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Ecuador: octubre 11, 2024

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Ecuador, octubre 11, 2024
Ecuador Continental: 12:33
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Milei amenaza con quitar las ayudas sociales a quienes corten la calle para protestar

El País .- La ministra de Capital Humano pide a las madres que no asistan con sus hijos a las protestas porque es “innecesario exponerlos al calor y a la violencia”. La izquierda denuncia al Gobierno ante la justicia La tensión va en aumento en Argentina en vísperas de la primera protesta convocada contra el Gobierno de Javier Milei. El plan de mano dura del presidente contra las manifestaciones se pondrá a prueba este miércoles, cuando organizaciones de izquierda marchen a la céntrica Plaza de Mayo de Buenos Aires contra el recorte de 20.000 millones de dólares de gasto público y lo que consideran una “criminalización de la protesta”. Tras anunciar que las fuerzas de seguridad actuarán ante cualquier corte de calle “hasta dejar completamente liberado el espacio de circulación”, el Gobierno ultraderechista redobló este lunes las amenazas: retirará toda ayuda social a quien corte una calle. Diputados opositores manifestaron que se trata de una medida inconstitucional y la denunciaron ante la Justicia. “El que corta no cobra”, advirtió la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, en un breve mensaje difundido a través de las redes sociales del Ejecutivo. Sus palabras buscan amedrentar a la población más vulnerable, que depende de los planes sociales para sobrevivir, e inauguran una nueva diferencia según la clase social: cortar una calle en la Argentina presidida por Milei tendrá un riesgo más alto para los pobres que para los ricos. Los argentinos de bien a los que se dirige siempre Milei no cortan calles, parece decir entre líneas un mensaje que tiene memoria selectiva: durante la pandemia, la actual ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, participó y alentó protestas contra el largo confinamiento decretado por el Gobierno peronista y el escándalo del vacunatorio VIP que funcionó en el Ministerio de Salud. En su breve mensaje, Pettovello señaló que “si bien es un derecho manifestarse, también lo es el derecho de las personas a circular libremente para dirigirse a su trabajo”. La movilización está convocada por la tarde, cuando la mayoría de los argentinos regresa a sus hogares, pero, al margen del horario, la idea es mantener una política de tolerancia cero hacia los que incumplan el nuevo protocolo. Este obliga a manifestarse en la vereda en vez de marchar por la calle, como es habitual en Argentina. El Gobierno espera un aumento de la conflictividad social por el deterioro económico que provocará su plan de ajuste del 5% del PIB para 2024, equivalente a unos 20.000 millones de dólares. Se prevé más inflación, más hambre y más pobreza. Pero ya desde antes, las protestas en Buenos Aires eran casi cotidianas. Cualquiera que haya paseado por los alrededores del Obelisco, la Plaza de Mayo o frente a los ministerios (ahora secretarías) de Trabajo y Desarrollo es posible que encontrase alguna manifestación que obligaba a desviar el tránsito. Milei quiere que deje de ser así, al igual que muchos de los que lo votaron, y exige que los que protestan respeten el paso de los automóviles y las señales de tránsito. Sin embargo, las nuevas reglas serán todavía más difíciles de cumplir en el caso de movilizaciones multitudinarias, como la del 8 de marzo por el Día internacional de la mujer o la del 24 de ese mismo mes, cuando miles de personas se manifiestan contra la dictadura en el aniversario del último golpe de Estado. Organizaciones de derechos humanos advierten que el nuevo protocolo de seguridad ataca el derecho a la protesta y persigue la organización social y política. “Más que una limitación del uso de la fuerza policial hay una habilitación para ejercer violencia contra los manifestantes”, denuncia el Centro de Estudios Sociales y Legales (CELS). Más del 40% de pobres Desde que asumió la Presidencia, el 10 de diciembre, Milei ha reiterado que se mantendrá firme en su plan para transformar Argentina. “Se van a encontrar un presidente de convicciones inamovibles que utilizará todos los resortes del Estado para avanzar en los cambios que nuestro país necesita”, señaló en su discurso de investidura. La cabeza visible de la represión de las protestas será Bullrich, quien ya encabezó la cartera de Seguridad durante la presidencia de Mauricio Macri, entre 2015 y 2019. Su trabajo será más fácil cuanta menos gente participe en las marchas, por lo que el Ejecutivo concentra sus esfuerzos en amenazas como la de este lunes. El 40,1% de la población argentina es pobre y uno de cada dos habitantes del país recibe algún tipo de asistencia estatal, ya sea de forma directa o a través de una organización, según el Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina. El Gobierno de Milei eliminará esa intermediación para restar poder a las organizaciones. Hasta entonces, refuerza uno de los estereotipos más extendidos sobre los beneficiarios de ayudas: que son acarreados a la fuerza a las manifestaciones. De lo contrario, creen, no protestarían. “Nadie puede obligarlos a ir a una marcha con la amenaza de dar de baja el plan”, señaló la ministra. Para asegurarse de que es así, suspenderán el control de los certificados de presencialidad que presentan las organizaciones sociales, una decisión contraria a la exigencia de presencialidad plena para todos los empleados públicos. La ministra de Capital Humano usó el miedo para desalentar la participación de niños en las protestas. “Nos preocupan especialmente las madres que concurren con sus hijos a las marchas. Es innecesario exponerlos al calor y a la violencia de las manifestaciones. Esta situación en la nueva Argentina tiene que terminar”, advirtió. Para el CELS, el Gobierno de Milei “criminaliza a madres y padres que demandan mejores condiciones para sus familias y excluye a quienes están a cargo de su cuidado”. Denuncias anónimas El mensaje de Pettovello se reprodujo en canales y redes sociales del Gobierno y, de forma abreviada, también en la aplicación oficial de Mi Argentina. “Queremos darte la tranquilidad de que si cumplís con la ley vamos a cuidarte”, comienza la comunicación gubernamental en la app. Desde allí, el Ejecutivo anima a denunciar de forma anónima al 134 a cualquier persona a la que amenacen con retirarle la ayuda si

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Milei lanza un plan para reprimir las protestas: “Si se toman las calles, habrá consecuencias”

El País .- La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, presenta un nuevo protocolo contra los cortes de calles mientras aumenta la tensión por los recortes económicos anunciados esta semana Después de encender la motosierra en la economía, el Gobierno de Javier Milei ha anunciado su plan de mano dura contra las protestas en Argentina. La nueva ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ha anunciado este jueves un nuevo protocolo contra las manifestaciones callejeras. “Vamos a ordenar el país para que la gente pueda vivir en paz. Las calles no se toman. Que sepan que si se toman las calles, habrá consecuencias”, ha dicho Bullrich en conferencia de prensa. El anuncio ha sido un baldazo de agua fría en el país, que atraviesa una disparada de precios y una devaluación del 50% de la moneda en la primera semana de Gobierno del ultraderechista. El nuevo protocolo contra las manifestaciones tiene previsto convocar a las cuatro fuerzas de Seguridad que dependen del Ministerio de Seguridad –la Policía Federal, la Gendarmería, la Prefectura Naval y la Policía de Seguridad Aeroportuaria– para disolver protestas callejeras que bloqueen calles y rutas. “Se va a actuar hasta dejar completamente liberado el espacio de circulación”, ha amenazado Bullrich. “Las fuerzas emplearán la fuerza necesaria y suficiente, que será graduada en proporción a la resistencia”. La ministra y excandidata presidencial de la derecha tradicional que se alió a Milei tras su derrota, ha apelado a una de las quejas de sus votantes: la idea de que los cortes de calles generan un desorden que no deja que “la gente pueda vivir con normalidad y en paz”. “Hemos vivido muchos años bajo un desorden total y absoluto”, ha dicho Bullrich. “Es hora de terminar con esta metodología, con la extorsión que sufren los ciudadanos”. Las fuerzas federales tendrán la potestad de arrestar a quienes “cometan delitos” durante las protestas, podrán actuar en el transporte público para incautar “material” de protestas “como palos” e indagar a “encapuchados” o a personas que se dirijan a protestas “intentando no ser reconocidas”. Bullrich ha afirmado que se creará un registro de organizaciones sociales –gremios, sindicatos y asociaciones– que “instiguen” las protestas y que “enviará la factura” de “los gastos” de la represión a los responsables. “El Estado no va a pagar por el uso de las fuerzas de Seguridad, tendrán que pagar las organizaciones con personería o los individuos”, ha dicho la ministra, que también ha anunciado que se denunciará ante la agencia de Migraciones a los extranjeros radicados en el país con un permiso temporal que participen de las protestas. “Se pueden manifestar en la vereda. No queremos cortes de calles ni de rutas”, ha dicho la ministra. “Este no es un problema de ideologías, es un problema de entender de una vez por todas que el país debe vivir en paz y en orden”. El anuncio ha llegado mientras la temperatura sube en Buenos Aires por el plan de ajuste económico que presentó el ministerio de Economía este martes. El Gobierno subió el valor del dólar de 400 a 800 pesos, prometió no renovar los contratos de los empleados públicos que lleven menos de un año en sus puestos, y ha anunciado aumentos en las tarifas de servicios básicos y del transporte público. Los aumentos impulsados por el Gobierno no se conocerán hasta febrero, según dijo el ministro de Economía Luis Caputo, pero Argentina está acostumbrada a remarcar precios en la calle ante los sismos políticos. Esta semana los precios en los supermercados han subido hasta un 40% tras el fin del congelamiento de la canasta básica impulsado por el peronismo y el precio de los combustibles ha aumentado al menos un 30%. “Hemos encontrado a un paciente en terapia intensiva a punto de morirse. No estamos dispuestos a que se muera”, había defendido el miércoles el portavoz de la presidencia, Manuel Adorni, y los sindicatos y gremios respondieron con convocatorias urgentes para buscar respuestas. Los ojos están puestos en el próximo miércoles, en un nuevo aniversario de la crisis del corralito de 2001, cuando se espera que haya manifestaciones conmemorativas en Buenos Aires en recuerdo de la represión policial que dejó 38 muertos en las calles en medio de la peor crisis económica de la historia reciente del país. El fin de un paradigma “Se deroga el protocolo garantista de Nilda Garré”, afirmó Bullrich al final de la conferencia de prensa de este miércoles. Se refería a las reglas de actuación de la policía ante las protestas que fue impulsado en durante el Gobierno de Cristina Kirchner en 2011. El protocolo de Nilda Garré, entonces ministra de Seguridad, establecía algunas reglas básicas de actuación durante las manifestaciones, como que la intervención policial se desarrolle de manera “progresiva”, comenzando por el diálogo con los organizadores de la protesta. El protocolo Garré estableció también la prohibición de portar armas de fuego a los agentes que pudieran entrar en contacto directo con los manifestantes, que las pistolas que disparan balas de goma solo podrían usarse “para fines defensivos”, que todos los agentes y sus vehículos deberían estar visiblemente identificados y que la policía debería garantizar la libre cobertura informativa de las protestas, sin impedir que los periodistas tomen testimonios y fotografías. Lo que implique la derogación de este protocolo todavía no está claro.

