde) con agua bendita y el hisopo junto al lecho mortuorio para los responsos de los prelados visitantes. Estando el cuerpo del Papa todavía en su lecho, hace su llegada el cardenal camarlengo, que viste con estola violeta y que es, durante la sede vacante, la más alta autoridad de la Iglesia católica. Él entra en

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