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Javier Milei elige a Patricia Bullrich como su ministra de Seguridad y sella la alianza con la derecha tradicional

El País .- La excandidata presidencial asumirá la misma cartera que ocupó durante el Gobierno de Mauricio Macri entre 2015 y 2019 Patricia Bullrich, el halcón de la derecha tradicional argentina que se quedó en el camino a la presidencia ante el auge de la ultraderecha, será la ministra de Seguridad del Javier Milei. La excandidata presidencial, que quedó tercera en la primera vuelta del pasado 22 de octubre, había dejado atrás los insultos de Milei para apoyarle en el balotaje para desbancar al peronismo. Milei arrasó con las elecciones el pasado domingo con el 56% de los votos y le ofreció el cargo este jueves, según han confirmado fuentes del partido del ultraderechista a EL PAÍS. Bullrich repetirá el cargo que ya ejerció durante el Gobierno del liberal Mauricio Macri entre 2015 y 2019, y sella la influencia que se ha ganado el expresidente en el Gobierno que asumirá sus funciones el próximo 10 de diciembre. Bullrich y Milei mantuvieron una larga batalla de acusaciones cruzadas durante la campaña. Milei había llegado a calificar a Bullrich de “su segunda marca” después de que esta ganara la candidatura de su partido imponiéndose ante el sector moderado de la alianza electoral de centroderecha que la aupó, Juntos por el Cambio. Bullrich, que intentó retratarse como una opción de “cambio responsable” ante el histriónico Milei, llegó a denunciarle ante la Justicia después de que el ultra la acusara de “terrorista” y de “tirar bombas en jardines de infantes” durante su militancia juvenil en Montoneros, el grupo guerrillero del peronismo de los setenta. Todo quedó enterrado tras la primera vuelta. Bullrich llamó a una conferencia de prensa tres días después de quedar eliminada de la carrera el pasado 22 de octubre y anunció su apoyo a Milei por “la obligación de no ser neutrales” ante un peronismo que había remontado para pelear la elección definitiva contra Milei. “Cuando la patria está en peligro, todo está permitido”, anunció entonces Bullrich, e implosionó la alianza electoral del centro a la derecha que se había conformado como el gran contrapeso del peronismo desde que llevó a Macri al poder en 2015. Bullrich y Milei compartían más que el antiperonismo. Una de las mujeres más fuertes del Gobierno de Macri, Bullrich hizo campaña prometiendo bajar la edad de imputabilidad, reformar el Código Penal para incorporar un régimen especial de legítima defensa para uniformados y prisiones de máxima seguridad. Se impuso ante el moderado Horacio Rodríguez Larreta, alcalde saliente de la ciudad de Buenos Aires y antiguo delfín de Macri, cuyo discurso de diálogo y de generar consensos entre todos los sectores políticos no encendió pasiones en campaña. Como ministra, Bullrich encendió polémicas por la defensa de policías acusados de excesos y por la represión de las protestas. Solía vestirse de militar e inundaba las redes sociales con vídeos en los que incautaba alijos de drogas, levantaba piquetes de protesta o detenía delincuentes. Pese a la polémica, sobrevivió durante todo el mandato de Macri en una de las carteras más convulsas de un Gobierno argentino. Ahora, con Milei y Macri aliados para gobernar desde el próximo 10 de diciembre, Bullrich repetirá el cargo. El nuevo presidente ha prometido un ajuste del gasto público “sin gradualismo ni tibieza” y mano dura a quien se oponga. Tendrá un alfil dispuesto a dar la batalla. El posible ministro de Economía, otro hombre de Macri El presidente electo todavía no ha designado a los responsables del equipo que acapara todas las miradas, el de su ministerio de Economía. Pero este jueves, en medio de las negociaciones entre Milei y los antiguos funcionarios del macrismo, el principal candidato ha sido apuntado: Luis Caputo, que fue secretario de Finanzas y presidente del Banco Central durante el Gobierno de Mauricio Macri. El “Messi de las finanzas”, como lo describió en su momento Macri, fue uno de los creadores del préstamo con el Fondo Monetario Internacional que Argentina paga desde 2018. Caputo se formó en Wall Street, trabajó en JP Morgan y el Deutsche Bank, y es considerado un hábil negociador con excelentes relaciones con los mercados. “Es una persona que está en condiciones de estar en el cargo, sin lugar a dudas”, le elogió Milei el miércoles por la noche, en una de las entrevistas televisivas que da a diario desde que es presidente electo. Su posible designación amenaza con abrir grietas entre los primeros colaboradores del presidente electo, que de confirmarlo tendría dos de las carteras más importantes a cargo de la vieja política que juró destruir. El rumor ya ha ahuyentado a uno de sus principales referentes económicos: Emilio Ocampo, ideólogo de la dolarización que Milei agitó en campaña, ya no será el presidente del Banco Central, cargo que Milei le había adjudicado con el fin de “cerrarlo” durante su Gobierno.

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El apoyo electoral de Bullrich al ultra Milei dinamita al principal frente opositor argentino

El País .- Los sectores moderados de Juntos por el Cambio, la coalición que en 2015 llevó al poder a Mauricio Macri, advierten que no acompañarán la decisión de la excandidata a la presidencia Diez años tardó el expresidente Mauricio Macri en convertir a su partido, el Pro, en una alternativa al kirchnerismo; menos de 24 horas le bastaron para destruirlo. Mientras Patricia Bullrich, su candidata, derrotada con el 24% de los votos en la primera vuelta del domingo pasado, anunciaba su apoyo al ultra Javier Milei, el Pro estallaba. La ola expansiva alcanzaba también a Juntos por el Cambio, la coalición que el macrismo integra, al menos por ahora, junto a la centenaria Unión Cívica Radical (UCR) y otros partidos de centro, como la Coalición Cívica de la exdiputada Elisa Carrió. Las palomas del Pro se sintieron traicionadas y los radicales advirtieron que no acatarían una decisión “unilateral e inconsulta”. El apoyo de Bullrich y Macri a Milei se acordó durante una reunión tripartita y secreta celebrada el martes a la medianoche. “Mientras nos peleábamos halcones y palomas, nos surgió un pájaro loco”, resumió un senador integrante de la coalición. El “pájaro loco” es Milei. Javier Milei irrumpió hace dos años en la política argentina dispuesto a destruirlo todo. Se hizo de una motosierra y al grito de “la casta tiene miedo”, arremetió con furia contra lo que llamó la vieja política “chorra [ladrona] y asesina”. El kirchnerismo gobernante era “lo peor que le pasó a la Argentina, los radicales “unos estafadores mentirosos”, la izquierda “zurdos de mierda” y Bullrich una “montonera tirabombas” que en los setenta “mató niños en un jardín de infantes”. Cuando hablaba de Macri lo tildaba de “tibio”, el representante de un “kirchnerismo de buenos modales” que había arruinado al país como le resto de la “casta política”. Al grito de “Viva la libertad, carajo”, Milei destruyó durante la campaña todos los puentes posibles. Pero el lunes, tras quedar segundo en la primera vuelta detrás de Massa con el 30% de los votos, inició un acelerado proceso de reconstrucción. Llamó a hacer “tabula rasa” de los agravios que había lanzado en campaña y pidió a Juntos por el Cambio que se sumase a un gran frente para “aniquilar a la banda de criminales” que es, según su lectura, el kirchnerismo. “Sería una irresponsabilidad no perdonar”, dijo. Y Bullrich y Macri lo perdonaron. Los dos dirigentes más importantes del Pro, el partido más grande de la alianza Juntos por el Cambio, se reunieron en secreto con el ultra que los había insultado durante meses y acordaron, sin avisar al resto de la coalición, su apoyo en la campaña por la segunda vuelta. Bullrich justificó su voto a Milei con una frase del libertador José de San Martín: “Cuando la patria está en peligro todo está permitido, excepto no defenderla”. El “peligro” es “el kirchnerismo populista”, responsable “de la decadencia argentina”. Milei, Macri y Bullrich firmaron un acta en la que se comprometían a respetar algunos principios democráticos básicos puestos en cuestión por el libertario. Entre ellos, no avanzar en la legalización de las armas o la venta de órganos y no eliminar la educación y la salud públicas. El documento no menciona la dolarización de la economía, el caballito de batalla de Milei ante sus votantes. El anuncio de Bullrich tuvo el efecto devastador que todos esperaban. Dentro del Pro, puso en evidencia el quiebre soterrado que desde hace meses divide a halcones y palomas. El jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, está entre los moderados. Derrotado por Bullrich en la interna partidaria, dijo que se “sorprendió” cuando supo de la reunión de medianoche con el ultra. “Milei está en los bordes de la democracia y sus ideas son peligrosas. Massa es la reelección del populismo kirchnerista. La tercera alternativa es trabajar para mantener a Juntos por el Cambio lo más fuerte posible para que sea una alternativa”, dijo el miércoles por la noche en rueda de prensa. “Nos debemos una autocrítica sobre las formas de funcionar y decidir, porque así nos fue”, agregó, en referencia a la derrota del domingo. Rodríguez Larreta insistió en la necesidad de mantener unida a la coalición que desde 2015 fue la alternativa al peronismo kirchnerista, aunque no aclaró si eso supone que Macri y Bullrich queden fuera. Más claro lo tienen en el resto de los partidos que integran Juntos por el Cambio. El gobernador de Jujuy (norte) y presidente de la UCR, Gerardo Morales, dijo que Bullrich le daba “vergüenza ajena” y que Macri era “el gran responsable de la derrota” en la elección por un sitio en la segunda vuelta. “Esto es lo que quería desde un principio, joder a Juntos por el Cambio”, disparó sobre el expresidente. Elisa Carrió, fundadora de la Coalición Cívica, fue igual de directa: “Macri siempre quiso estar con Milei”. Para ambos, tanto el expresidente como Bullrich ya no pertenecen a la coalición opositora. La forma que tomará en el futuro Juntos por el Cambio es aún una incógnita. Rodríguez Larreta se erigió como el garante de la unidad y dio algunas pistas: el poder debería estar en manos de los diez gobernadores, de 24 que tiene Argentina, que salieron de las filas del Pro y la UCR. Esos dirigentes no están dispuestos a hacer campaña por Milei y necesitan de Juntos por el Cambio para garantizar la gobernabilidad en sus provincias. Unidos en un solo bloque serán más fuertes en sus negociaciones con el Gobierno Nacional, que a partir del 10 de diciembre estará en manos de Milei o del peronista Massa. Cualquiera sea el resultado en la segunda vuelta por la presidencia, serán oposición.

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Los votos de Patricia Bullrich, territorio de disputa en Argentina

El País .- Los 6,2 millones de personas que votaron por la candidata conservadora en la primera vuelta son la llave del triunfo del peronista Massa o el ultra Milei en el segundo turno de noviembre La segunda vuelta electoral del 19 de noviembre en Argentina será una pelea voto a voto. El peronista Sergio Massa, ganador del primer turno, y el ultra Javier Milei, el segundo en discordia, ya salieron de pesca. El botín más preciado le pertenece a Patricia Bullrich, la candidata conservadora de la alianza Juntos por el Cambio, la misma que en 2015 llevó al poder a Mauricio Macri. La exministra de Seguridad obtuvo 6,2 millones de votos que pueden ser la clave de un triunfo. Sus votantes no conforman un bloque homogéneo, producto del origen variopinto de los partidos que integran la alianza conservadora. Tanto Massa como Milei utilizaron los discursos de la noche electoral para pedir su apoyo. Tienen por delante cuatro semanas para convencerlos. En los votos de Juntos por el Cambio hay un núcleo duro y mayoritario que sale del Pro, el partido que Macri fundó en 2005 como plataforma para gobernar la ciudad de Buenos Aires y más tarde la presidencia. Sus integrantes se consideran republicanos y liberales, pero lo que realmente los une es un odio común hacia el peronismo, mucho más si se trata de su versión kirchnerista. El segundo grupo de votantes sale de la Unión Cívica Radical, la UCR. Fundado en 1891, fue el primer partido de masas de Argentina. A partir de la década del cuarenta, la política nacional se estructuró a partir de la relación dialéctica que los radicales mantuvieron con el peronismo. El protagonismo de los radicales alcanzó su cenit en 1983, con Raúl Alfonsín y la transición democrática, y se apagó el día que otro presidente del partido, Fernando de la Rúa, abandonó el poder anticipadamente en 2001, durante la crisis del corralito. La UCR nunca perdió control territorial, pero a nivel nacional quedó reducido a un apéndice del Pro en Juntos con el Cambio. Su votante es antiperonista, pero sin fanatismo. Massa fue por ellos el mismo domingo por la noche. “Quiero hablarles a esos miles de radicales que comparten con nosotros valores democráticos como la educación pública y la independencia de poderes. Voy a hacer el mayor de los esfuerzos en los próximos 30 días para ganarme su confianza”, les dijo. Milei, en cambio, simplemente detesta a los radicales. Hizo campaña insultándolos y el lunes los acusó sin matices de traicionar a Bullrich. “Subió el voto de Massa y bajó el de Bullrich. Ahí está claro quiénes son los que traicionaron” a la alianza, dijo el candidato ultra. El ministro de Economía y candidato presidencia, Sergio Massa, durante una rueda de prensa en Buenos Aires, el lunes.JUAN MABROMATA (AFP) ¿Por qué Milei se da el lujo de despreciar a los radicales? “Porque cree que ese voto ya se fue con Massa. Y que los seis millones de votos que se quedaron con Bullrich es el [voto] más puro y duro, y, por lo tanto, más cercano a quedarse con él”, dice Sergio Morresi, catedrático de la Universidad Nacional del Litoral. “El asunto es si realmente es cierto que los radicales ya votaron por Massa, porque Milei no tiene gente estudiando ese fenómeno con datos empíricos; por ahora es nada más que una impresión”, explica. Si Massa tiene más chances de sumar esos votos, Milei podrá quedarse con buena parte de los seguidores del Pro, un partido que “se declara muy republicano, pero que es ante todo profundamente antiperonista y antikirchnerista”, dice Morresi. Este sentimiento es más fuerte que los llamados de Milei a dinamitar todo el sistema político, legalizar la venta de órganos o cerrar los ministerios de Educación y Salud. Eduardo Fidanza, director de la consultora Poliarquía, coincide en que el voto de Juntos por el Cambio se dividirá entre Milei y Massa, pero advierte que es pronto para saber en qué proporción. “Tanto los radicales como el sector moderado del Pro no estarían dispuestos a votar a Milei”, dice, “pero indudablemente se llevará una parte, la de los votantes duros de Macri y de todos aquellos que aborrecen al kirchnerismo, que son muchos”. La migración hacia Massa “será más encubierta, como sucede con los votos vergonzantes”, agrega. En cualquier caso, si Milei logra quedarse con los 6,2 millones de votos de Bullrich tendrá suficiente para ganar la segunda vuelta. Por ahora no parece posible. Podrá completar la grilla con parte de los 1,7 millones de votos que obtuvo el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, un peronista profundamente antikirchnerista que en algún momento coqueteó con su ingreso a Juntos por el Cambio. Massa podrá compensar con los 700.000 votos de la izquierda tradicional, que en la primera vuelta fueron a parar a la candidata Myriam Bregman. El candidato de la Libertad Avanza Alliance, Javier Milei, se dirige a sus simpatizantes en la noche electoral.NATACHA PISARENKO (AP / LAPRESSE)

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Argentina elige presidente bajo la amenaza de la ultraderecha

El País.- Javier Milei, un negacionista de la dictadura que promete dolarizar la economía, encabeza los sondeos frente a opciones más moderadas de peronistas y conservadores Argentina enfrenta las elecciones de resultado más incierto desde el regreso a la democracia, hace 40 años. La irrupción de Javier Milei, un candidato que entró por la ventana a la escena política hace poco más de dos años, ha trastocado todas las previsiones. Con una agenda que impulsa la dolarización y la reducción del Estado, negacionista del cambio climático y la dictadura y contrario al aborto legal, Milei encabeza los sondeos de la primera vuelta presidencial que se celebra este domingo. Tiene enfrente al ministro de Economía, Sergio Massa, candidato del peronismo en una versión cada vez más alejada del kirchnerismo, la fuerza que domina la política argentina desde hace dos décadas, y a Patricia Bullrich, de Juntos por el Cambio, la alianza que en 2015 llevó a Mauricio Macri a la Casa Rosada. La exministra de Seguridad de aquel Gobierno fallido ha perdido la estrella de la opción de un cambio, valor que le ha arrebatado Milei. Los argentinos están cansados de las crisis económicas recurrentes y las promesas incumplidas por un Estado con aspiraciones de benefactor que pierde recursos día a día y cada vez pide más y ofrece menos. De ese caldo de cultivo ha salido el votante de Milei, donde abundan jóvenes, sobre todo varones, convencidos de que vivirán peor que sus padres. Los seguidores del ultra achacan sus frustraciones al Estado y a sus administradores: los políticos. Hacia allí ha apuntado los cañones Milei, en un coctel muy efectivo de frases simples que acompaña con un gran despliegue en redes sociales y una estética de campaña vinculada al rock and roll más duro. Cuando un estadio comienza a cantar eufórico “la casta tiene miedo” o “dolarización, dolarización” sube la adrenalina y queda poco espacio para las sutilezas. La verba incendiaria de Milei, con llamados a “aniquilar” el Estado con una motosierra, ha echado raíces sobre todo entra las clases baja y media baja. Los enemigos de Milei son la “lacra” del kirchnerismo, pero también la derecha liberal clásica, a la que acusa de inepta y tibia. En las elecciones primarias obligatorias de agosto, Milei sumó siete millones de votos, el 30% de los emitidos, y quedó por delante de Juntos por el Cambio y el peronismo. Si este domingo repite el resultado, pasará a la segunda vuelta, agendada para el 19 de noviembre. Si, en cambio, obtiene el 45% o alcanza el 40% con una diferencia de 10 puntos sobre el segundo, será presidente. Los rivales de Milei tienen poco para ofrecer. Sergio Massa, el elegido por el peronismo gobernante, carga con el lastre de la gestión económica. Sus resultados son catastróficos. La inflación interanual se acerca al 140%, cuatro de cada 10 argentinos son pobres y las reservas del Banco Central están en rojo. El descalabro económico es tal, que la semana previa a las elecciones muchos comercios cerraron sus puertas por no tener precios de referencia para sus productos. Un acuerdo de última hora con China dio un respiro al Gobierno con el aporte de 6.500 millones de dólares de libre disponibilidad que le permitirá llegar con la economía a flote al menos hasta el 10 de diciembre, cuando asume el nuevo Ejecutivo. El candidato presidencial por el peronismo, Sergio Massa, saludaba el martes al público del acto de cierre de campaña de su coalición en la provincia de Buenos Aires.JUAN IGNACIO RONCORONI (EFE) Massa ha hecho campaña tomando toda la distancia posible del presidente, Alberto Fernández, una figura que se ha hundido en la irrelevancia política, y de Cristina Kirchner, ausente de la campaña electoral por voluntad propia. Pese a todas las dificultades, la candidatura de Massa sigue con vida y los sondeos auguran incluso que podría pasar a la segunda vuelta. Al final del día, tiene detrás al peronismo, una maquinaria que, aunque en declive, aún mantiene su poder de fuego y a un votante fiel. La cuesta de Bullrich es más empinada. Su alianza, Juntos por el Cambio, no vio venir al tsunami Milei y el segundo puesto que obtuvo en las primarias la sumió en el desconcierto. Los argentinos descontentos con el peronismo en su versión kirchnerista ya no consideran que el macrismo sea la esperanza de algo nuevo. Macri entregó el Gobierno en 2019 con un 50% de inflación y con más pobres que cuatro años antes. Bullrich, su heredera, estructuró su campaña alrededor de las ideas de seguridad y orden, sin percibir que la profundidad de la crisis económica había cambiado las prioridades de los votantes. En ese escenario de incertidumbre llegó Milei con sus promesas de romperlo todo para erigir desde los escombros, aunque no quede claro cuál es su plan definitivo. Argentina atraviesa un momento bisagra. La irrupción de Milei es evidencia de la crisis de un modelo de democracia que se sostenía sobre el eje peronismo-antiperonismo. El candidato ultra rompe el equilibrio con disparos hacia ambos bandos y se coloca fuera de esa relación dialéctica que, aunque conflictiva, ha garantizado la gobernabilidad durante 40 años. La única duda que carcome a los electores es la capacidad de gestión que tendrá, en caso de ganar la presidencia, el recién llegado. Sea cual sea el resultado, estará en minoría en las cámaras de diputados y senadores. Su partido no tendrá, además, ni uno solo de los 24 gobernadores que controlan el poder territorial argentino. El lunes se sabrá también si el peronista Axel Kicillof logra retener o no el poder en la provincia de Buenos Aires. El mayor distrito electoral del país no prevé una segunda vuelta y los sondeos son favorables al político kirchnerista, aunque sea por una mínima ventaja. La candidata presidencial de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, cerraba el jueves su campaña en la periferia de Buenos Aires.MARTIN COSSARINI (REUTERS) El éxito encontró desprevenido a Milei, que durante el último mes ha apurado la construcción de puentes con el mundo político y empresarial que no le tiene confianza. Se ha rodeado para ello de políticos con historia, muchos

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Milei llega al día de la elección argentina primero en las encuestas, pero en una competencia ajustada

El País .- Sergio Massa se perfila como su rival en una segunda vuelta que, salvo un vuelco de última semana en las encuestas, será un enfrentamiento entre la vieja izquierda y la nueva derecha A cierre de las últimas encuestas publicadas para la primera vuelta, el conjunto de las mismas continúa mostrando a Javier Milei en una posición de liderazgo con un 34,6%. Sergio Massa le sigue a solo cuatro puntos (30,4% de la intención de voto). Patricia Bullrich mantiene una presencia significativa, con el 26,1%. Esto deja a los tres líderes del favor popular en un margen de menos de nueve puntos, mientras que Schiaretti y Bregman, en cuarto y quinto lugar respectivamente, parecen no tener grandes posibilidades de sorpresa, ya que no alcanzan siquiera el 5%. Estas cifras provienen de un promedio de las encuestas publicadas entre el 14 de septiembre y el 14 de octubre, y han sido ajustadas eliminando a los indecisos para reflejar de manera más precisa las expectativas actuales. El hecho de que Milei siga en los entornos del 35% y a poca distancia de sus rivales prácticamente asegura que habrá segunda vuelta. Ninguna de las encuestas realizadas en los últimos dos meses prevén una victoria en primera, de hecho, por ninguna de las dos vías que ofrece para ello la norma electoral argentina: ni el 45% ni un 40% con diez puntos de ventaja respecto al segundo. La última (y única) que sí lo preveía es del 18 de agosto, y esa misma casa tiene mediciones posteriores descartando el escenario. Opciones de victoria en primera vuelta según cada una de las últimas encuestas para la 1a vuelta de las presidenciales argentinas  Página 1 de 2   MISSING: summary MISSING: current-rows. MISSING: sort-direction / descending MISSING: sort-column Encuestadora Fecha Primero Voto para el 1o Victoria por 45% Distancia 1o-2o Victoria por ventaja Atlas Intel 12-oct Massa 32% No 4,5 No Tendencias 11-oct Milei 32% No 0,4 No Clivajes 10-oct Milei 33% No 1,7 No Circuitos 10-oct Milei 35% No 1,8 No CB Consultora 10-oct Milei 32% No 0,9 No Opinaia 10-oct Milei 32% No 3,0 No Atlas Intel 9-oct Massa 31% No 5,5 No DC Consultores 9-oct Milei 37% No 6,9 No CIGP 7-oct Massa 34% No 1,1 No Fixer 4-oct Milei 34% No 8,2 No Zuban Córdoba 3-oct Milei 35% No 2,0 No Reale Dalla Torre 2-oct Milei 40% No 12,6 No Aresco​ 28-sep Milei 36% No 3,0 No CB Consultora 27-sep Milei 34% No 3,5 No Atlas Intel 24-sep Massa 32% No 2,9 No Circuitos 24-sep Milei 35% No 3,5 No UdeSA 24-sep Milei 35% No 4,9 No Aresco​ 21-sep Milei 36% No 5,5 No Proyección 20-sep Milei 37% No 5,0 No Opinaia 19-sep Milei 35% No 7,5 No La victoria por ventaja se produce cuando el primer candidato alcanza el 40% y al mismo tiempo tiene +10 puntos de ventaja respecto al segundo Donde sí se ha abierto una cierta variación interesante es en quién llegará primero a la mesa. Sergio Massa ha logrado encabezar varios de los últimos sondeos publicados antes de la veda del 14 de octubre. La mayoría siguen poniendo a Milei al frente, pero es notable que Massa haya logrado colocarse aquí. Al mismo tiempo, también lo es que Patricia Bullrich haya desaparecido de las duplas previstas por la todas menos una de las casas encuestadoras en los últimos días. Primera y segunda posición esperada por cada una de las últimas encuestas para la 1a vuelta de las presidenciales argentinas  Página 1 de 2   MISSING: summary MISSING: current-rows. MISSING: sort-direction / descending MISSING: sort-column Encuestadora Fecha Primero Segundo Atlas Intel 12-oct Massa Milei Tendencias 11-oct Milei Massa CB Consultora 10-oct Milei Massa Circuitos 10-oct Milei Massa Clivajes 10-oct Milei Massa Opinaia 10-oct Milei Massa Atlas Intel 9-oct Massa Milei DC Consultores 9-oct Milei Bullrich CIGP 7-oct Massa Milei Fixer 4-oct Milei Massa Zuban Córdoba 3-oct Milei Massa Reale Dalla Torre 2-oct Milei Massa Aresco​ 28-sep Milei Massa CB Consultora 27-sep Milei Massa Atlas Intel 24-sep Massa Milei Circuitos 24-sep Milei Massa UdeSA 24-sep Milei Massa Aresco​ 21-sep Milei Massa Proyección 20-sep Milei Massa CELAG 19-sep Milei Massa Fuente: Última encuesta de cada casa registrada en el CNE publicada durante el mes anterior al promedio, excluyendo a los indecisos de la base de cáculo. Estos datos apuntan a un enfrentamiento entre la vieja izquierda y la nueva derecha a la segunda vuelta, abriendo un nuevo escenario de polarización para Argentina que ya se anticipó en las PASO y vendría a confirmarse, de producirse estos resultados, en las presidenciales. Sin embargo, vale la pena ser cuidadosos a la hora de extraer conclusiones demasiado contundentes. La variación en las diferencias entre Bullrich y Massa es considerable de una casa a otra, y en pocos casos supera los 6 puntos. El promedio de esta diferencia es de apenas 4 puntos, perfectamente dentro del margen de error aceptable para encuestas bien calibradas. Bullrich vs Massa en las últimas encuestas publicadas para la 1a vuelta de las presidenciales argentinas | 14-oct Fuente: Última encuesta de cada casa registrada en el CNE publicada durante el mes anterior al promedio, excluyendo a los indecisos de la base de cáculo. Dicho de otro modo: pronosticar una carrera de este tipo, en la que la pregunta central es qué dos de tres candidatos igualados pasarán primero, es muy difícil para cualquier entidad demoscópica. Primero, porque márgenes de dos, tres y cuatro puntos son casi irrenunciables, difíciles de reducir incluso con inversiones notables en muestra y método. Pero también porque la luz sobre la evolución de las preferencias de la ciudadanía se “apagó” el pasado día 15, cuando entró en vigor la veda para nuevos sondeos. En ese punto las preferencias agregadas de la ciudadanía argentina no estaban necesariamente fijadas. No al menos fuera de las grandes líneas que no resuelven la pregunta central de quién va a pasar a la segunda vuelta: sabíamos entonces, como hace dos o tres semanas, que serán dos de la tríada Milei-Massa-Bullrich. Pero mientras Milei parecía haber encontrado algo parecido a un techo al perder el momentum inicial que le

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Argentina se acerca a las elecciones con una economía incendiada

El País .- La devaluación del peso en los mercados paralelos y el aumento de la inflación hacen pensar en una difícil transición hasta el 10 de diciembre Argentina se acerca a una de las elecciones más inciertas de su historia reciente, con la economía convertida en un campo minado que deberá desactivar el próximo presidente. Gane quien gane el 22 de octubre, se anticipa una transición muy compleja hasta su asunción, el 10 de diciembre. A diferencia de los últimos comicios, tres candidatos —y no dos— se disputan la jefatura de Estado: el ultra Javier Milei, el ministro de Economía Sergio Massa y la conservadora Patricia Bullrich. El peronista Alberto Fernández, con la popularidad por los suelos, renunció a buscar la reelección y cedió la candidatura oficialista a Massa, quien ha perdido la pelea contra la inflación —roza el 140% interanual— pero busca ganarla en las urnas. No lo tiene nada fácil. Todas las encuestas anticipan la victoria del candidato del partido de ultraderecha La Libertad Avanza, quien alimenta la zozobra económica en busca de más apoyo popular y acumula denuncias en los tribunales por sus declaraciones incendiarias. El ganador o ganadora debe obtener el 45% de los votos o el 40% a 10 puntos de distancia del segundo para ser elegido presidente el 22 de octubre. De no ser así, competirá contra el segundo más votado en segunda vuelta el 19 de noviembre. El candidato Javier Milei en un mitin de campaña.NATACHA PISARENKO (AP) Milei, diputado desde 2021, ha sido el protagonista de esta campaña electoral. El duro mensaje de este economista ultraliberal contra la casta política —a la que tilda de ladrona, parasitaria e inútil— le permitió atraer el voto de millones de personas hartas de años de deterioro económico y social y convertirse en el candidato más votado en las primarias del 13 de agosto. Ganó en 16 de las 24 provincias del país. Desde entonces, Milei se ha mantenido en cabeza en intención de voto, aunque el fracaso de los sondeos en las anteriores elecciones deja margen para la sorpresa. El candidato antisistema creció a través de las redes sociales, por fuera del radar de los medios y de la red territorial de la que disponen los partidos tradicionales. “Nunca hubo un cartel de Milei acá, no lo vimos venir, entró por la ventana”, señalaba días atrás un referente de la Villa 21-24, el barrio popular más grande de Argentina, durante una recorrida. Milei obtuvo un gran apoyo de los sectores más vulnerables, tradicionalmente afines al peronismo, aunque también de votantes de clase media y alta. Su promesa de podar con motosierra el gasto público no asusta a una ciudadanía cansada de vivir con una inflación que devora los salarios. Buenos Aires, en disputa En las últimas semanas, Milei ha recorrido provincias que ganó en primarias sin haber pisado. Es el caso de Salta, en el noroeste de Argentina, donde arañó el 50% de los votos. El economista cerró allí su campaña federal —que ha bautizado como “tour de la libertad”— el pasado jueves antes de concentrarse esta última semana en la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito electoral, que aporta casi el 40% de los votos. La provincia bonaerense es el territorio más disputado. A diferencia de otras regiones, que optaron por anticipar sus elecciones provinciales y municipales, el 22 de octubre Buenos Aires vota presidente, legisladores, alcaldes y gobernador provincial. El kirchnerista Axel Kicillof, que busca la reelección, fue el más votado en las primarias y confía en retener el control de este distrito clave. Kicillof tiene a su favor la división de la oposición: en Buenos Aires no hay segunda vuelta y el domingo que viene se conocerá el ganador. Le juegan en contra, en cambio, una situación económica que empeora semana a semana y los escándalos que han salpicado a su equipo más cercano. Su jefe de Gabinete, Martín Insaurralde, renunció al cargo y a su candidatura a concejal del municipio de Lomas de Zamora tras la difusión de imágenes que lo mostraban a bordo del yate de lujo Bandido en Marbella en compañía de la modelo Sofía Clérici. Las fotografías se viralizaron pocos días después de que se diese a conocer un nuevo aumento de la pobreza en el país sudamericano: cuatro de cada diez argentinos son pobres y uno de cada diez ni siquiera tiene ingresos suficientes para comprar alimentos. Tanto Milei como Bullrich esperan robarle votos por un escándalo que las bases kirchneristas consideran parte de una campaña sucia contra ellos y las opositoras blanden como un nuevo ejemplo de corrupción mientras avanzan las causas pendientes contra la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner. La economía, centro de la campaña Massa, segundo en los sondeos, intenta evitar fuga de votos por derecha a Milei, por el centro al peronista disidente Juan Schiaretti y por izquierda a Myriam Bregman, una de las oradoras destacadas en los debates presidenciales. Sin logros que mostrar tras un año al frente del Palacio de Hacienda, Massa teme además el impacto que tendrá en las urnas el último estallido de la economía argentina: la brusca devaluación del peso en los mercados paralelos. A principios de octubre, un dólar se cambiaba por 800 pesos en las calles de Buenos Aires, pero la divisa estadounidense tocó un techo de 1.050 pesos antes de retroceder por debajo de los mil el jueves, último día hábil en Argentina. Sergio Massa durante el debate presidencial.AGUSTIN MARCARIAN (REUTERS) Faltan cuatro jornadas cambiarias antes de las elecciones del 22 de octubre y se prevé que el Gobierno ordenará nuevas redadas policiales para intentar desalentar operaciones en el mercado informal, el único que opera sin restricciones. Será más difícil que pueda frenar el nuevo aumento de precios derivado de la última depreciación de la moneda. Tras un dato de inflación récord en septiembre, del 12,7% mensual y el 138,3% interanual, se espera uno todavía peor para octubre. La espiral inflacionaria es la punta del iceberg de los grandes desequilibrios macroeconómicos de un país con déficit fiscal, abultada emisión monetaria, una deuda externa que no puede pagar y sin

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Milei azuza la tensión cambiaria en Argentina: el peso “no vale ni excremento”

El País .- El candidato ultra a la presidencia llama a no renovar los plazos fijos. En el mercado paralelo un dólar se cambia a más de mil pesos. En tiempos de crisis económica e incertidumbre electoral los argentinos se refugian aún más que de costumbre en el dólar. La divisa verde es la moneda tradicional de ahorro en un país que, a diferencia de sus vecinos, no ha logrado domar una inflación que este año es de tres dígitos. Pero el aumento reciente de la tensión cambiaria se ha visto azuzado además por el favorito en la carrera presidencial, el candidato ultra Javier Milei. El lunes, Milei desalentó la renovación de plazos fijos en pesos y el uso de cualquier instrumento de ahorro en la moneda nacional de Argentina, que él considera que no tiene ningún valor y que promete reemplazar por el dólar si llega a la Casa Rosada. Sus declaraciones desataron numerosas críticas en una jornada en la que el peso marcó un nuevo récord negativo en el mercado paralelo, el único que opera sin restricciones, al cambiarse a 945 unidades por dólar. En las primeras operaciones de este martes, la divisa estadounidense cruzó la frontera de los mil pesos, un nuevo récord. “El peso es la moneda que emite el político argentino y por ende no puede valer ni excremento, porque esa basura no sirve ni para abono”, dijo Milei en una entrevista con Radio Mitre. La semana pasada ya había lanzado otra declaración incendiaria: “Cuanto más alto esté el precio del dólar, más fácil es dolarizar”. Los mensajes de Milei suman nerviosismo a una población con los bolsillos cada día más vacíos: el ritmo de aumento de los precios ha sido del 124,4% en los últimos doce meses, cinco puntos más que el promedio de alza salarial. El ministro de Economía y candidato a presidente por el peronismo gobernante, Sergio Massa, criticó con dureza a Milei, al que acusó de echar leña al fuego con fines electorales. “Poner en riesgo los ahorros de la gente por un voto no vale. Hay gente que le costó toda la vida”, declaró Massa. La conservadora Patricia Bullrich, postulante por la alianza opositora Juntos por el Cambio, también había denunciado la estrategia del economista ultraliberal. “No vale todo para defender la dolarización”, escribió Bullrich en las redes sociales. “Con su propuesta te destruye el bolsillo y te encarece los precios. Todo para justificar su dolarización. Es conocida la teoría: cuanto peor, mejor. En el medio, 46 millones de argentinos que están cada día más pobres”, agregó. Este martes, Bullrich repartió culpas: “Entre el pirómano de Massa que nos está llevando a la hiperinflación, y la irresponsabilidad de Milei, que fomenta la corrida cambiaria, están los argentinos angustiados por el presente y el futuro”. El fantasma del ‘corralito’ El titular de la cartera económica acusó también a Milei de poner en riesgo el sistema financiero y recordó las heridas traumáticas que dejó la crisis de 2001-2002, cuando se estableció un corralito que impidió que las familias retirasen sus ahorros de los bancos. El PIB per cápita se desplomó y la pobreza superó el 60%. La situación es muy distinta a la de esa crisis por los cambios de regulación impuestos desde entonces. Los bancos sólo pueden prestar divisas a los sectores que las generan y su liquidez en moneda extranjera es hoy superior al 80%. Aún así, las entidades financieras han salido a defender su solidez económica para intentar evitar que los ahorristas entren en pánico. Para este martes, solicitaron al Banco Central el envío de casi 125 millones de dólares físicos, el monto más alto para un sólo día en lo que va de 2023, según los datos del Mercado Abierto Electrónico. El objetivo es garantizar que todos los clientes que se presenten a retirar los dólares que tienen en sus cuentas puedan hacerlo sin problemas. El Gobierno argentino unificó este martes algunos de los tipos de cambio que coexisten entre la cotización libre y la oficial, fija en 365 pesos por dólar, para intentar reducir la demanda de divisas. Así, los conocidos como ‘dólar tarjeta’, ‘dólar solidario’ y ‘dólar Qatar’ pasaron a valer 731 pesos, más del doble que la cotización oficial pero aún por debajo de las demás. Las últimas medidas oficiales no han logrado aportar demasiada calma y todas las miradas estaban atentas a la apertura del mercado cambiario ante el riesgo de que continuase la caída libre del peso en el mercado paralelo. A diferencia de lo que ocurre en el resto del mundo, los medios de comunicación de Argentina informan a diario del valor del peso respecto al dólar. La incertidumbre se mantendrá al menos hasta que se conozcan los resultados de las elecciones generales del 22 de octubre. Las encuestas dan como vencedor a Milei pero sin apoyo suficiente para evitar una segunda vuelta el próximo 19 de octubre.

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Ganadores y perdedores del segundo debate presidencial, según la mirada de cuatro expertos

Infobae .- Analistas consultados por Infobae coincidieron en que Bullrich mejoró su performance, Massa resistió las embestidas y Milei retrocedió respecto al primer debate. Schiaretti se destacó y Bregman no desentonó. El desempeño de los candidatos, uno por uno. Los cinco candidatos que se enfrentaron anoche en el segundo debate presidencial en el salón de actos de la Facultad de Derecho de la UBA volvieron a cumplir lo que se esperaba de cada uno. No hubo sorpresas y el consenso de los analistas consultados por Infobae coincidieron en subrayar el desempeño de Patricia Bullrich y de Juan Schiaretti, la resistencia de Sergio Massa ante la previsible embestida de sus rivales, la menguada performance del favorito Javier Milei y el desempeño parejo de Myriam Bregman. El análisis mezcla, al mismo tiempo, la comparación con el primer debate, que se realizó la semana pasada en el Forum de Santiago del Estero, y la mirada analítica sobre las fortalezas y debilidades que mostraron los candidatos, a doce días de que los argentinos tengamos que enfrentar las urnas para elegir mucho más que la persona que ocupará la Presidencia de la Nación. Como se esperaba, Bullrich, de Juntos por el Cambio, arriesgó más después de la mala imagen que dejó en el primer round; y Massa, de Unión por la Patria, recibió la embestida simultánea de los cuatro rivales que no habían aprovechado todo el potencial de daño que tenían los escándalos de Insaurralde y de “Chocolate” Rigau. Y Milei sufrió más que en la anterior competencia. De izquierda a derecha. Schiaretti y Bullrich mejoraron, Milei empeoró, Bregman tuvo el mismo desempeño y Massa enfrentó una fuerte embestida conjunta de sus rivales Para analizar el desempeño de los candidatos, Infobae convocó a Augusto Reina, consultor político y director de PulsAr; a Federico Aurelio, de Aresco-Julio Aurelio; y al analista Sergio Berensztein. Además, se incorporó las opiniones sobre el debate del experto en comunicación política Mario Riorda. Antes del análisis caso por caso, es oportuno incluir las miradas generales de los expertos sobre lo que ocurrió anoche en la Facultad de Derecho de la UBA. “Fue muy distinto al primer debate. Hubo una búsqueda más intensa a Javier Milei, tanto de Patricia Bullrich como por el lado de Sergio Massa, como por el lado de Myriam Bregman”, explicó Reina. El director de PulsAr comandó la noche del domingo un equipo de 140 profesionales que monitorearon las reacciones en redes sociales del debate. Al respecto, afirmó que registraron con Pulsar que “dos de las tres frases de mayor rechazo fueron de Javier Milei, sobre todo las que hablan sobre el cambio climático, que tuvieron un rechazo unánime de todos los segmentos de votantes”, mientras que los candidatos que “tuvieron mejor resultado sobre todo entre el público abstencionistas fueron Schiaretti, Bregman y Patricia Bullrich”. En tanto, Sergio Berensztein subrayó que hubo “un cambio importante en lo actitudinal en casi todos los casos. Se vieron actitudes mucho más definidas de ir a buscar el debate, de ir a buscar la confrontación, de plantear incluso mano a manos fuertes. Son situaciones que en el primer debate no tuvimos”. A su turno, Federico Aurelio planteó que “de la misma manera que el domingo pasado, los dos que tenían más desafío, que eran Massa y Milei, habían salido airosos, en este domingo la que tenía más desafíos era Bullrich, porque era la que había tenido un desempeño más pobre”. “No es fácil quién fue el mejor y el peor. Si nos basamos desde la óptica de la intención de voto no creo que nada se haya modificado, porque me imagino que los votantes de cada uno deben considerar que su candidato fue el mejor”, explicó. Milei, Bregman y Massa. Escenas de debate explícito en la Facultad de Derecho. Y agregó el titular de Aresco-Julio Aurelio: “De la que se esperaba que actuara con más firmeza, teniendo en cuenta que es la que necesitaba crecer en su intención de voto, tuvo una actuación con mucho más fuerza, siendo mucho más Bullrich. Habrá que ver si tiene o no efectos electorales, pero seguro le genera más satisfacción a ella, a todo su equipo y al votante de Cambiemos. Se puede generar algún nivel de reflexión del votante de Cambiemos que se fue para Milei”. En tanto, Riorda advirtió que “la Teoría Dramática de la Comunicación tiene un concepto llamado ‘libreto recíproco preestablecido’, esto es, hay roles sociales que se esperan de cada quien. En debates, si estos roles son esperados, si las estrategias los satisfacen, lo que no hay es cambio. Lo previsible se confirma”. Además, resaltó que hubo “poco cambio en Milei, en Massa -aunque algo más incisivo en réplicas, mucho cambio en Bullrich, más dura y más suelta en réplicas, Schiaretti fue más incisivo en réplicas y algo menos de Córdoba y poco cambio en Bregman”. PATRICIA BULLRICH Patricia Bullrich mejoró su performance respecto al debate de Santiago del Estero Augusto Reina: “Patricia Bullrich necesitaba un poco más de notoriedad y claramente la tuvo. Se notó, sobre todo entre los propios votantes, que tuvieron en redes sociales una media más alta que los debates anteriores, con mucho más entusiasmo en término de lo que la vez pasada hizo Sergio Massa. Ella esta vez reforzó la identidad partidaria, movilizó y generó un poco más de entusiasmo”. Te puede interesar:Segundo debate presidencial: Bullrich endureció su discurso, Massa recibió críticas por la economía y Milei tuvo un traspié “Lo que trató de hacer es cercar un poco su electorado para que no tenga más filtraciones ¿Qué impacto puede tener el debate sobre intención de voto? No se puede dimensionar cómo impactó en el votante abstencionista o que votó en blanco. Bullrich logró una centralidad que en el debate anterior claramente no tuvo. No creo que sea suficiente lo que pasó en el debate para revertir una tendencia. Pero es mejor que lo que había hecho en el anterior debate”. Sergio Berensztein: “A Patricia Bullrich se la vio con una vocación más ofensiva, más decidida. Encaró la noche yendo a buscar sobre todo a Massa, pero también a Milei. Estuvo rápida al decir ‘nosotras

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Milei busca capitalizar el escándalo de Insaurralde y hará una recorrida en Lomas de Zamora antes de las elecciones

Infobae .- El candidato a presidente y sus armadores aseguran que el caso que involucra al ex funcionario bonaerense afectó las adhesiones de Kicillof y podría apuntalar tanto la boleta nacional como la de Píparo a nivel local Mientras el kirchnerismo baja la propaganda oficial con la cara de Martín Insaurralde de las carteleras de Lomas de Zamora, el candidato presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei se prepara para desembarcar en el distrito que quedó en el ojo de la tormenta en plena campaña, desde que la modelo Sofía Clerici publicó una serie de fotos y videos con el intendente en uso de licencia en un ostentoso barco en Marbella. Muy cerca de las elecciones generales, el candidato a presidente intentará apuntalar a sus aspirantes a la intendencia, Antonio Volponi, y a la gobernación, Carolina Píparo, pero principalmente, para mejorar él mismo su intención de voto a nivel nacional y evitar el balotaje. Lomas de Zamora es el segundo distrito más poblado de PBA, sólo por detrás de La Matanza, y una buena performance podría acercar al economista de derecha a cumplir con su principal cometido, ganar en primera vuelta, e inclusive, aunque parece una posibilidad lejana por los resultados que obtuvo Píparo en la PASO, de imponerse en el distrito que gobierna Kicillof. El arribo a la localidad del conurbano sur, probablemente con una nueva caravana, será parte del rally de recorridas que terminó de diseñar para las dos semanas previas a las Generales. En La Libertad Avanza están particularmente entusiasmados. Sus encuestan les indican que el escándalo del ahora ex jefe de Gabinete bonaerense afectó, por primera vez, las adhesiones del gobernador, Axel Kicillof, que busca la reelección y que hasta la semana pasada se mantenía estable en la cima después de ganar la PASO local. “Antes caían Massa y Patricia, y Grindetti no crecía. Pero ahora, con estos golpes, también empezó a bajar Kicillof. Y el dólar descontrolado no ayuda a ninguno que esté vinculado al Gobierno. Hoy vemos un escenario donde ganamos en primera vuelta”, dijo un importante armador bonaerense que suele dialogar con Milei. Los libertarios sienten que prácticamente no tienen competencia. Están convencidos de que se quedarán con la mayor parte de los votos que pierda el kirchnerismo en la Provincia de Buenos Aires, y descartan de lleno que también pueda verse beneficiada la otra gran coalición opositora, Juntos por el Cambio. “Somos los únicos que salimos totalmente airosos, tanto con lo de Insaurralde como con Chocolate”, dijo un armador. La ex pareja de Insaurralde, Jesica Cirio, se llevó toda la atención durante su entrevista para explicar su visión sobre el escándalo del viaje a Marbella Se refería a la causa que investiga el supuesto manejo irregular de fondos de la Legislatura, que se desencadenó a partir de que trascendiera un video que muestra cómo un puntero del PJ, Jorge “Chocolate” Rigau, retiraba millones de pesos con 48 tarjetas de débito pertenecientes a empleados legislativos en un cajero automático. Ese caso afecta especialmente al presidente de la Cámara de Diputados bonaerense, Federico Otermín, delfín de Insaurralde en la pelea por la intendencia. Mientras más se complican las carreras de los aliados de Máximo Kirchner, mayor luz ven los libertarios para derrotarlos en el distrito y sumar adhesiones a nivel provincial y nacional. Mientras tanto, el caso Insaurralde-Clerici crece y se ramifica a medida que avanza la investigación en la Justicia. El funcionario se vio obligado a renunciar a su candidatura como primer concejal, además de dejar el cargo de jefe de Gabinete provincial (aunque mantiene su lugar en la intendencia, con uso de la licencia que pidió en 2021 para reemplazar al amigo de Kicillof, Carlos Bianco). Además, la Justicia ordenó levantar el secreto fiscal y bancario tanto del funcionario como de la modelo. Y la ex pareja de Insaurralde, Jésica Cirio, dio una larga entrevista que se llevó toda la atención en el mediodía del viernes. No parece que las repercusiones de las fotos vayan a disminuir y probablemente el tema continúe en el centro de la agenda pública. El encargado de preparar la bajada al territorio lomense es Sebastián Pareja, el principal armador de las campaña bonaerense junto a la hermana del candidato, Karina Milei, que conoce a fondo la localidad donde se crió y militó. Los estrategas de la fuerza de derecha que es el momento ideal para apuntalar al candidato a intendente libertario, Volponi, importante empresario gastronómico del distrito, que integra la agrupación La Julio Argentino y se postula al cargo por primera vez. +, cerca de Milei lo suman a la lista de los poquísimos bastiones peronistas donde LLA cree que tiene chances de meter un intendente (hasta ahora solo mencionaban a Oscar Liberman, de Bahía Blanca). Las fotos de Insaurralde con la modelo Sofía Clerici se conocieron el sábado pasado y desataron una crisis política en Lomas de Zamora Milei irá a Lomas luego de que el ex concejal lomense de LLA, Víctor Guzmán, denunciara en una entrevista de radio que la lista libertaria municipal se armó en acuerdo con el peronismo, una acusación que en el espacio de derecha negaron. “No hubo absolutamente ninguna relación. Antonio (Volponi) se ha tenido que comer miles clausuras de sus locales justamente porque no tenía nada que ver con Insaurralde. Antes de nosotros nunca se había metido en política”, dijo un referente bonaerense de las filas libertarias. Otro dirigente que responde a Milei recordó, para contrarrestar las acusaciones, que el candidato a intendente de JxC, Guillermo Viñuales, fue durante años jefe de Gabinete de Insaurralde, antes de pasarse a la fuerza opositora. “En este momento, todo le resta al oficialismo y a Cambiemos, y todo nos suma a nosotros”, se envalentonó. El desembarco en Lomas no será inmediato. Milei irá después de mostrarse por primera vez con su reciente pareja, Fátima Florez, en la primera emisión del nuevo ciclo del programa de Mirtha Legrand -el sábado-; de participar en el segundo y último tramo del debate presidencial -el domingo-; y de visitar otros distritos del conurbano y del interior de la Provincia. El esquema de recorridas para el escaso período que resta antes de los comicios incluye, en principio, a Pergamino, Junín, Chivilcoy y Lanús. Pero la fecha exacta para

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Milei impone su agenda ultra en la campaña argentina

El País .- La economía ha sido la estrella de la campaña electoral argentina y se prevé que repita protagonismo en el primer debate presidencial. Sin embargo, el escándalo protagonizado por un alto cargo provincial kirchnerista en las últimas horas pondrá también sobre la mesa los casos de corrupción. Los cinco candidatos a reemplazar a Alberto Fernández se preparan desde hace días para defender sus propuestas y atacar los puntos débiles de sus rivales este domingo. El ministro de Economía y candidato del peronismo gobernante, Sergio Massa, sabe que será un blanco fácil por una gestión con malos números: la inflación se ha disparado hasta el 124,4% interanual, la pobreza ha superado el 40% y el crecimiento se ha detenido. Buscarán derribarlo tanto el economista ultraliberal Javier Milei, candidato de La Libertad Avanza (LLA), partidario de serruchar el gasto estatal, como la conservadora Patricia Bullrich, de Juntos por el Cambio (JxC), que enarbola la bandera de terminar con el kirchnerismo y necesita recuperar terreno si quiere llegar a una hipotética segunda vuelta. Milei, inesperado ganador de las primarias de agosto, tiene el viento a favor. Primero en las encuestas de cara a las generales del 22 de octubre, el candidato antisistema es el que menos debería arriesgar, pero es también el más imprevisible. Durante semanas ha sobrevolado la duda sobre su participación y se ha especulado con la posibilidad de que se ausente pese al carácter obligatorio del debate. De hacerlo, siguiendo el ejemplo de Donald Trump en Estados Unidos, su silla quedaría vacía durante la discusión política y sería sancionado con la pérdida de los espacios publicitarios en los medios audiovisuales. Las últimas señales, sin embargo, hacen pensar que sí dará pelea ante las cámaras. Licenciado en Economía y con una significativa trayectoria profesional en este campo, Milei es el candidato con más conocimiento teórico sobre la principal preocupación de los argentinos: la situación económica del país. Es también quien ha puesto más propuestas sobre la mesa y con ellas ha marcado la agenda de la campaña electoral. Planea eliminar ministerios como el de Salud, Educación, Ciencia, Trabajo y Mujeres; dolarizar la economía; eliminar el banco central; reducir el gasto público más allá de lo que exige el Fondo Monetario Internacional, e introducir un sistema de vouchers para las escuelas públicas, entre otras iniciativas. Son propuestas polémicas contra las que seguro cargarán sus contrincantes. Le echarán también en cara otras que defendió antes de retractarse, como la libre portación de armas y la venta de órganos. A Milei le falta, por el contrario, experiencia en la gestión pública. Para llegar al gran público deberá simplificar su discurso y evitar caer en tecnicismos incomprensibles para la mayoría. No está tan claro, sin embargo, si le beneficia o le perjudica su estilo iracundo. Los gritos e insultos proferidos por el candidato de LLA repelen a algunos votantes, pero para otros representa el enojo que sienten ante la generalizada pérdida de poder adquisitivo y ven con buenos ojos su promesa de sacar a patadas a una “casta política parasitaria, chorra [ladrona] e inútil”. El candidato ultra parte con otra ventaja frente a sus competidores: su dominio en la campaña digital. Milei cuenta con un ejército de jóvenes en las redes sociales dispuestos a editar los mejores momentos de su intervención para hacerlo quedar como el vencedor pase lo que pase, como ya hicieron días atrás con la participación del candidato de LLA a la alcaldía de Buenos Aires, Ramiro Marra. “Cuando se analizan las interacciones de la comunidad digital de Milei se ve una conversación real, no son bots. Hay bots, sí, pero no son mayoría”, dicen desde la consultora Betta Lab, especializada en análisis de datos. Las encuestas dan como segundo a Massa, el candidato a presidente por la alianza oficialista Unión por la Patria, y Bullrich intentará confrontar con él ante las cámaras para arrebatarle ese lugar. Argentina celebrará una segunda vuelta el 19 de noviembre si ninguno de los candidatos gana en octubre por más del 45% de los votos o el 40% con una ventaja de 10 puntos sobre el segundo. A diferencia de sus rivales, Massa tiene experiencia en los debates electorales. Participó en 2015, cuando compitió por la Presidencia alejado del aparato peronista. El entonces candidato del Frente Renovador quedó en un lejano tercer lugar, por detrás del oficialista Daniel Scioli y del conservador Mauricio Macri. Ahora, al frente de la oficialista Unión por la Patria, Massa buscará presentarse como defensor de los trabajadores —el dato de desempleo, del 6,2%, es de los pocos indicadores económicos positivos— y convencer al electorado de que la salida de la crisis es con más crecimiento económico y no con ajustes. Un yate de lujo En las últimas horas, un escándalo protagonizado por el jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde, complica aún más a Massa. Insaurralde renunció anoche después de que una modelo publicase fotografías con él en un lujoso yate frente a las costas de Marbella, en el sur de España. Las vacaciones de Insaurralde en la recta final de la campaña, conocidas en la misma semana en la que la pobreza rompió la barrera del 40% en Argentina, generaron un torrente de críticas desde todos los sectores políticos. La oposición usará el escándalo como una nueva herramienta contra Massa y tras ella irán los casos de corrupción que se acumulan en las filas peronistas, en especial la condena a seis años contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner por defraudación al Estado. Consciente de su debilidad, Massa necesita golpes de efecto que oculten su fracaso en materia de política económica. En esa línea, su entorno ha hecho correr el rumor de que anunciará el nombre de su ministro de Economía y quizás también el del titular del banco central. Bullrich es la tercera gran candidata. A diferencia de Milei y Massa, la economía es un terreno resbaladizo para ella y le puede jugar una mala pasada en el debate presidencial. Durante la campaña, la postulante de JxC ha delegado la defensa de sus propuestas en el expresidente del banco central, Carlos Melconian, que ocuparía el Palacio

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El plan de Argentina para aliviar el golpe de la inflación genera una rebelión de empresarios y gobernadores

El País .– La mitad de las provincias y las principales cámaras empresariales se niegan a pagar las ayudas económicas a trabajadores y jubilados anunciadas por el Gobierno peronista a dos meses de las elecciones.   El Gobierno de Alberto Fernández se debilita cada vez más. Los trabajadores y jubilados aguardaban las ayudas económicas prometidas para aliviar el último golpe inflacionario, pero los desembolsos anunciados el domingo por el ministro de Economía y candidato presidencial Sergio Massa han cosechado críticas desde filas propias y opositoras. Un total de 12 de los 24 gobernadores provinciales y decenas de intendentes municipales han anticipado que no pagarán el bono de 60.000 pesos (162 dólares a la cotización oficial) previsto para los próximos dos meses. Algunos argumentan que no pueden: tienen las arcas vacías. Otros no quieren: consideran que se trata de una medida electoralista y señalan que los empleados públicos se benefician de negociaciones salariales colectivas que han limitado su pérdida de poder adquisitivo.   La rebelión de provincias y municipios se suma a la iniciada por cámaras empresariales y secundada por la oposición política. “Las micro, pequeñas y medianas empresas llevan varios meses perdiendo en su resultado económico y esta imposición agudizará esa pérdida”, anunció la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), que agrupa a pequeñas y medianas empresas, en un comunicado.   Los dos grandes rivales de Massa en las elecciones generales del 22 de octubre, el economista ultraliberal Javier Milei y la conservadora Patricia Bullrich, han prometido recortar el gasto público si llegan a la Casa Rosada y critican lo que llaman el “plan platita” de Massa. “Es un nuevo acto de populismo”, denuncio Milei, candidato por el partido de extrema derecha La Libertad Avanza. Para Milei, Massa pretende “torcer una elección inyectándole guita a la gente” y alentó a la población a no caer en “esa trampa”. Bullrich coincidió con Milei. A su juicio, el candidato peronista “se burla de todos” al proponer soluciones basadas en “maquillaje y más emisión” monetaria.   Desde el Gobierno argentino aseguraron que las grandes empresas están en condiciones de pagar la suma fija y algunos funcionarios amenazaron con multar a aquellas que no lo hagan. La participación de los salarios en el PIB (todo lo que se produce en un año en el país) ha caído siete puntos desde 2017: de representar el 55,6% del PIB argentino al 48,4% en el primer trimestre de este año. En cambio, la porción del pastel que se llevan los empresarios ha aumentado más de tres puntos desde entonces: del 35% al 38,4%. El secretario de Industria, José Ignacio de Mendiguren, recordó que durante la pandemia gran parte de los empresarios recibieron ayuda estatal para pagar sueldos y les pidió que realicen “un esfuerzo adicional” para lograr estabilidad macroeconómica.   “Un poco de justicia” El presidente argentino salió este miércoles en defensa de Massa. “Lo único que estamos haciendo es un poco de justicia. Distribuir más las ganancias de algunos, para que esas ganancias y utilidades lleguen a los que trabajan”, dijo durante un acto público celebrado en la norteña provincia de Catamarca. Desde allí, el mandatario criticó también a las provincias que se niegan a repartir un bono entre sus empleados públicos, en especial a la capital argentina, gobernada por el opositor Horacio Rodríguez Larreta: “Me llama la atención que Catamarca y la Rioja puedan y que la ciudad más opulenta de la Argentina tenga dificultades”.   El bono de 60.000 pesos forma parte de un amplio paquete de medidas presentado por Massa para los próximos dos meses. El ministro de Economía ha anunciado también congelamiento de precios —o aumentos por debajo de la inflación— para alimentos esenciales, tarifas de transporte público, combustibles, medicamentos y seguros médicos. Es una bomba de tiempo: pasadas las elecciones, los precios seguramente volverán a dispararse. Para financiar el gasto, el Gobierno aprobó este miércoles por decreto una ampliación presupuestaria.   El candidato presidencial del peronismo busca recuperar la iniciativa tras la derrota en las elecciones primarias del 13 de agosto —en las que la alianza oficialista Unión por la Patria quedó en tercer lugar— y reducir la incertidumbre económica y social de las últimas dos semanas. Horas después de conocerse los resultados, el peso argentino se devaluó un 18% en el tipo de cambio oficial y se paralizó la cadena de comercialización. Cuando volvió a reactivarse, muchos productos registraban importantes aumentos de precios. La difícil situación económica amenazó con desbordarse en las calles cuando se registraron saqueos en comercios de distintas provincias y reapareció con ellos el fantasma del estallido de la crisis del corralito (2001-2002).   Tras el desconcierto inicial por el inesperado triunfo de Milei, sus principales rivales han vuelto a la carrera esta semana. A menos de dos meses para las elecciones generales del 22 de octubre, las encuestas dan al candidato de la ultraderecha en cabeza y sitúan a Massa en segundo lugar, seguido de cerca por la exministra de Seguridad macrista. Para ganar en primera vuelta, el más votado necesita obtener el 45% de los votos o el 40% a diez puntos de distancia del segundo. De no ser así, habrá segunda vuelta el 19 de noviembre.

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El FMI aprueba el desembolso de 7.500 millones de dólares para Argentina

El País .- El directorio ejecutivo del Fondo aprueba exenciones por incumplimiento de los objetivos debido a una “sequía sin precedentes y a desviaciones de las políticas”.   El Gobierno argentino recibe un salvavidas económico a dos meses de las elecciones generales. El directorio ejecutivo del Fondo Monetario Internacional aprobó este miércoles el desembolso pactado de 7.500 millones de dólares, que fortalecerá las magras reservas del Banco Central de la República Argentina. Los fondos llegan en un momento crítico para el peronismo gobernante: los episodios de saqueos de los últimos días han reavivado el miedo a una nueva caída de Argentina en el precipicio.   El FMI autorizó el desembolso tras aprobar la quinta y sexta revisión del acuerdo firmado con el país sudamericano para refinanciar la deuda que arrastra desde 2018 y que no ha podido devolver en los plazos establecidos. En un comunicado, el FMI admitió que Argentina incumplió los objetivos de acumulación de reservas y de reducción del déficit fiscal debido a una “sequía sin precedentes y a desviaciones de las políticas”. Aún así, votó a favor del nuevo paquete de ayuda económica para “salvaguardar la estabilidad y afianzar la sostenibilidad a medio plazo”.   En el medio plazo está la cita electoral del 22 de octubre y, de ser necesaria, la del 19 de noviembre. En esa segunda fecha se celebraría la segunda vuelta entre los dos candidatos a presidente más votados si ninguno de ellos gana con más del 45% de los votos o el 40% con diez puntos de distancia del segundo. De repetirse los resultados de las primarias del 13 de agosto, la batalla final sería entre Javier Milei, postulante por el partido de extrema derecha La Libertad Avanza que obtuvo el 30% de los votos, y Patricia Bullrich, representante de la coalición conservadora Juntos por el Cambio, que quedó a menos de dos puntos de distancia. Sin embargo, el 27% de los votos que respaldaron al peronismo gobernante y la incógnita que representa el 31% del electorado que se abstuvo dejan abiertas todas las opciones.   El Gobierno daba por sentado que el directorio ejecutivo del FMI aprobaría el acuerdo pactado en julio por su equipo técnico después de meses de duras negociaciones. La entrada de divisas supone un alivio pasajero. “Este desembolso garantiza un marco de estabilidad para la Argentina hasta fines de noviembre”, anunció en comparecencia de prensa el ministro de Economía y candidato a la presidencia por el peronismo, Sergio Massa. En ese momento, cuando ya se conocerá el nombre del presidente electo, el organismo internacional deberá aprobar la séptima revisión del acuerdo, de la que depende el desembolso de otros 2.700 millones de dólares. Sin reservas en el banco central, Argentina golpeó a numerosas puertas para hacer frente a sus últimos vencimientos de deuda. Recibió un préstamo de mil millones de dólares del CAF – Banco de Desarrollo de America Latina y el Caribe y otro equivalente a 770 millones de dólares de Qatar, que serán devueltos cuando reciba la inyección del FMI. China aportó los fondos restantes gracias a un intercambio de monedas.   Reuniones con candidatos Massa viajó a Washington para reunirse con la titular del FMI, Kristalina Georgieva. La semana pasada, el organismo internacional mantuvo reuniones virtuales con los equipos de Bullrich y de Milei para conocer sus propuestas económicas. Los dos rivales opositores han anticipado que eliminarán las restricciones cambiarias impuestas por el Gobierno, que han fragmentado el mercado en múltiples cotizaciones, que oscilan entre los 365 pesos por dólar según el valor oficial a los 735 pesos por dólar a los que se cambia en el mercado paralalelo o blue. En medio está el tipo de cambio de los llamados dólares financieros, a los que recurren particulares y empresas para conseguir divisas mediante operaciones bursátiles.   El ministro de Economía informó que el FMI autorizó al Gobierno a intervenir en el mercado cambiario para sostener el valor de los dólares financieros y transmitir así “una situación de control de una de las variables de intranquilidad”. Además, anticipó que el viernes dará a conocer medidas destinadas a paliar el golpe por el aumento generalizado de precios tras la devaluación del 18% del peso el lunes posterior a las elecciones primarias.   Alberto Fernández afronta la recta final de su presidencia con la popularidad por los suelos y el país al borde de un nuevo incendio. “Les pido a todos los argentinos que cuidemos mucho la tranquilidad y la paz social”, dijo este miércoles en alusión a los saqueos que tienen en vilo al país y por los que ya hay cerca de un centenar de detenidos. Massa agregó que se compensará económicamente a los comerciantes afectados y se supervisará el trabajo de los jueces y fiscales a cargo de las causas abiertas por robos en distintas provincias para que apliquen todo el peso de la ley. “Lo que no nos puede pasar es que esos delincuentes entren por una puerta de la comisaría y salgan por la otra” dijo el candidato peronista en tono electoral.   El vencedor en las urnas asumirá como presidente de Argentina el 10 de diciembre, a 40 años de la recuperación de la democracia. Recibirá un país con la inflación más alta de las últimas tres décadas —se prevé que ronde el 140% a fin de año— y más del 40% de la población con ingresos por debajo de la línea de pobreza.

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El ultra Javier Milei capitaliza el voto protesta y gana las elecciones primarias en Argentina

El País .- El economista, que propone el fin del Estado y se opone al aborto, obtiene un 30% de los votos, según los resultados definitivos. La derecha tradicional queda segunda, apenas un puntos por delante del peronismo gobernante.   Argentina votó al candidato que mejor captó la bronca acumulada por años de deterioro socioeconómico: Javier Milei. El economista ultraliberal, que se declara “anarco-capitalista”, está en contra del aborto, considera al cambio climático “una farsa” de la izquierda, propone el fin del Estado y se identifica con la ultraderecha de Vox en España, fue la sorpresa de las elecciones primarias al convertirse en el postulante a presidente más votado. Con más del 96% escrutado, obtenía el 30,1% de los votos, seguido del peronista Sergio Massa, con 20,9% y Patricia Bullrich, con casi 17%. La coalición opositora Juntos por el Cambio no pudo cumplir con el objetivo de ser la fuerza política más votada. La suma de votos entre Bullrich y su rival en la interna, Horacio Rodríguez Larreta, alcanzó el 28,3%, a más de dos puntos de distancia de Milei. El peronismo, en sus peores elecciones primarias desde 2011, quedó en tercer lugar, con el 27,2%.   Las primarias dibujaron este domingo un escenario de tercios, una novedad en un país dominado desde hace años por dos grandes coaliciones: una liderada por el peronismo y la otra por la derecha representada en el expresidente Mauricio Macri. La irrupción de Milei lo cambió todo. Desde la periferia y prometiendo el “fin de la casta” política, el economista obliga a la política tradicional a barajar de nuevo. El expresidente argentino Mauricio Macri, junto a la dirigente de centroderecha Patricia Bullrich, durante el mitin tras conocerse los primeros resultados tras las elecciones primarias, el domingo, en Buenos Aires.JUAN IGNACIO RONCORONI (EFE)   A estas primarias estaban convocados más de 35 millones de argentinos, que están obligados a participar en esta elección conocida como PASO. Los vencedores se disputarán la presidencia el próximo 22 de octubre. De ser necesario, habrá una segunda vuelta el 19 de noviembre.   Los resultados son un terremoto de consecuencias impredecibles para el país sudamericano. A partir de ahora comienza una dura campaña electoral hacia las generales de octubre, en la recta final de un Gobierno peronista que no ha sido capaz de domar la inflación, que se ha más que duplicado en cuatro años, hasta el 115,6%. La mala elección del oficialismo debilita aún más al Ejecutivo de Alberto Fernández y complica el doble trabajo de Sergio Massa como ministro de Economía y candidato a la presidencia.   Las opciones están ahora abiertas con vistas al 22 de octubre, pero el ambiente de la noche electoral —tras una elección con una participación del 70%, una de las más bajas de la historia— lo decía todo: mientras cientos de simpatizantes de Milei festejaban al grito de “la casta tiene miedo”, los alrededores del búnker peronista eran un desierto y en el de Juntos por el Cambio el ambiente era de derrota.   Los seguidores del libertario celebraron el triunfo en las primarias como si fuese la elección definitiva. “¡Presidente!, ¡Milei presidente!”, estalló el búnker de La Libertad Avanza cuando se dieron a conocer los primeros resultados, pasadas las 22.30 horas. Milei se hizo esperar durante una hora con las primarias en el bolsillo. El ganador saltó al escenario calmo, con la sonrisa de un chiquillo. Un niño de no más de 10 años gritó un “¡Milei, te amo!”, y el histriónico economista tomó la palabra. “¡Viva la libertad, carajo!”, gritó tres veces. “Somos la verdadera oposición”, aseguró. “Una Argentina distinta es imposible con los mismos de siempre, con los que vienen fracasando desde siempre”, disparó contra sus rivales. “Somos una alternativa que no solo dará fin al kirchnerismo, sino también a toda la casta política parasitaria que ha arruinado este país”.   Milei y los suyos se ilusionan con ganar en primera vuelta el 22 de octubre. Según las leyes electorales argentinas, para ello necesitan sumar el 45% de los votos o el 40% con una diferencia de 10 puntos sobre su seguidor inmediato. En estas primarias, La Libertad Avanza obtuvo en torno al 30% de los votos.   La alegría de su partido se adivinaba desde la tarde. Esperaban los resultados el Hotel Libertador, un tradicional cuatro estrellas en el centro de Buenos Aires. Solo se permitía el ingreso de sus invitados, pero cientos de personas empezaron a congregarse contra las vallas desde las seis de la tarde. Adentro, entre música tecno y algún rocanrol, su gente adelantaba bocas de urna que ya le daban ese 30%. “Es un momento histórico para todos nosotros, impensable”, celebró su compañera de fórmula, Victoria Villarruel, famosa por reivindicar la última dictadura. Faltaba media hora para conocer los resultados, y Villaruel se animó contra el Gobierno. “Tienen unos números sumamente elevados para La Libertad Avanza. Queremos reclamarle que informe estas cifras y cumpla con la palabra prometida”. Afuera cientos coreaban “la casta tiene miedo”, el canto de guerra de Milei contra los políticos.   Javier Milei, en la sede de su campaña tras el cierre de los colegios electorales en Buenos Aires.NATACHA PISARENKO (AP) Un giro brusco hacia la derecha Las candidaturas de Milei y Bullrich suponen un giro brusco de Argentina hacia la derecha. Significan también el fracaso de la estrategia de diálogo que impulsaba Rodríguez Larreta, alcalde de Buenos Aires y rival de Bullrich en la coalición opositora, frente a las políticas de mano dura y de recorte de gasto social que anticipan ellos dos. Milei quiere prohibir la legalización del aborto aprobada en 2020. Defiende también la libre portación de armas y cree que la venta de órganos puede ser “un mercado más”. Promueve el cierre de los ministerios de Educación y Desarrollo Social y “quemar” el banco central, paso previo a una dolarización de la economía para terminar con la inflación. Bullrich, exministra de Seguridad de Mauricio Macri (2015-2017), promete endurecer las leyes contra la delincuencia y poner fin a los cortes

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Javier Milei, el candidato libertario que capitaliza el descontento en Argentina

EL PAÍS .- El diputado que apela a los descreídos de la política crece en las encuestas para la presidencia de Argentina armado con una motosierra y la promesa de destruirlo todo.   Javier Milei era hasta hace poco menos de dos años un economista provocador de pelo negro ensortijado e insulto fácil. Los programas políticos de televisión lo amaban: con su verba incendiaria y sin filtro aseguraba el espectáculo. Pero en 2019 decidió dejar el análisis económico, se postuló a diputado y ganó. Nadie se lo tomaba muy en serio hasta que anunció su intención de postularse a presidente y comenzó a ascender en los sondeos. Cuanto peor le va a Argentina, mejor le va a Milei, que ha sabido atraer el voto bronco de los descreídos de la política. Esta semana, el candidato libertario grabó un video para presentar su “plan motosierra”, una mezcla de ideas ultraliberales donde no hay ministerios de Educación, Salud, Obras Públicas ni Desarrollo Social, se permite la venta y compra de órganos y la delincuencia se resuelve armando sin restricciones a los civiles.   La crisis que vive Argentina está pasando la factura a los políticos. El estancamiento económico y la frustración social por la falta de futuro da alas a figuras emergentes que prometen dinamitarlo todo para empezar de cero. La fórmula le sirvió a Jair Bolsonaro en Brasil en 2018, cuando se temió un contagio en Argentina. Pero el peronismo, en su versión kirchnerista, encontró la fórmula para neutralizar cualquier aventura individual antisistema y se impuso en las elecciones de 2019. El fracaso de aquel experimento, con Alberto Fernández como presidente y Cristina Kirchner como vice, abrió la puerta del Congreso a Milei en las elecciones de medio término. Y desde entonces, su figura no para crecer.   La Libertad Avanza de Milei es hoy la tercera fuerza política en Argentina, y ya nadie se ríe de sus posibilidades electorales. Un promedio de seis encuestas nacionales elaboradas por el diario Clarín dio al economista el 17% de los votos. Está, cuando faltan cinco meses para las elecciones primarias obligatorias y siete para las generales, apenas por detrás de las dos grandes coaliciones que hoy dominan el escenario argentino: el gobernante Frente de Todos (25%) y Juntos por el Cambio (27%). Milei ha logrado quebrar la polarización, instalándose desde el margen como un árbitro electoral. Los últimos días concentró todas sus fuerzas en un armado nacional que le dé fortaleza en el interior del país. Pesca en río revuelto. Cuando el peronismo no ordena, la estampida de dirigentes locales abunda.   Mieli se asoció a todo tipo de personajes. En Tucumán (norte), por ejemplo, lleva como candidato a gobernador a Ricardo Bussi, hijo de un exmilitar condenado por delitos de lesa humanidad. Bussi presentó su candidatura con un video donde dispara a un blanco fijo en medio de imágenes de asaltos a civiles. “Que la próxima vida no sea la tuya”, dice a cámara. Milei tomó el guante desde Buenos Aires. Consultado por una periodista del canal de noticias TN por qué defendía la libre portación de armas, respondió con el estilo que ya es su marca de campaña: “¿Por qué estás vos a favor de que los argentinos de bien padezcan como ratas frente a los delincuentes?”.   El votante de Milei no necesariamente defiende el porte libre de armas, propone la venta de órganos, quieren el fin de la educación gratuita o llaman a quemar el Banco Central para terminar contra la inflación. Los une la protesta contra todo lo establecido y coincide en que los políticos son “una manga de delincuentes y ladrones”. “Tiemblen políticos. Sigan mintiéndole a la gente. No le gusta nuestro plan porque de ahí ustedes no pueden morder, se van a quedar sin robar y van a tener que laburar como personas honestas” dijo Milei durante la presentación de su plan. Su frase de cabecera es “odio a los zurdos de mierda”. Y para diferenciarse de “la casta”, cada mes sortea su sueldo de diputado nacional.   El crecimiento electoral de Milei ya es un problema para los partidos tradicionales. Sus votantes son en su mayoría jóvenes y de clase media, pero también crecen en las barriadas pobres del extrarradio de Buenos Aires que fueron tradicionalmente peronistas. El Gobierno poco puede hacer. El dato de inflación de febrero difundido el martes alcanzó el 6,6% y el interanual superó por primera vez el 100% desde 1991. A medida que se profundiza la crisis y crece el malhumor social, el ministro de Economía, Sergio Massa, pierde fuelle como posible candidato de consenso en un peronismo que hoy se desangra en peleas intestinas. No le va mejor a Juntos por el Cambio, la coalición opositora creada por el expresidente Mauricio Macri. El discurso de Milei obliga a los precandidatos de centro, en particular el alcalde de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, a pendular hacia la derecha. Y da alas al mismo tiempo a las figuras más extremistas de la alianza, como la exministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el propio Mauricio Macri.   Que Milei terminara fagocitado por Juntos por el Cambio parecía una obviedad meses atrás. Pero el diputado crece en las encuestas y conseguir su apoyo cotiza cada vez más alto. Su aspiración es pasar a una segunda vuelta en las elecciones de octubre y captar todo el malestar posible en las urnas. Milei ya no provoca risas.

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